Mala gestión en áreas naturales protegidas pone en riesgo a tiburones y rayas
Hemos llegado a un punto de desequilibrio ambiental tan complejo, que incluso las propuestas más eficientes para detener el deterioro de la naturaleza puede llevarnos a situaciones de mayor dificultad. Un ejemplo de esto lo ponen las áreas marinas protegidas, iniciativas que se promueven como una herramienta de conservación para las especies en peligro de extinción, donde la pesca debe estar controlada.
Sin embargo, los resultados de un nuevo estudio nos advierte que en ocasiones el objetivo no se consigue. La investigación revela que los tiburones y rayas amenazados del mar Mediterráneo, incluidas especies consideradas en peligro crítico, se capturan con mayor frecuencia dentro de las áreas marinas protegidas parcialmente que en las que no cuentan con una figura de protección.
Sus autores son investigadores de la Universidad de Palermo y la Estación Zoológica Anton Dohrn (SZN) – Sicily Marine Center de la misma ciudad italiana, quienes utilizaron muestras fotográficas y análisis de imágenes para elaborar una base de datos de 1256 operaciones de pesca a pequeña escala en 11 lugares de Francia, Italia, España, Croacia, Eslovenia y Grecia.
A través de modelos estadísticos los científicos han analizado la información sobre las capturas, contabilizando 24 especies de estos peces elasmobranquios, con 517 ejemplares pescados en áreas parcialmente protegidas, frente a los 358 capturados en zonas no protegidas, lo que apunta a un impacto de la pesca artesanal.
Manfredi Di Lorenzo, primer autor del estudio, explica que “dentro de estas zonas está permitido pescar, pero solo con una autorización que generalmente se otorga a los pescadores locales, cuya actividad es a pequeña escala (artesanal)”.
Los elasmobranquios son una subclase de peces cartilaginosos (cuyo esqueleto está formado por cartílago) que incluye tiburones y rayas. En el pasado eran muy abundantes en el mar Mediterráneo, pero con el tiempo han disminuido debido a la sobrepesca.
Antonio Calò, coautor del estudio e investigador en la Universidad de Palermo, cuenta que, aunque algunos se consideren en peligro de extinción, en general su captura está permitida, con la excepción de varias especies incluidas en el Convenio de Barcelona.
Actualmente la influencia de la pesca a pequeña escala en las poblaciones de estos animales está poco estudiada en el Mediterráneo, debido a la falta de dispositivos de rastreo en las embarcaciones.
Mejorar los planes de gestión de las áreas marinas protegidas
Se sabe que la actividad de los pesqueros artesanales, que representan la mayoría de los barcos que operan en la región mediterránea analizada, afecta a las especies de elasmobranquios, pero comprender si las zonas protegidas realmente sirven para conservarlas supone todo un reto.
“Pensamos que los animales prefieren permanecer en las áreas protegidas −total o parcialmente− porque estas son más prósperas y seguras”, apunta Antonio Di Franco, investigador en SZN – Sicily Marine Center y otro de los firmantes del estudio.
Los autores argumentan que estas áreas desempeñan un papel importante en la protección de los elasmobranquios amenazados, pero se necesitan medidas de gestión adicionales y un cumplimiento más estricto de las leyes para garantizar resultados de conservación exitosos.
“Habría que involucrar a los pescadores e informarles del riesgo que muchas de estas especies están corriendo”, afirma Di Franco, “y también ayudaría modificar las técnicas de pesca para que sean más selectivas y permitan capturar únicamente a ciertos animales”.
“Actualmente la mayor parte de la información sobre la captura de elasmobranquios proviene de las pesquerías industriales. Lo que se debe empezar a hacer lo antes posible es monitorear los ejemplares capturados por los pesqueros artesanales. Es una información necesaria y hay muy pocos datos en el mundo. En el Mediterráneo, esto es muy importante sobre todo teniendo en cuenta que la pesca a pequeña escala supone el 80 % de toda la flota comercial”, concluye Di Lorenzo.
Con información de Lole Ferrara Romeo para Agencia Sinc | Artículo de investigación publicado en abierto en Nature Communications