El uso responsable de las armas en Estados Unidos

La única cosa que puede detener a un tipo malo con una arma, es un tipo bueno con otra arma.

La anterior cita es extraída de la plática entre un matrimonio estadounidense que debate entre el buen uso o si quiera el uso de armas, así como de su portación y las responsabilidades correlativas a su uso. En un país donde el acceso a las mismas no está del todo regulado  es muy fácil conseguir y portar una, tanto por la vía legal y también por la ilegal. Las estadísticas no mienten y los tiroteos así como los percances que se dan en universidades y escuelas van a la alza. en este sentido, la responsabilidad de poseer este tipo de artefactos casi nunca es tomada en cuenta y en consecuencia, así siguen sumándose las tragedias.

Leí algo padre en Gawker. Viniendo de tres generaciones atrás, Adam Weinstein siempre fue coleccionista de armas. Le enseñaron a disparar y a vivir rodeado de la ellas: desde un simple revólver de acción 0,22 Ruger con tiro informal, hasta un rifle de palanca de acción 1886 Winchester con cartuchos del tamaño de un dedo. Él asegura que cuando tienes una arma y su respectiva licencia, estas dos cosas no vienen solas, ya que se acompañan de una serie de nuevas y mayores preocupaciones, tales como; ¿A quién sí dispararle y cuándo? (desde una perspectiva legal y apegado a todas las normas para ser un “usuario responsable”.)

Weinstein menciona que años atrás llevar un arma tenía sentido, en primer lugar porque las licencias eran algo nuevo y las clases de instrucción que requerían para nada eran una broma, puesto que se planteaban una serie de escenarios como el siguiente: “te encuentras varado con tu auto en un camino de tierra en el medio de la noche, dentro de la oscuridad aparece un tipo negro y se detiene detrás de ti. De repente, sobre su brazo izquierdo se ve salir una barra de hierro“. ¿Ese sería el momento perfecto para detonar tu arma ? La mitad de las personas solían decir que sí.

Pero este no es el fin de la pregunta. Lo que se buscaba con este escenario era evidenciar cómo la herramienta letal que puede ser llevada en un bolsillo. Por otro lado, no reduce la confrontación: una pelea a puñetazos puede convertirse en un tiroteo, pero nunca al revés. Las armas generan un inusual empoderamiento y no se deben disparar a alguien sólo por el hecho de tenerle miedo.

Con el pasar de los años la utilidad de una arma de fuego se ha complicado para los usuarios responsables: ¿Qué llevar?¿Cómo mantener oculta pero accesible el arma? ¿Es preferible mantenerla ladeada y bloqueada? ¿Dónde dejarla cuando vaya de visita a un campus de la escuela, una oficina de correos, o un palacio de justicia?

Principalmente el derecho a poseer armas de fuego recae en el mismo derecho a realizarlo de manera responsable, sin perjuicios para la sociedad ni sin límites, ya que las leyes siempre pesarán sobre cualquiera de nosotros.

Ahora hablaremos de Reginald Gildersleeve, un norteamericano de 55 años de edad que murió mientras intentaba asaltar una tienda en Chicago. Él no portaba una arma real, ya que decidió usar para su atraco una de juguete: para ser precisos, una de paintball. Para su mala suerte, quien también portaba una arma era un transeúnte que pasaba por la zona y se percató del incidente y que disparó varias veces contra él hasta causarle la muerte.

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En Illinois o en cualquier otro lugar el robo con un arma falsa no se castiga con la pena de muerte, pero un patán con una pistola y complejo de mesías no es el sustituto de la policía, juez, jurado y/o verdugo“, informa el diario Chicago Tribune, tras lo sucedido.

Lo cierto es que hay demasiados escenarios posibles, pero el caso de Gildersleev muestra cómo alguien con una arma se convierte rápidamente en una amenaza mortal.

Vía Gawker

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