Artemisia Gentileschi, la pintora italiana más influyente del siglo XVII
Considerada una las pintoras más destacadas de su siglo, Artemisia Gentileschi padeció la indiferencia y el rechazo del mundo artístico de su época por el hecho de ser mujer.
Artemisia Gentileschi (1593-1654) fue la pintora italiana más influyente del siglo XVII. Se trata de la primera mujer de la historia en ser admitida en 1617 en la entonces inaccesible Academia de las Artes y del Diseño de Florencia, la misma institución por la que pasó Miguel Ángel. Su vida estuvo colmada de sacrificios y múltiples vejaciones. Pues se enfrentó a todo tipo de obstáculos para desarrollar su oficio como pintora.
Artemisia fue violada en 1611, el testimonio de la agresión fue puesto en duda, por lo cual su agresor no recibió ni un solo día de cárcel . Además de esto, padeció la indiferencia y el rechazo del mundo artístico de su época por el hecho de ser mujer. Muchos de sus cuadros eran atribuidos a su padre o a otros artistas varones, esta humillación fue constante. Durante siglos su obra era considerada una rareza tan exótica como menor dentro de la historia del arte.
Fue hasta la década de de 1970 cuando el nombre de la pintora comenzó a resonar con fuerza en el mundo de la pintura, y su obra fue reconocida por su valor estético. Incluso, se convirtió en un símbolo del feminismo. Hasta el día de hoy, su obra sigue rodeada de enigmas. Tal es el caso del cuadro titulado Autorretrato como Santa Catalina de Alejandría (1615-17). Del cual nunca se sabrá si la pintora se autorretrató como Santa Catalina de Alejandría.
Algunos académicos señalan que en efecto se trata de un autorretrato, debido a que la pintora se identificaba con la mártir. Pues Santa Catalina prefirió morir decapitada antes que casarse con el emperador Majencio. Otros estudioso señalan que simplemente el cuadro fue realizado por encargo de su comprador. Esta obra vuelve a ser objeto de discusión porque el pasado 16 de julio fue adquirida por la National Gallery de Londres,
Gentileschi emprendió la pintura de la obra en 1615. En aquellos años, el nombre de la pintora se había convertido en objeto de escándalo tras el juicio que emprendió su progenitor contra el hombre que la violó cuando tenía 18 años. En las actas recogidas de aquel juicio, aparece tanto la descripción del stupro, como la versión de su violador, el pintor Agostino Tassi, quien la acusa de ser una mujer amoral.
Aquel juicio cambió totalmente el curso de su vida, así como su reputación. Por esta razón, la teoría de que el autorretrato tiene matices biográficos es apoyada por los investigadores. En la pintura, Gentileschi aparece rodeada por un halo de santidad, la mirada puesta en el espectador y la mano izquierda apoyada en una rueda rota que representa el instrumento de tortura con el que el emperador asirio quiso matar a Catalina y que la mártir logró romper con la fuerza de sus rezos.
La correlación entre la pintura y la vida de al artista es muy intensa, pues Gentileschi fue una mujer que tuvo que valerse de una fuerza casi mística para superar tanto la violación, como los exámenes ginecológicos y las torturas que sufrió durante el proceso del juicio. Además de que todo aquello logró traducirlo en una obra excepcional que habla por sí misma debido su calidad estética.