La reelección de Donald Trump: ¿Qué significa para los derechos reproductivos y el Proyecto 2025 en EE.UU.?
No es casualidad que Donald Trump haya sido reelegido como presidente de Estados Unidos. Este resultado es, en realidad, un reflejo de la cultura estadounidense. Ahora, con su regreso al poder, el mundo observa de cerca sus próximos movimientos: sus promesas de campaña, sus amenazas hacia los inmigrantes y su postura ambigua sobre el acceso al aborto. Los movimientos sociales en contra de la violencia estructural, defensores de los derechos reproductivos, medios de comunicación independientes, sindicatos y otras organizaciones civiles están particularmente atentos a las decisiones y reformas que este nuevo gobierno pueda implementar.
¿Qué piensa Trump sobre la legalización del aborto?
Durante su campaña, Trump enfatizó que la regulación del aborto debería ser competencia de los estados y no del gobierno federal. Aunque no se opone a permitir el aborto en casos de violación, incesto o riesgo para la vida de la madre, rechaza una prohibición total a nivel federal e incluso criticó las leyes más restrictivas, como la de Florida, que prohíbe el aborto después de seis semanas de embarazo. Sin embargo, para él, la anulación de Roe vs. Wade representa un regreso al sistema “adecuado”. A pesar de intentar distanciarse del controvertido Proyecto 2025, este plan tiene el respaldo de varios de sus asesores de su primera presidencia, quienes ahora buscan implementarlo.
¿Qué es el Proyecto 2025 y cómo se relaciona con Trump?
El Proyecto 2025, promovido por la Fundación Heritage, es un conjunto de propuestas políticas conservadoras diseñado inicialmente para cualquier presidencia republicana. Sin embargo, sus principales aliados se encuentran detrás de esta iniciativa, alineándola ahora con los planes de Trump. Aunque ha intentado desmarcarse del proyecto, sus conexiones lo delatan: figuras como Russell Vought, exdirector de Presupuesto bajo su mandato, y John McEntee, exdirector de la Oficina de Personal de la Casa Blanca, están vinculadas al proyecto, junto a otros colaboradores cercanos. Aunque Trump ha procurado mantener sus decisiones sobre futuras designaciones en secreto, es evidente que desea recompensar a quienes lo apoyaron durante su campaña. Un poco sospechoso, ¿no?
¿Cómo impacta el Proyecto 2025 a los derechos reproductivos?
Con casi 900 páginas, el Proyecto 2025 aboga por el despido de miles de funcionarios para ser reemplazados por partidarios leales, el fortalecimiento del poder presidencial, la eliminación del Departamento de Educación y la prohibición de conceptos como “orientación sexual”, “identidad de género”, “diversidad”, “equidad”, “inclusión” y “derechos reproductivos” en contratos federales. En cuanto al aborto, el proyecto no propone una prohibición explícita a nivel nacional; sin embargo, sugiere eliminar el enfoque en el derecho al aborto mediante un cambio de nombre del Departamento de Salud y Servicios Humanos a “Departamento de la Vida”. Este cambio permitiría justificar una definición de matrimonio y familia basada en valores bíblicos y supuestamente respaldada por las ciencias sociales. Además, propone retirar del mercado la mifepristona, una píldora abortiva.
Las feministas y los movimientos sociales resisten las amenazas
Aunque las recientes elecciones han generado sentimientos de confusión, desilusión y decepción, este resultado se vislumbraba desde hace tiempo. En estados predominantemente demócratas, como Massachusetts, figuras como Sofía Aguiar, abogada feminista mexicana y estudiante en Harvard, señalan que
“las propuestas sobre el aborto recibieron más apoyo de lo esperado en algunos lugares conservadores. Esto podría reflejar una opinión pública favorable al aborto, pero aún hay incertidumbre sobre lo que podría ocurrir a nivel federal”.
La preocupación también se extiende al acceso a la mifepristona, cuya disponibilidad ha sido fundamental en los últimos años, y a cómo las decisiones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) podrían restringirlo bajo el nuevo gobierno. Sofía también advierte sobre una judicatura federal predominantemente conservadora, lo que sugiere un enfoque más restrictivo en estos temas.
A pesar de todo, el movimiento feminista y las luchas sociales continúan desafiando las barreras. En el panorama actual, se observa una mayor aceptación de los derechos reproductivos y un entendimiento más profundo de lo que está en juego. Es importante recordar que el acceso al aborto no solo es un derecho individual, sino un tema esencial de salud pública.