Los peces payasos nos enseñan a compartir nuestro hogar
Un grupo de investigadores de la Universidad de Tecnología de Sídney han estudiado los hábitos del pez payaso (Amphiprion ocellaris) en el conocido como Triángulo de Coral y han descubierto que están dispuestos a compartir sus anémonas en tiempos difíciles para el océano. El calentamiento global está provocando la decoloración de los corales y hasta nuestro protector solar contribuye a la disminución de los arrecifes.
Pese a que existen diferentes especies de pez payaso, el estudio demuestra que son tan simpáticos como parecen: la especie dominante acepta a las subordinadas y todos viven en armonía. Es más, en lugar de competir por las anémonas disponibles, cohabitan en ellas, aunque para lograrlo despliegan estrategias de estratificación y desplazan a la periferia a los organismos de jerarquías menores, mientras que los alfa se sitúan en el centro (la zona más protegida).
La investigación está ayudando a estos expertos a descubrir cómo los peces payaso son capaces de cohabitar para sobrevivir a la degradación del hábitat. Sin embargo, no son los únicos problemas a los que se enfrentan. Resulta paradójico, triste e indignante, que en el 2003, cuando se estrenó ‘Buscando a Nemo’, se dispararon las ventas de pez payaso, replicando justo la peor cara del film. El 90% de los que se venden nadaban libremente hasta su captura y solo el 10% se crían en cautiverio.
Ahora el peligro es doble, porque pronto se estrenará la segunda parte de esta película y es previsible que vuelva a ocurrir un fenómeno similar. Por eso, con el objetivo de evitar este problema, investigadores australianos han comenzado un programa de cría en cautividad; un esfuerzo, no solo productivo, sino educativo, para lograr que estos bellos peces no abandonen esos hogares que ellos mismos han aprendido a compartir.
Con información de Cienxplora