Rueda Libre: Movilidad sobre pedales en San Cristóbal de Las Casas

“Nadie puede hacer un elogio de la 
bicicleta sin hablar de sí mismo. 
La bici forma parte de la historia de
 cada uno de nosotros. Su aprendizaje
 remite a momentos particulares […]. 
Gracias a ella, todos hemos descubierto
 un poco de nuestro propio cuerpo, de 
sus capacidades físicas, y hemos 
experimentado la libertad a 
la que está indisolublemente ligada.”
(Marc Augé)

 

Llegando a San Cristobal de las Casas y motivada por las distancias relativamente cortas entre barrios, sus angostas calles en el centro y el continuo flujo de ciclistas de diversas edades, ocupaciones y nacionalidades, le dije a mi amiga sin más -¡Necesito una bici!- y ella me contestó -“¡Vamos a ver al Mike!”-. Días después me llevó a un taller en el número 76c de la calle de Ejercito Nacional, un espacio mágico donde tomaron algunas piezas recicladas y armaron a “La Pancri”; una hermosa bicicleta azul, hecha justo a mi medida y mis necesidades. Así conocí el trabajo de Rueda Libre y a Miguel Alberto Hidalgo, originario de San Cristobal de Las Casas, mejor conocido como el “Mike” o “Migue”.

Rueda Libre se caracteriza principalmente por su trabajo en colectivo; el proyecto ha crecido a través de la participación de colaboradores locales, de paso, y de cicloviajeros.

El “Mike” trabajando | Fotografía: Ojos de Colibrí

“Estamos abiertos a intercambiar conocimientos y experiencias. Hay un crecimiento donde nos retroalimentamos, enseñamos y aprendemos”.- El Mike.

Miguel tuvo un acercamiento previo a la construcción de bicicletas con la mecánica automotriz y la elaboración de de bicimáquinas, explica que en territorio de la frontera sur, está labor se desarrolla principalmente en Guatemala y Oaxaca con un enfoque social y no comercial. Me explicó que una bicimáquina es un artefacto movido por una bicicleta y que Rueda Libre ha experimentado en la construcción de bicimáquinas con molinos, licuadoras, lavadoras, bombas de agua, despulpadoras de café y desgranadoras de maíz.

Rueda Libre, a demás de ser un taller de servicio general de bicicletas donde se atienden ajustes de frenos, ponchaduras de llantas, soldadura, y construcción de vehículos, genera colectivamente otras actividades que promueven la conciencia social y la libertad de la movilidad en dos ruedas. Imparten talleres de mecánica, la mayoría gratuitos, y participan en la organización de rodadas los días martes por la noche, con el objetivo de promover una visión crítica respecto al uso de la bicicleta. Miguel apunta que debido a los reducidos espacios de circulación vehicular, principalmente en la zona centro de San Cristóbal de Las Casas, la bici es un transporte eficaz que fortalece la movilidad y la concientización de los automovilistas.

“No es que los ciclistas tengan que hacerse más visibles, sino que los automovilistas deben sensibilizarse y percibir a los demás vehículos”.- El Mike.

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Por otra parte, las rodadas son también una buena forma de desarrollar nuevas capacidades en la bicicleta, como el manejar en grupo, recorrer nuevos caminos, enfrentarse a las condiciones ambientales en temporadas de lluvia, y promover los lazos con otras redes ciclistas para hacer trayectos cada vez más largos, hasta crear una planeación para una extensa ruta de cicloviaje.

Carlos revisando una llanta | Fotografía: Ojos de Colibrí

En el equipo actual de Rueda Libre también participa Guadalupe Álvarez López, es originaria de San Cristóbal de Las Casas y tiene 25 años; en septiembre del 2017 aceptó la invitación de para colaborar en el taller impulsada por el hecho de tener una bicicleta y querer saber sobre su funcionamiento.

Lupita se siente orgullosa de tener una labor de género que es reivindicativa, me comenta que algunos hombres que acuden a arreglar sus bicis le preguntan: “¿Pero va a quedar bien?”. Ella sabe que quedará bien, porque no duda ni de sus capacidades, ni del trabajo colectivo, ahora no sólo repara bicicletas sino los artefactos en su casa.

Lupita muestra una bicicleta afuera de Rueba Libre | Fotografía: Ojos de Colibrí


La bicicleta le ha dado a Lupita la libertad de movilidad, seguridad, y autonomía; usa este vehículo como medio de transporte, como herramienta de trabajo y también como deporte, al preguntarle qué es lo que sugeriría a otras ciclistas, comenta: “Alzar la voz cuando sientan que no les dan espacio en las calles”.

El otro integrante de este pintoresco taller es Juan Carlos Aguilar Salazar, un chico originario de Mérida Yucatán, además de colaborar con Rueda Libre trabaja en la producción de bicicletas de bambú con Jaguar Cycles, quienes a su vez dan talleres de fabricación que implican técnicas de carpintería y uso de resinas. Carlos conoció a Miguel dando difusión al proyecto de bicicletas de bambú y han colaborado juntos en la organización de eventos y en el taller desde entonces.

El equipo de Rueda Libre da recomendaciones de seguridad como: el uso de casco y guantes, asegurarse que frenos y llantas estén en óptimas condiciones, y no olvidar colocar luces en la bicicleta para los trayectos nocturnos.

En el taller | Fotografía: Ojos de Colibrí 
“Para que se despliegue al infinito 
el conocimiento del mundo, se necesitan 
los caminos o los senderos, memoria 
tallada en la misma tierra, huella en 
las nervaduras del suelo de los innumerables 
caminantes que recorrieron los lugares en 
el curso del tiempo, una suerte de 
solidaridad de los hombres anudada 
en el paisaje…” (Le Breton).


Texto y fotografías de Tsunun (Lorena F. Magdaleno).



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