A los tres meses de edad reconocemos el miedo de los demás

Las expresiones faciales de miedo, reflejadas en ojos grandes, cejas levantadas y boca abierta, representan una señal importante: descubrirlas en otras personas alerta de la presencia de un peligro y representa por ello una ventaja para la supervivencia.

La cuestión es determinar si existe un sesgo temprano para detectar las caras que reflejan miedo. Las expresiones que reflejan miedo despiertan más atención que otras expresiones, como la sonrisa, desde la edad de los 5 a los 7 meses de vida. Pero ¿cómo aprenden tan rápido los bebés a descubrir las caras con miedo, dado que estas expresiones no son frecuentes en su entorno?

Investigadores del Laboratorio de Psicología y Neurocognición de la Universidad de Grenoble, con la colaboración de científicos de la Universidad de Delaware en Estados Unidos, de la Universidad de Friburgo en Suiza, y de la Universidad de Toronto, en Canadá,  han demostrado que los bebés pueden detectar más fácilmente las caras de miedo que las sonrientes desde los tres meses y medio de edad.

Los investigadores han presentado en una pantalla de ordenador caras borrosas junto a otra imagen donde no se ve nada, solo una pantalla borrosa, sin contornos. En estas condiciones, se espera que los bebés detecten la cara y la miren mucho más tiempo y más a menudo, que la imagen en la que no se aprecia nada. Y efectivamente, mientras más borrosa es la cara, menos la detectan los bebés desde la edad de tres meses y medio, la edad más temprana analizada hasta ahora.

Niveles de detección del rostro en los bebés en función de la emoción expresada (miedo o sonrisa). © Laurie Bayet et Department of Clinical Neuroscience, Section of Psychology, Karolinska Institutet, Stockholm, Suède.
Niveles de detección del rostro en los bebés en función de la emoción expresada (miedo o sonrisa). © Laurie Bayet del Department of Clinical Neuroscience, Section of Psychology, Karolinska Institutet..

Más lejos

Los estudios de este tipo utilizan generalmente una única variable de interés para describir el comportamiento de los bebés: por ejemplo, la preferencia visual por un lado que por otro de un objeto. En esta ocasión, los investigadores han ido más lejos y han utilizado un nuevo método de análisis multivariable para cuantificar, en cada experimento, hasta qué punto el comportamiento del bebé (preferencia visual, dirección de la primera mirada, etc.), permite predecir correctamente la expresión de la cara reflejada en la pantalla.

Con el fin de poder testar la influencia de la emoción del rostro sobre la capacidad de los bebés para detectar las caras, las expresiones faciales que se les mostraron al lado de la pantalla completamente borrosa, reflejaban unas veces miedo y otras una sonrisa.  Los bebés mostraron una preferencia clara para la detección de caras de miedo, en relación con las caras sonrientes.

Esta investigación sugiere que esta detección prematura de las caras de miedo puede ser precursora de los sesgos de atención observados más tarde, entre los 5 y 7 meses de edad.

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