Atrapados entre límites: Tijuana, del Triángulo Norte a la Línea
“La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado.
Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio
y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres
y contra los pobres de todos los países”
Eduardo Galeano.
Por Moisés Quintana Guerrero*
Los últimos años y los meses recientes han estado marcados por indicios muy palpables y visibles de las políticas neoliberales implementadas en América Central y específicamente en los países integrantes del llamado triángulo Norte integrado por Guatemala, Honduras y el Salvador.
La implementación de políticas Globales en dichos países ha propiciado que la penetración del capitalismo en estructuras del mercado local haya colapsado el sector primario, generando enormes desigualdades en la población. La pobreza, el aumento en el precio los productos básicos, sueldos bajos y el incremento de la violencia y la inseguridad han hecho que la población de estos países migren internamente de sus comunidades a las ciudades e internacionalmente de su país de origen a los Estados Unidos como principal destino.
La población actual de estos tres países es de aproximadamente 32 millones de personas, que se distribuyen de la siguiente manera: Guatemala (17.3 millones), el Salvador (8.1 millones) y Honduras (6.4 millones). El triángulo norte se ha sumergido en una serie de problemáticas de tráfico de drogas y de armas, trata y tráfico de personas, esto debido a su ubicación estratégica en la región. Por eso uno de los indicios que hicieron visibles la terrible crisis que sufre el Triángulo Norte debido a la globalización ha sido la Migración forzada de miles de personas.
En 2014 la migración de niños, niñas y adolescentes no acompañados menores de edad era aproximadamente de 68.5 mil, los cuales tenían como destino los Estados Unidos, pero esta cifra sigue creciendo. En octubre de 2018 vimos un fenómeno atípico de migración ‘forzada’: la llamada Caravana de hondureños, en el contexto de las elecciones intermedias en Estados Unidos, bajo el discurso político xenófobo de Trump, transitando juntas para hacerse visibles, mostrándonos la gravedad de la situación que se vive en sus países expulsores.
Los migrantes, al emprender su viaje hacia los Estados Unidos, en su tránsito por México enfrentan la vulnerabilidad que implica su paso por un país en el que su política migratoria -hasta noviembre del 2018- fue de contención. Retomando el informe (2014) Migrantes Invisibles, violencia tangible ofrezco unos datos para entender la magnitud de la violencia que padecen los migrantes en su tránsito por México: los hondureños registraron el 52% de delitos en su contra, seguidos por los salvadoreños, con 21.54%, y los guatemaltecos, con 14.16%. Y es que el robo contra migrantes representa uno de los delitos más frecuentes que se cometen en su contra, si bien los principales responsables son: el Crimen Organizado 52,27%, autoridades 20.16%, y particulares el 25.56%. Los estados donde se cometieron la mayor parte de los delitos son: Oaxaca, Veracruz, y Chiapas, en ese orden.
De acuerdo a los datos anteriores, los delitos contra los migrantes empiezan desde su ingreso a México y después en Veracruz y Oaxaca, que son paso obligatorio, donde vuelven a ser violentados por actores perfectamente Identificados: el Crimen Organizado y Agentes del Instituto Nacional de Migración, Cuerpos de Seguridad Publica a nivel municipal, estatal y federal, además de militares y marinos.
Si bien se ha visto que el panorama de la protección a los migrantes es desalentador, es preciso comentar el trabajo de ciudadanos y organizaciones civiles y religiosas que brindan apoyo a los contingentes de migrantes en su transitar hacia los Estados Unidos. Hay zonas en las que las organizaciones de ayuda a migrantes son más activas y cuentan con más años de experiencia, y son parte de la red de casas de migrantes o de organizaciones promotoras de los derechos humanos. Es importante decir que sin el trabajo de estas organizaciones el tránsito y estancia de los migrantes sería de mayor vulnerabilidad.
Los limites que implican las fronteras y las políticas migratorias de los estados hacia los migrantes es tan evidente en la caravana hondureña que llegó a Tijuana nos permite ver que los gobiernos, tanto locales, estatales y federales han sido ineficientes en la implementación de un espacio que sirva de albergue para la magnitud de la caravana, si bien la caravana inició desde octubre, los tres niveles de gobierno no tuvieron el interés de proporcionar un albergue que brindara al menos las condiciones básicas de estancia de personas que sin duda pasarían un periodo largo y quizás permanente en la entidad, debido a las políticas y señales del gobierno de Trump.
Por todo lo anterior, recorrer el albergue del deportivo Benito Juárez fue ver condiciones de sobrepoblación, mala organización, insalubridad y limitaciones en la logística y planeación para el refugio que en realidad se necesitaba para la magnitud de migración forzada de personas sumamente vulnerables. Tijuana es sin duda un límite y será un destino mientras las políticas de Trump persistan…pero Tijuana en los próximos años será un destino mientras no cambien las políticas económicas, sociales y políticas de los países del Triángulo Norte. Esperamos que con el nuevo gobierno de la república en México cambie la política migratoria, no solo en el discurso, sino en los hechos, para hacer que realmente un migrante sea sujeto de derechos en nuestro país. Parafraseando al padre Pedro Pantoja: “Les podemos decir a los migrantes, los mismos enemigos de ustedes son mis enemigos, las mismas amenazas de ustedes son nuestras amenazas”.
Moisés Quintana Guerrero (Ciudad de México, 1971). Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica, egresado del Instituto Politécnico Nacional (I.P.N), Actualmente labora en el Área de Sistemas del Instituto Nacional Electoral. Ha tomado diversos Diplomados de Fotografía en México y Cuba. Ha sido alumno en los talleres de poesía impartidos por Oscar Wong y Xhevdet Bajraj. Ha publicado poesía y fotografía en revistas de México, Colombia, Venezuela y Alemania; Ha sido colaborador de la revista Desinformémonos así como de Tercera Vía y Rebelión. Hizo el Diplomado en Fotografía Digital en Edumac, el Diplomado de Nueva Fotografía Documental en el Gimnasio de Arte y Cultura, el Diplomado en Fotografía en Autoría Visual en la Fundación Pedro Meyer y participo en el Internado Creativo en San Cristóbal de las Casas del Gimnasio de Arte y Cultura. Es Especialista en Migración Internacional por El Colegio de la Frontera Norte y candidato a Maestro en Diseño Fotográfico por la Universidad Iberoamericana León.