La incongruencia de la Universidad de Guadalajara: vida de ricos

El día de ayer la Universidad de Guadalajara emitió el dictamen de admitidos al nuevo ciclo escolar, hubo 34, 314 aspirantes de los cuales 18 mil 786 quedaron fuera de alguna posibilidad para estudiar una Licenciatura en tan prestigiada universidad, lo que equivale al 55% de los estudiantes. Es decir, la Universidad Pública de Jalisco solo tiene capacidad de 45% de aspirantes por semestre.

Como cada semestre, hay espacios que no se ocupan en otras licenciaturas menos demandadas, en esta ocasión se reportaron mil 400 espacios aún disponibles, que tienen opción a elegir los 18 mil que no fueron admitidos. Esto no es una noticia novedosa, sucede en todos los estados y a nivel nacional en la UNAM, la tasa de rechazo es muy grande. Sin embargo la noticia es la doble cara de la Universidad de Guadalajara.

A cargo de su rector actual han solicitado ampliación presupuestal para crear un centro cultural y para aumentar la matrícula de los estudiantes, sin embargo a lo largo de los años, Raúl Padilla, ex rector de la Universidad y ex diputado se ha ostentado el cargo de presidente de las empresas parauniversitarias como la FIL o los Leones Negros. Además según transparencia de la Universidad, Raúl Padilla tiene una plaza como profesor de más de 40 mil pesos.

El asunto tampoco es novedad porque eso se ha sabido y discutido desde hace años, sin embargo la novedad es que la hija de Padilla, Jessica, ha colgado en sus redes sociales distintas imágenes con Raúl Padilla que evidencian la vida de ricos que tiene uno de los personajes más emblemáticos y temidos de Jalisco, destacan pasarelas en los Globos de Oro, comidas exóticas, viajes a las Vegas, a Europa, a la Playa, cenas elegantes y más detalles que a continuación les compartimos.

Además de la evidente vida de ricos que tiene la familia Padilla se puede destacar el perfil de Raúl, un hombre cercano a mujeres jóvenes, enamorado de la parafernalia del poder, lujos, alabanzas y hasta de vestimentas extravagentes, hasta cierto punto Don Corleonescas.

El punto de molestia es que esa vida es muy complicada obtenerla con un poco más de 40 mil pesos, cuando además tendrá que mantener su casa (de buen tamaño y precio según Proceso) y necesidades básicas. Entonces se supone que esa vida de magnate, obtenida de las empresas de la Universidad pudiera ser más austera para que las ganancias de la FIL o de los Leones Negros (que no deben ser muchas) o de las demás empresas como el Auditorio Telmex se vayan a aumentar la matrícula de estudiantes admitidos.

Con los lujos de la familia Padilla ¿Quién cree en la doble moral de la Universidad al pedir más presupuesto?