La grave crisis de las cárceles en México.
La muerte de 52 reos en el penal de Topo Chico en Nuevo León el pasado 11 de febrero pone en evidencia la grave crisis en la que se encuentra el sistema penitenciario del país. Nuestras cárceles más que ser centros de readaptación social, se han convertido en fábricas del crimen y la violencia.
Las cárceles se han vuelto durante los últimos años en arenas de combate entre distintas bandas criminales. Con base en información del Sistema Penitenciario Mexicano, durante los últimos cuatro años 192 presos han sido asesinados por conflictos dentro del penal. Este número de casos ha ido incrementado rápidamente al paso de los años. Mientras que en 2013 se tuvo un registro de 37 homicidios en cárceles, en 2014 este número subió a 61.
Gran parte de este problema proviene de la sobrepoblación que existe en las cárceles del país. Con base en información de la Auditoria Superior de la Federación, el 50% de los penales se encuentran bajo una grave crisis de hacinamiento. De 2007 a 2013 los reos en esta situación pasaron de 1,484 a 9,013. Los estados del país con las cárceles más sobrepobladas son el Estado de México, Nayarit, Hidalgo, Morelos, Jalisco y la Ciudad de México.
La gran cantidad de personas que llenan nuestras cárceles no representa necesariamente un caso de eficiencia del sistema judicial mexicano sino su grave crisis. Por ejemplo, de los 12 mil presos jóvenes en el país, solamente 5 mil se encuentran tras las rejas por delitos graves. Según un estudio realizado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 7 mil jóvenes presos entre 16 y 18 años están presos por delitos no graves.
Al tener en la cárcel a personas poco peligrosas en las cárceles estamos generando a las nuevas generaciones de criminales en México. De acuerdo con datos del del Sistema Judicial Penal del del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 12 de cada 100 reos vuelven a reincidir delictivamente una vez que son liberados. Los estados del país con la tasa de reincidencia delictiva son la Ciudad de México, Nuevo León, Coahuila, Yucatán y Colima. Esta alta incidencia se debe principalmente a que las cárceles se han convertido en escuelas del crimen. Por ejemplo, de acuerdo con información de la Procuraduría General de la República, el 95% de las extorsiones realizadas en todo el país son llevadas a cabo desde las cárceles.
Lo ocurrido en Topo Chico abrió la cloaca en la que se encuentra sumergido el sistema penal mexicano. Esta crisis ayuda a explicar porque a pesar de las grandes inversiones para combatir la delincuencia, esta sigue teniendo altos niveles. Una vez que son capturados los criminales, el proceso de readaptación social es casi nulo. En cambio, los centros penitenciarios se han convertido en lugares donde los criminales pueden volver a delinquir, en donde personas poco peligrosas se convierten en maestros de la delincuencia y en donde las bandas criminales luchan sanguinariamente por el control del penal.
Foto: Conexión58