He Jiankui: Un monstruo creado por la ciencia hegemónica
El contexto en el que aparecen las primeras humanas transgénicas 1En términos rigurosos no se puede hablar de humanas transgénicas puesto que no se ha introducido ningún gen de otra especie en las bebés de esta investigación, pero hemos decidido nombrarlas así porque el concepto transgénico remite con mayor claridad a los impactos de la modificación genética
La semana pasada, la comunidad científica internacional quedó impactada por lo que Iñigo de Miguel Beriain, investigador de la Universidad del País Vasco, calificó como «el momento mediático más impresionante en materia de bioética». El experimento del biólogo chino He Jiankui para crear bebés modificados genéticamente ha trastocado los cimientos de la investigación en materia de biología sintética y revoluciona el debate sobre los límites de la modificación genética.
El genetista, formado en la universidad estadounidense de Stanford, dice haber empleado la técnica CRISPR/Cas9, conocida como las “tijeras del genoma”, que permite sacar y reemplazar partes indeseables del genoma como si se corrigiera una errata en un ordenador. Las gemelas nacieron, según él, tras una fecundación in vitro a partir de embriones modificados antes de ser implantados en el útero de la madre.
La noticia, que fue difundida por Youtube y no por revistas científicas, causó indignación en la comunidad científica y la divulgación de la noticia se desvió en términos geopolíticos, señalando a la comunidad científica de China como la responsable del controversial experimento. A las primeras reacciones, que fueron pasando del escepticismo irónico hasta la indignación profunda, le siguieron una condena directa del gobierno Chino para suspender las labores de He Jiankui y una conferencia del propio científico en el marco del Segundo Encuentro Internacional para la Edición del Genoma Humano para defender su trabajo.
En dicha conferencia He Jiankui, reiteró la veracidad de la investigación y dijo sentirse orgulloso de los resultados ya que los bebes, hijos de un padre seropositivo, estarían libres de contraer el VIH durante toda su vida. Además, advirtió que hay otro embarazo en desarrollo con las mismas características.
La historia revisitada
Hace un par de años, apuntábamos los problema bioéticos que surgían con el uso de las nuevas técnicas de modificación genética. Más allá de señalar a Jiankui como una especie de científico loco que juega a ser dios, o mirarlo como un caso aislado, habría que pensarlo como un emblemático ejemplo de las consecuencias de la relación simbiótica entre ciencia y poder político. Si bien las Universidades y el gobierno de su país se deslinda de sus investigaciones no pudieron realizarse sin el aparato del propio gobierno y el contubernio con las empresas de las que He Jiankui es socio. El anuncio de He Jiankui se explica sobre todo por la guerra entre China y los Estados Unidos en el área del diseño genético.
En aquel texto señalábamos que “manipular la vida desde sus mecanismos genéticos es cosa seria y es preocupante que los investigadores pioneros se miren como una secuela de la guerra científica entre potencias internacionales, que a pesar de haber logrado avances asombrosos también es responsable de múltiples problemas sociales, económicos y sobre todo ambientales a nivel global”. También convocábamos a la comunidad de investigadores comprometidos con la construcción de Otra Ciencia a manifestarse frente a estos problemas ya que “no podemos seguir caminando con la contradictoria lógica de resolver en el futuro lo que deterioramos hoy al aplicar la ciencia sin comprender la complejidad de los entornos que manipulamos”.
En otra nota sobre CRISPR-Cas9 también señalamos los peligros de la investigación científica convencional, que está basada en la competencia por patentes. Ahí vaticinábamos el escenario que hoy tanto sorprende:
“Aun cuando los avances en biología sintética no parecen ser de interés popular, las implicaciones éticas y los usos potenciales de las técnicas de diseño genético son un problema de orden social, en tanto pueden transformar radicalmente nuestro entorno e incluso pueden significar la intervención y modificación directa de nuestros propios cuerpos. Es por esto mismo, que los grandes Centros de Investigación luchan encarnizadamente por obtener patentes que les significarían el mayo prestigio y sobre todo ganancias económicas descomunales, como ha sucedido recientemente con la revolucionaria técnica de modificación genética llamada CRISPR-Cas9.”
En un texto posterior, rescatamos un estudio que cuestionaba la eficiencia de la técnica de corta y pega genético, una metáfora que no permite mirar sus peligros reales y que hoy nos explota con una de sus peores caras, gracias al anuncio de la creación de los primeros seres humanos genéticamente modificados.
Discontinuidad bioética y el doble rasero del diseño genético
A pesar de que existe un importante debate sobre los efectos del antropocentrismo, la reacción de la comunidad científica ante este caso es contradictoria con su propio discurso. Por un lado defienden la modificación genética en el área de la producción agrícola y por otro condenan la investigación de Jiankui apelando a señalamientos como el de Íñigo de Miguel de Beriain quien apunta acertadamente: “aún estamos muy lejos de saber cómo funciona, cómo interactúan los genes entre ellos y qué sucede si alteramos uno de ellos”.
Este es exactamente uno de los argumentos de quienes nos hemos declarado escépticos frente a la producción de alimentos transgénicos; el peligro de introducir a sistemas abiertos y complejos (como los ecosistemas) a organismos que han sido alterados en una estructura igualmente compleja como el genoma. Es por este doble rasero que se revela gracias a la investigación de Jiankui, que debemos valorar su valiente y estúpida aportación; traspasar la barrera de lo humano (que además, como bien señala Rosi Braidotti, es un relato que construye el hombre blanco occidental), es el límite que nos permite mirar con claridad las potenciales consecuencias de las mismas tecnologías cuando son aplicadas al extenso tejido de las otras formas de vida.
Además, una contradicción tan clara nos permite advertir que en el centro del debate no se encuentra la gravedad de manipular genéticamente al ser humano, porque en realidad ese es un objetivo de la Big Science que ha sido difundido de múltiples formas por la misma comunidad que hoy ataca a He Jiankui. Lo que impacta y molesta es que la investigación y la difusión haya roto con los pactos históricos de la comunidad científica. Eso explica porque varios investigadores han calificado la investigación de Jiankui como “anticientífica”.
Pero la misma comunidad que condena a He Jiankui, es la misma que soporta la tecnología militar y las armas de destrucción masiva que son desarrolladas por los Estados de la naciones más poderosas, sus respuestas son mediocres frente a la postura del Gobierno de Trump en contra del Cambio Climático, apuntalan la biología sintética en manos de trasnacionales como Monsanto-Bayer, permiten el uso de la Inteligencia Artificial y el Big Data para manipular el consumo e incluso para definir procesos electorales.
Reitero, He Jiankui es un síntoma, una consecuencia de una ciencia que camina ciega frente al poder político que la condiciona. Sus resultados habrían llegado tarde o temprano, y no es de extrañar que llegara de un investigador con fuertes vínculos con empresas privadas. He Jiankui rompió un pacto global y su error frente a la comunidad que hoy le da la espalda no fue crear humanos trangénicos, sino buscar la gloria por fuera de Science y Nature. Seré claro, quienes le señalan y defienden la tendencia de la ciencia hegemónica no advierten que He Jiankui es sólo una de las quimeras de dicha ciencia; un experimento fallido, una aberración de la economía política del conocimiento.
Texto: Jesús Vergara-Huerta (Doctorando en Ciencias Biológicas e integrante del Colectivo Alterius).
Fuentes:
- https://www.vox.com/science-and-health/2018/11/30/18119589/crispr-technology-he-jiankui
- https://phys.org/news/2018-11-gene-edited-babies-china-world-leader.html
- https://elpais.com/elpais/2018/11/28/ciencia/1543426962_870111.html
- https://phys.org/news/2018-11-scientist-gene-edited-baby-health-ensue.html
- https://phys.org/news/2018-11-biologist-gene-editing-failure-self-regulation.html
- https://www.agenciasinc.es/Multimedia/Videos/He-Jiankui-defiende-su-estudio-y-afirma-que-hay-mas-posibles-embarazos
- https://phys.org/news/2018-11-science-conference-slams-deeply-disturbing.html
- https://phys.org/news/2018-11-china-probe-scientist-gene-edited-babies.html
Referencias
↑1 | En términos rigurosos no se puede hablar de humanas transgénicas puesto que no se ha introducido ningún gen de otra especie en las bebés de esta investigación, pero hemos decidido nombrarlas así porque el concepto transgénico remite con mayor claridad a los impactos de la modificación genética |
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2 comentarios
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