El voto duro de Trump representa únicamente el 20% del electorado norteamericano
En esta semana tuvo lugar la convención del partido republicano en donde Donald Trump se convirtió en el candidato oficial a la presidencia de los Estados Unidos por este partido. Esta convención estuvo llena de circunstancias adversas para Trump como el plagio cometido por su esposa en su discurso de presentación, la ausencia del gobernador de Ohio John Kasich y como Ted Cruz no apoyó abiertamente al candidato republicano al momento de dirigirse a la tribuna. Esta falta de profesionalismo en su campaña y la notable división dentro del partido republicano vislumbran una carrera presidencial extremadamente complicada para el magnate neoyorquino.
Una de las principales estrategias utilizadas por Trump durante su campaña ha sido el uso de un discurso agresivo que en algunas ocasiones tiende a ser racista y discriminatorio. De esta forma Trump logró vencer a sus contrincantes en el partido republicano y con esta misma estrategia buscará derrotar a Hillary Clinton en noviembre. Sin embargo, este tipo de discurso no le daría a Trump los votos suficientes para convertirse en presidente por la simple razón de que el grupo que se siente identificado con ese discurso representa un sector muy pequeño del electorado.
Las personas blancas, cristianas y sin estudios universitarios han sido el principal centro de atención durante la campaña de Donald Trump. Este sector le dio en gran medida la victoria en las elecciones internas del partido republicano. Sin embargo, a nivel nacional este grupo representa únicamente el 20% del electorado de acuerdo con el especialista en estadística política Nate Silver. Según el especialista norteamericano en datos, solamente 1 de cada 5 personas del electorado cumple con las características a las que va dirigido el discurso de Trump.
Estas cifras no quieren decir que Trump no pueda obtener votos de otros sectores de la población norteamericana. Sin embargo, es evidente que para poder ser presidente de los Estados Unidos es necesario un cambio de estrategia para atraer a sectores como los afroamericanos, hispanos o gente blanca con estudios universitarios. Ante este escenario, parece ser que Hillary Clinton tiene en sus manos el ser la primera presidenta de los Estados Unidos. Si ella y el partido demócrata no cometen errores graves de aquí a noviembre, Trump tendría casi ninguna oportunidad de llegar a la presidencia.