Los Estudios Churubusco, 72 años de ser pilares de nuestro cine nacional

En seis hectáreas ubicadas en la colonia Country Club, se encuentra gran parte de la historia de la industria fílmica nacional. Inaugurados en 1945 con la filmación de la película La morena de mi copla, de Fernando Rivero, los Estudios Churubusco se han desarrollado a la par de nuestro cine, incorporando en cada época la tecnología de punta que los mantiene como el complejo de producción y postproducción más grande de Latinoamérica.

Desde su fundación, los estudios se convirtieron en el epicentro mismo de la comunidad cinematográfica. Antaño, mientras María Félix salía de la sala de maquillaje rumbo a uno de los foros, Cantinflas filmaba algunas escenas de su película El Extra en el patio central; sin olvidar al Indio Fernández quien en la cafetería solía contar sus anécdotas revolucionarias mostrando con orgullo su pistola.

El proyecto de los Estudios Churubusco fue desarrollado en 1943 por Emilio Azcárraga Vidaurreta, la productora norteamericana RKO, Radio Pictures y un grupo de inversionistas encabezado por Harry Wright, presidente del Country Club y dueño de los terrenos donde hoy también se encuentra el Centro Nacional de las Artes.

Los primeros directores de los estudios fueron estadounidenses: Charles Wooran, de la RKO y más tarde Richard K Tomkins, quien estaría a cargo hasta 1953 y viviría la primera época de oro de la producción en México, realizando hasta 90 películas por año.

Entre 1946 y 1947 otros dos astros se suman con sus propios proyectos a las cintas realizadas en los Churubusco, María Félix con La diosa arrodillada y Cantinflas, quien por esos años añadía los toques finales a su inmortal personaje en la película A volar joven.

La mayoría de los cineastas y cinéfilos coinciden en que 1949 fue un año que se convirtió en el parteaguas de los Estudios Churubusco, no sólo porque la mayoría del personal creativo que ahí laboraba contribuyó a establecer la Ley Cinematográfica, sino además porque la producción realizada en sus foros rompió record en América Latina: más de 108 películas realizadas en 12 meses.

En 1950 se logró una fusión que consistía en adquirir el total de las acciones de Estudios y Laboratorios Cinematográficos Azteca, S.A. con lo cual quedaron fusionados los Estudios Churubusco y Azteca, dando como resultado que cambiara la denominación de Productores Asociados Mexicanos, S.A. por la de Estudios Churubusco Azteca, S.A.

Para la década de los sesenta, los Churubusco ya eran una maquinaria bien aceitada y eficiente que realizaba hasta 90 cintas por año; entre ellas The young one, la única película realizada por el legendario Luis Buñuel en inglés. Asimismo durante esos años se incorporó el color a la mayoría de las cintas, revolucionando con ello la estética de esta expresión a nivel continental.

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Con la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en 1988, los Estudios Churubusco pasaron a formar parte del sector cinematográfico, al igual que el Imcine, la Cineteca Nacional y el Centro de Capacitación Cinematográfica. Se inició así un programa de modernización y remodelación de sus foros y equipo para las áreas de Sonido, Laboratorio Fotoquímico y Laboratorio Digital.

Los estándares tradicionales de hacer llegar el cine a los espectadores también están cambiando con mucha rapidez y solo quienes vean en ello también una oportunidad van a poder sumarse al futuro.

Por ello los estudios cuentan en este 2017 con ocho foros de 1400 metros cuadrados, uno más de 1000 metros y dos de 160 metros cuadrados. Todos aislados acústicamente, permitiendo la construcción de sets a cualquier escala, para películas, series, programas de televisión, comerciales y toda clase de proyectos audiovisuales.

Sus salas THX fueron diseñadas bajo los estándares establecidos por Lucas Films para cumplir con todas las normas establecidas a nivel internacional, a fin de lograr la máxima calidad. Asimismo cuenta con dos salas digitales de regrabación y mezcla, y con una sala de proyección única en México en la que se proyectan formatos que van del 35 milímetros al digital 2K, además de una sala de doblaje e incidentales cuyas dimensiones ofrecen la posibilidad de igualar las condiciones de sonido del rodaje original.

El área digital de Estudios Churubusco está enfocada a realizar los procesos de intermedia digital como son corrección de color, elaboración de ópticas, conformación y restauración digital. También tiene un procesador de imagen en tiempo real que permite manipular y procesar la imagen digitalizada independientemente de su resolución y de la manera como fue capturado.

Aún con esta evolución tecnológica, hoy el complejo cinematográfico, ubicado a espaldas del Centro Nacional de las Artes sigue siendo una gran galería de nuestro pasado fílmico. Ahí están los espacios por donde actores y divas cruzaron alguna vez; la calzada donde Emilio el Indio Fernández se enfrentó a la fuerza pública para defender a la Asociación de Cortometrajistas Mexicanos o el patio donde en aquella famosa secuencia aparece Cantinflas comiendo una torta de jamón mientras mira marcharse a la mujer de sus sueños.

Para quien conoce la historia de la cinematografía de México, los Estudios Churubusco son el referente obligado, no sólo en el desarrollo de este rubro, sino en la concepción misma de la identidad nacional, un espacio donde se han construido los sueños, el rostro y esas historias que cuentan lo que tenemos que decir como nación.

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