Peña y todos los secretarios: reprobados

En la encuesta periódica que publica el Grupo Reforma sobre la aprobación y desempeño de Enrique Peña Nieto y el gobierno federal, informaron que la aprobación del gobierno de Enrique Peña Nieto, se mantiene por los niveles más bajos de la historia. Si bien, según los ciudadanos (representados por una muestra de mil 200 cuestionarios y con una taza de rechazo del 27%) el presidente es aprobado por el 24%, lo que significa que mejoró en un punto porcentual con relación a agosto.

Sin embargo, por parte de los 920 líderes de opinión, entre los que destacan políticos, académicos y periodistas (¿Quiénes son?) el porcentaje de aprobación disminuyó de 18 a 16 puntos porcentuales. Lo que habla de una nula credibilidad y confianza sobre el gobierno de Peña Nieto, pero a su vez, de un poco porcentaje de esperanza porque la situación del país mejore.

Por otro lado, es lógico que junto con el desempeño del presidente, el de los secretarios se vea castigado también con malas evaluaciones. Pero es de llamar la atención que ningún secretario apruebe, cuando algunos como Osorio Chong o Aurelio Nuño han implementado estrategias mediáticas para mejorar su percepción.

Los dos mejores evaluados son Salvador Cienfuegos y Francisco Soberón, que son titulares de la Marina y Defensa Nacional, instituciones que históricamente tienen la confianza de los ciudadanos. Antonio Meade, obtiene una calificación de 5 puntos y José Narro de 4.8. Ambos perfiles tomaron el cargo este año, y han sonado en algunos trascendidos como presidenciales.

La crisis y el efecto Trump afectó la aprobación hacia Ruiz Massieu quien bajó un punto porcentual en tres meses.  Chong obtuvo 3.7 puntos y Nuño 3.5. No es ninguna sorpresa, que la ex procuradora Arely Gómez, ahora secretaria de la función pública, obtenga solamente 2.8 puntos y que Luis Enrique Miranda haya disminuido de 5 puntos a 2.7, sus desempeños han sido cuestionados públicamente.

Sin duda, la crisis de credibilidad del gobierno de Enrique Peña Nieto no la ha tenido ningún gobierno. Quizá esa crisis se considere irreversible, pero, no solamente por rentabilidad electoral sino por el beneficio de la población y de las instituciones políticas en México, el presidente y su gabinete necesitan adoptar acciones para construir una política nacional que aumente la credibilidad. Sancionar la corrupción, erradicar la impunidad y empezar a ofrecer resultados que se vean impactados en las condiciones laborales y salariales de los mexicanos son acciones urgentes que se pueden reflejar en una tendencia positiva en estas encuestas; sin embargo el panorama es negativo, no ha habido mensajes ni señales de que la voluntad política sea esa, sino todo lo contrario.