La PEC 55, el futuro de Brasil en riesgo

Las movilizaciones en Brasil continúan y se han intensificado esta semana. En esta ocasión el motivo es una reforma que pone en riesgo la estabilidad de la clase trabajadora en Brasil.

Este martes el Senado brasileño aprobó con 53 votos un ajuste fiscal que consiste en poner un tope a los gastos públicos durante los próximos 20 años, bajo pretexto de la urgente implementación de medidas de austeridad que puedan sacar al país de la recesión. Este techo incluye congelar el valor del salario mínimo, que ahora es de 880 reales (275 dólares).

Según una encuesta divulgada por el instituto de opinión Datafolha, esta reforma es rechazada por el 60% de la población, que ha mostrado su descontento en las calles.

Alunos e servidores técnico-administrativos realizaram nesta manhã, 8, um trancaço contra a PEC55, na BR 381, em João Monlevade/MG. pic.twitter.com/y7sZOIxl1e

— Midia NINJA (@MidiaNINJA) December 8, 2016

Argumentan que la medida se convertirá en una camisa de fuerza que aprisionará a los próximos gobiernos, que en la práctica no tendrán ninguna posibilidad de discutir las prioridades del país. Además que será la primera vez que la Constitución establezca un techo y no un piso mínimo de gastos en temas como salud y educación pública. Estas limitaciones afectarán especialmente a las personas de clase media baja o baja, pues estos ciudadanos son también los más dependientes del sistema público.

Actualmente la Constitución establece que 18 por ciento y 13,7 por ciento de la recaudación fiscal anual de Brasil debe ser destinada al presupuesto de educación y salud, respectivamente. Esto se anula con la aprobación denominada  “PEC 55”.

La medida terminaría de entrar en vigor en 2018, cuando Michel Tremer, el actual presidente e impulsor de la ley, ya no esté al frente del gobierno.

Incluso el relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Pobreza y Derechos Humanos, Philip Alston, ha criticado la medida por considerar que dañaría a los sectores más pobres durante décadas y sería una enmienda socialmente retrógrada.

Con información de Sputnik y TeleSur.