Países ricos acaparan vacunas contra COVID-19: La OMS hace un llamado para que apoyen a regiones desfavorecidas
Mientras un grupo de investigación publica en Nature el reporte más completo sobre el estado de vacunación a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS), hace un llamdo a los países ricos a postergar la vacunación para su población infantil y apoyar en la aplicación de vacunas para población adulta en los países más pobres.
La lógica detrás del llamado es simple, la población infantil (RANGO DE EDADES) no está en riesgo de morir por infecciones relacionadas con el SarsCov2 y en tanto aumente la vacunación y la tasa de inmunidad poblacional se siga incrementando en la población adulta global será más fácil controlar la pandemica por COVID-19.
Según el reporte antes mencionado, creado por la iniciativa Our World in Data COVID-19 de la Universidad de Oxford, los países con ingresos altos que son una minoría acaparan el 43% de vacunas aplicadas a nivel Global. Es por esto que en una conferencia virtual este viernes en Ginebra, el director de general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, urgió a la comunidad internacional a proveer más vacunas a COVAX, el plan global para distribuir dosis entre los países pobres.
Mientras los Estados Unidos comienzan a relajar al extremo (y de manera irresponsable) sus medidas de control, calculando que sus tasas de vacunación cubrirán pronto a la mayoría de su población adulta, en regiones específicas como África o Centroamérica esa tasa es bajísima.
Y a esa baja tasa de vacunación general, se debe agregar que el avance en las aplicaciones diarias no muestra señales de mejoría para estas regiones.
Por supuesto, la cantidad de vacunas aplicadas en algunos países puede ser muy grande, pero no significa que se esté controlando completamente la crisis de salud. Es importante evaluar el porcentaje de población vacunada. Esto explica porque países como la India, que ha aplicado más de 170 millones de dosis, todavía tiene grandes problemas de salud, ya que esas vacunas representan menos de 15 personas vacunadas (que han recibido al menos una dosis) por cada 100 habitantes. Algo similar pasa con México, que tras haber aplicado más de 20 millones de dosis, no supera a los 20 vacunados por cada 100 habitantes.
Redistribución de vacunas y continuidad de medidas sanitarias básicas
La semana pasada, el presidente de EE.UU., Joe Biden, presentó sus planes para empezar con la vacunación de menores de entre 12 y 15 años cuanto antes. También dijo que esperaba que el 70% de los adultos del país hayan recibido al menos una dosis para el 4 julio, una jornada de celebración familiar por el Día de la Independencia que el presidente marcó también como el día de “la independencia [de los estadounidenses] del virus”, en la misma lógica de siempre de asignar metáforas de guerra a los problemas de salud.
Esta misma semana, además, las autoridades sanitarias en EE.UU. indicaron que las personas que ya estén completamente vacunadas contra el coronavirus pueden dejar de usar mascarillas en espacios cerrados, con algunas limitaciones, un signo de la mejora de la situación en el país tras el éxito de su acelerada campaña de vacunación.
Mientras tanto, Canadá ha autorizado el uso de la vacuna de Pfizer para menores de entre esas mismas edades. La provincia de Alberta, con la mayor tasa de contagios del virus en el país, ya ha comenzado a ofrecer las dosis a ciudadanos a partir de los 12 años. Otro ejemplo es Suiza, donde se empezaron a ofrecer citas para la vacuna del coronavirus a jóvenes de 16 años la semana pasada.
Con base en todo esto, la OMS hace un llamado urgente a continuar con el uso de cubrebocas y a apoyar a los países más desfavorecidos. “Entiendo que algunos países quieran vacunar a sus niños y adolescentes, pero les urjo a que lo reconsideren y en lugar de ello donen más dosis a COVAX”, señaló y continuó explicando que “en países de renta baja y media baja, el suministro de vacunas contra la covid-19 no ha sido suficiente ni para inmunizar a los trabajadores sanitarios, y los hospitales se están viendo inundados de gente que necesita asistencia urgente para salvar su vida”.
El que la enfermedad esté distribuida en una humanidad hiperconectada, exige voluntad política entre todos los países y toda división se manifiesta en la continuidad de la crisis de salud, que al final del día se traduce en millones de muertes, muchas de las cuales se pudieron y podrían evitar con una buena gestión entre la OMS y los gobiernos de países como mayores ingresos.
Texto del Colectivo Alterius con información de Nature, Our World in Data COVID-19 y BBC