Karl Landsteiner: El científico que descubrió los grupos sanguíneos

Karl Landsteiner marcó un antes y un después en el mundo de la medicina. Sus aportaciones en los campos de la hematología, inmunología y bacteriología, con el descubrimiento de los grupos sanguíneos, que permitió establecer los criterios de compatibilidad sanguínea entre los seres humanos y salvar millones de vidas.

Fue su gran hito en la historia, lo que hizo que se fijaran en él para concederle el Premio Nobel de Medicina y Física en 1930, pero no fue el único. Él se ocupó de sentar las bases para que a partir de entonces se pudieran llevar a cabo las transfusiones de sangre entre personas. No se quedó ahí, sino que sus ansias por salvar vidas le llevó a demostrar hasta qué punto era de infecciosa la poliomielitis y a realizar grandes avances en el estudio de la sífilis.

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Karl Landsteiner nació en Viena, en el antiguo imperio austrohúngaro, el 14 de junio de 1868, en el seno de una familia relacionada con la medicina. Su padre era médico y su madre, periodista, lo que hizo que su interés por ese mundo empezase desde bien pronto. Con 17 años empezó a estudiar medicina en la Universidad de Viena, donde primero se licenció y posteriormente se doctoró. Allí se rodeó de grandes nombres de la medicina como el premio Nobel Emil Fischer, Eugen von Bamberger, Arthur Hantzsch o Roland Scholl, que le llevaron en la vía correcta para demostrar la compatibilidad sanguínea.

El austriaco observó que al mezclar la sangre de dos personas, había veces en las que los glóbulos rojos se agrupaban formando grumos. Analizó la sangre de 22 personas, incluyendo la suya, para lo que procedía a separar el suero y lavaba después los glóbulos rojos para sumergirlos en una solución de suero salino. Después ensayaba cada uno con los glóbulos rojos obtenidos y apuntaba los resultados. Así descubrió tres tipos distintos de hematíes, A, B y O, que daban lugar a diferentes reacciones. Dos años después, en 1903, y siguiendo sus estudios, sus discípulos Alfredo Alfredo de Castello y Adriano Sturli descubirieron el tipo AB.

La sangre de los seres humanos posee anticuerpos, que reaccionan con otras moléculas de los glóbulos rojos. Esos anticuerpos son los responsables de la incompatibilidad de las transfusiones sanguíneas si no se selecciona el tipo correcto. Ottenberg acuñó en 1911 el término de «donante universal» para las personas que tienen el tipo O por carecer de antígenos que reaccionan con los anticuerpos.

Hasta la llegada de Karl Landsteiner, los cirujanos recurrían al suero para sustituir la sangre que se perdía en las operaciones. Los primeros que realizaron transfusiones según los aportes del austriaco fueron George Washington Crile, A. R. Kimpton y J. H. Brown.

Información de ABC.es 

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