Soñar la bondad: Mañana México será un país mejor
Por: Waldo Fernández y Adán Pérez-Treviño
“Mañana México será un país mejor”. Con esta frase iniciamos la columna de esta semana para reflexionar en las posibilidades, los idealismos y las realidades. ¿Se vale soñar? ¿Es posible creer en esto? ¿Se trata de un afán evasivo de la realidad, de una ingenuidad al pensar, de una mera ilusión? ¿O es realista el pensar que es posible, en este país, que se hagan las cosas bien y que impere la bondad?
Ciertamente hay escenarios en que lo que impera es la incredulidad. Ahora que estamos inmiscuidos de lleno en los ámbitos políticos constatamos día a día, y de primera mano, cómo al mexicano le resulta tan difícil creer en la palabra dada y en la bondad humana. Pero paradójicamente, a la par de tal incredulidad, pervive la esperanza. Gente con tan diversas necesidades se aproxima a sus líderes y sigue solicitando apoyo para solventarlas, esperando ser escuchado, ser atendido, obtener un respiro. Y es increíble ¡Cuánta necesidad hay en la gente, en nuestra sociedad, a nuestro alrededor! Pero cuando vemos que las personas siguen teniendo fe y esperanza en la bondad humana, vemos también que el espíritu humano es inagotable, y que ante tal, siempre hay posibilidad de salir adelante, de crecer, de mejorar las condiciones en las que vivimos.
Independientemente de las creencias que se tengan, las navidades se han constituido en tiempo de sinergia, de buena vibra, de elevar el espíritu humano. Estamos ante una época en la que podemos aprovechar positivamente esta inercia social para contemplar la realidad a nuestro alrededor, reflexionar sobre lo que nos toca hacer, y actuar en favor de los demás. “Ver, pensar y actuar”, puede ser un mantra muy valioso que nos lleve en estos tiempos a sacar lo mejor de nosotros mismos en favor de los más próximos, de nuestro prójimo.
Para “ver” quizá sólo baste con querer hacerlo, con tener la voluntad de mirar alrededor, de observar nuestro contexto más cercano, de querer detectar dónde hay necesidad. Para “pensar” se requiere de detenernos un poco, de invertir unos minutos de nuestro tiempo en preguntarnos qué se puede hacer, desde la propia trinchera, para poner nuestro granito de arena en favor de contribuir con la sociedad. Y para “actuar” sólo hace falta la determinación, y poner manos a la obra ante aquello que hemos visualizado. Este es un tiempo propicio para preguntarnos qué hemos de hacer para cerrar este año con la satisfacción de haber contribuido, de haber salido de nosotros mismos y haber hecho de este país un mejor México.
A la víspera de un nuevo año, cada uno irá haciendo su propio balance, y podrá decidir si aprovecha este ímpetu de fin de calendario, para no quedarse con los brazos cruzados ante tanta necesidad a nuestro alrededor. En lo que a nosotros concierne, este ha sido un año que nos ha cambiado la vida. Involucrarnos desde una diputación federal al caminar cotidiano de nuestro país nos ha requerido de tomar muy a pecho el ver-pensar-actuar. En estos últimos cuatro meses hemos tenido la satisfacción de promover iniciativas en el Congreso, de participar en mesas de trabajo legislativo, de promover el accionar ciudadano, de laborar en equipo y hacer gestiones en favor de la ciudadanía. Mas una de las actividades que también nos llena de emoción es el poder ir a diversas comunidades, convivir con la gente y compartir un poco de lo que tenemos.
Nada menos que en fechas recientes realizamos un evento muy significativo, que nos cargó de energía y nos ha hecho reflexionar nuevamente en el valor de soñar. Tuvimos la oportunidad de pisar un suelo que nos llenó de recuerdos y nos hizo revivir sueños que tuvimos desde la infancia. Nos abrieron las puertas de aquel edificio donde estudiamos la secundaria, en el Fracc. Bernardo Reyes (Mty. N. L.), barrio que nos vio crecer, y pudimos compartir con los alumnos una posada en la que nos acompañó quien fuera uno de nuestros ídolos en la infancia, el Sr. Osvaldo Batocletti.
Batocletti, que en nuestra época ya era todo un símbolo de éxito al ser campeón de Liga del futbol mexicano, con Tigres de la UANL en 1978 y 1982, ahora les hablaba a los adolescentes del turno vespertino precisamente del valor de tener sueños y metas en la vida. Luego de escucharlo pensábamos que así como un niño, al crecer, pasa de la idolatría a un personaje, al respeto y admiración de una trayectoria humana, uno crece también en ver las posibilidades propias y las posibilidades de nuestra sociedad y de nuestro país, con un sentido cada vez más realista y positivo. Podemos hoy sentir un gran respeto y admiración por aquellos que han contribuido a que seamos quienes somos, desde nuestros padres, maestros, compañeros, hasta por los líderes que han hecho de esta nación lo que ahora es; y podemos darnos cuenta que nosotros también tenemos algo importante y positivo qué aportar a otros.
Cuando estuvimos en aquella secundaria, en el turno matutino, tuvimos la oportunidad de gestar algo de nuestro futuro, mientras hacíamos amigos, estudiábamos y hacíamos pininos en la participación sociopolítica al ser parte de la mesa directiva de la sociedad de alumnos 85-86. Como uno de los actos de gran simbolismo que hicimos en aquella gestión estudiantil, mandamos hacer con un escultor regio, un busto de Fco. I. Madero, personaje que le da nombre a la escuela mañanera, y lo colocamos en el pasillo de entrada de la institución. Entre los amigos de la sociedad de alumnos decíamos: “Vamos a ponerlo ahí, para que cada vez que pasemos por nuestra secundaria, recordemos que aquí pudimos dejar huella”.
Así, la escultura aún permanece luego de 30 años y ha cumplido su cometido. Ahora nos evoca historias, y muchos pensamientos más, en la misma línea de soñar para realizar. Podemos recordar a la profesora de Geografía e Inglés, la Mtra. Lourdes Leal González, quien con su jovialidad y optimismo imprimía en nosotros la capacidad de creer; “Todo irá viento en popa” era su frase en aquel entonces; o como nos decía nuestra maestra de 2º de secundaria, la Profesora Leonor Ipiña Aguilar: “Muchachos, ustedes pueden ser siempre excelentes, sean cada día excelentes”.
A veces uno no sabe cómo germinarán las semillas que siembra en los corazones de los demás; y al contemplar cómo han germinado las sembradas en nosotros, se renueva nuestra esperanza y las ganas de seguir sembrando desde lo que nos toca hacer actualmente. Creemos que hoy México es un mejor país que hace 30 años, simplemente en vida democrática, aún y con todos los avatares que nos han tocado; creemos que es posible que sea cada vez mejor si seguimos contribuyendo en ello y creyendo en la bondad humana.
Y no se trata de una mera ilusión, que se queda en el idealismo, que es irrealidad, o es espejismo sin posibilidad de realización. Se trata de un verdadero sueño que en esencia es realizable, pues al ser anhelo se constituye en principio irreal de una futura realidad, como diría el filósofo Xavier Zubiri, pues se trata de la posibilidad que está en nuestras manos apropiarnos, para construirla en realidad.
Tanto bien nos han hecho otras personas a nuestro derredor, que no podemos dejar que algo negativo le reste valor a tal bondad. Más aún, no podemos dejar de buscar hacer el bien y actuar para bien.
Por eso y porque creemos en que es posible hacer las cosas como se deben, es que al inicio de nuestro trabajo legislativo hemos determinado y hecho pública una declaración de principios éticos que inician precisamente con este compromiso, en lo personal y como equipo en torno a nuestra figura política. Si en los primeros cuatro meses de nuestra gestión lo hemos estado logrando, seguiremos buscando hacer realidad cotidiana esta intención en el resto de nuestra misión. Creemos que es posible soñar la bondad, realizarla y hacer de México un país mejor.
Tratemos de aprovechar, pues, este tiempo de buena energía colectiva para hacer de la época navideña una época en que, desde la misión que cada uno descubra para su vida, hagamos el bien que nos gustaría se hiciera con nosotros. ¡Muy feliz Navidad!
WF / APT
Foto: Dennis S. Hurd / https://www.flickr.com/photos/dennissylvesterhurd/2292264463 | Vía Creative Commons