“El siguiente eres tú”, le escribieron masivamente a Alberto Escorcia, tras un ataque armado realizado contra un colaborador del Padre Solalinde.
Escorcia me detalla su precipitada salida de México, la angustia e incertidumbre de estos meses. Luego de escuchar las malas nuevas, trato de hacerlo reír para que se relaje. Comemos en una terraza de El Raval, pero en cuanto podemos, escapamos de la marea de turistas ruidosos y despreocupados -“guiris”- que socavan la vida barrial de Barcelona, esa ciudad que corre el peligro de dejar de ser ella misma para convertirse en un parque temático. Brindamos como viejos camaradas. Aunque el buen ánimo de Alberto se restablece por momentos, el suyo ha sido un camino silencioso, largo y accidentado.
“Estamos ante un ataque a la libertad de expresión. La última vez que sucedió algo equiparable fue durante la visita de Obama a Toluca: todos los hashtags de protesta en contra del presidente de Estados Unidos fueron censurados por miles de bots, tal como sucede ahora”, declaró el interactivista1Le hemos llamado así porque su activismo articula desde ínter-net, a partir de la inter-acción, con una vocación ínter-nacional. Escorcia para explicar el bloqueo al hashtag #YaMeCansé por parte de un “ejército” de bots en Twitter: 53 mil cuentas falsas actuaron para conformar un solo discurso, apagando así las conversaciones entre usuarios reales. – César Alan Ruiz Galicia
La censura del siglo XXI
#YaMeCansé surgió por la infame declaración del ex titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, el 7 de noviembre de 2015, en una rueda de prensa acerca de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa. Ya Me Cansé fue interpretado por usuarios de redes sociales como una falta de tacto y de profesionalismo de Murillo, por lo que usaron esa misma frase para hacer patente que “los cansados” son los ciudadanos, entre otras cosas, de masacres y desapariciones que no se aclaran, investigadas por funcionarios públicos carentes de vocación.
En esa entrevista, Escorcia habló con Aristegui acerca de cómo la tecnocensura “es un ataque a la libertad de expresión y a la capacidad de organización de las personas”; además, dio cuenta de la manera en que el PRI ha sistematizado sus ataques con “granjas de bots”.
El vídeo original fue removido desde la publicación de este artículo por MVS Noticias
La Súper Vía y el hostigamiento
Alberto Escorcia ha realizado por años un activismo crucial, pero que por su propia lógica, había sido de bajo perfil. Junto con un entusiasta grupo de personas de diversos países, ayudó a la conformación del movimiento global, una red de cooperación para la difusión y traducción de información durante emergencias sociales, tales como el Golpe de Estado en Honduras, o protestas como las Primaveras Árabes, el 15M en España y las insurrecciones de Grecia.
El sitio web que construyó (loquesigue.tv) ha denunciado nuevas formas de censura -lo que llama tecnocensura- como el bloqueo a la red 3G (la que usan los móviles) en Egipto -o en México, por zonas, durante movilizaciones- así como el uso de servicios de vídeo masivos para el espionaje. “Si las redes sociales han dotado a la sociedad de nuevas formas para organizarse, queda claro que también los grupos de poder están creando estrategias para bloquear a protestas que se le enfrentan”, resume.
La trayectoria de Escorcia ha sido obstaculizada por amenazas y agresiones. Por ejemplo, en 2011, impulsó una conversación amplia sobre la Súper Vía, uno de los proyectos más polémicos durante la administración de Marcelo Ebrard, que se planteaba la demolición de 51 casas en la Colonia La Malinche, las cuales fueron expropiadas sin consenso de sus habitantes. El conflicto se acrecentó por la presencia de granaderos en la zona, lo que trasladó la tensión hacía niveles de enfrentamientos físicos. El asunto tuvo tal magnitud que incluso se realizaron protestas afuera de la casa del entonces Jefe de Gobierno.
La Súper Vía hoy es operada por OHL con 7 kilómetros de longitud y una concesión por 30 años para dicha empresa privada, la cual presume “protección ambiental y una ruta express [sic.] de transporte público”. La inversión total reportada fue por 7.192 millones de pesos.
En un artículo, Escorcia fue crítico del proyecto vial, pero en especial, de un intercambio de comentarios en Twitter entre Alfonso Brito (Comunicación Social, Gobierno del Distrito Federal) y el asesor de la jefatura de gobierno, Francisco Ríos Zertuche, acerca del editorialista Andrés Lajous. En el mismo, Brito felicitó a Ríos Zertuche por “la putiza” que le dio a Lajous en un debate acerca de la Súper Vía. Posteriormente, Brito pidió disculpas por su lenguaje, luego de ser exhibido en sitios web como el de Alberto Escorcia, además de en redes sociales. Ante ese panorama, El funcionario se vio forzado a realizar una aclaración en El Universal.
El acoso que sufrió Lajous, denunciado por Escorcia, fue por un artículo en el que el columnista exhibe que la Súper Vía básicamente es una acción del gobierno capitalino para corregir desarrollos urbanos “mal planeados de origen“, -como lo es Santa Fe- además de cuestionar el argumento de OHL (vía Paulina Gómez Luévano) donde asegura que esa exclusiva zona de la ciudad estaba al 50% de su capacidad por falta de vías de acceso rápido.
Es así como Escorcia, al difundir la polémica alrededor de la obra, comenzó a ser hostigado por el gobierno de la capital, en represalia a su labor informativa.
En 2012, Escorcia también recibió amenazas por haber cubierto la violencia excesiva del GDF a los manifestantes del 1ero de Diciembre en San Lázaro y el Centro Histórico. En una denuncia realizada dentro de la plataforma Threatened Voices, hizo pública su situación de hostigamiento, haciendo hincapié en los obstáculos que enfrentaban las coberturas posteriores a la llegada Enrique Peña Nieto a la presidencia.
En el documento también refiere el clima del activismo social mexicano durante diciembre de 2012, cuando entre protestas y disturbios, EPN tomó posesión del cargo. Una parte relevante de la historia es el hashtag #MéxicoNoTienePresidente -el cual fue trending topic a nivel mundial- así como el impulso del movimiento #YoSoy132 a la coyuntura, pues sus redes sociales fueron cruciales para la organización de los manifestantes. Escorcia, que en ese tiempo usaba la identidad @PateandoPiedras en Twitter, escribió, entre miles de mensajes: “la seguridad somos todos, identifica a los violentos, usa el hashtag #1dmx, esto va para largo, ayuda a los heridos y toma agua”. Las precauciones referidas son por la intervención de grupos de seguridad pública contra loa manifestantes. El mismo Escorcia también dio su testimonio acerca de lo sucedido el 1ero de Diciembre:
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La denuncia en Threatened Voices establece que la postura crítica de Escorcia, así como la difusión de información incómoda en su blog, podían conducir a su detención arbitraria. En cualquier caso, para 2012, Escorcia ya había sido llamado dos veces a la oficina del Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.
El sexenio de Peña Nieto: De los peores para la prensa
Alberto Escorcia comenzó como blogger en 2006 (año electoral) y desde 2009 su nicho ha sido la documentación de la tecnocensura en nuestro país. Según sus investigaciones es una operación coordinada y financiada por actores de distintos niveles en el gobierno o crimen organizado, con el objetivo de desinformar, desarticular movimientos sociales y atacar opositores al status quo.
Escorcia denunció en 2013 que su casa fue allanada para robar un disco duro, el cual contenía un informe sobre cómo el Gobierno de la Ciudad de México intervenía a las manifestaciones en contra del presidente. ContingenteMX, un grupo que se define como activistas digitales por los derechos humanos ofreció la siguiente postura acerca del hostigamiento constante a Escorcia y otros difusores de la tecnocensura: “El actual gobierno de la capital ha implementado medidas para limitar la libertad de expresión y de manifestación en la ciudad a través de disposiciones que restringen la protesta, de estrategias de intimidación física y despliegue de fuerza policial”.
Más prensa, más amenazas
Wired además explica cómo un tuit de Anon Hispano con la ubicación de granaderos y zonas seguras en el marco de la represión del #1dmx pudo salvar vidas, pero que el sabotaje de los bots volvía complicado encontrar dicha información. Para Escorcia, la manera de triunfar en esa guerra es que cada vez más lxs activistas y la ciudadanía se asuman como usuarios activos en Twitter, para sobrepasar la capacidad de los bots en dichas situaciones.
La notoriedad de Escorcia en la prensa nacional e internacional provocó que el hostigamiento en su contra se endureciera. Eso lo llevó a pedir protección, por vía del Mecanismo Protección de Periodistas de la Secretaría de Gobernación, con lo cual disminuyeron notablemente las amenazas hacía su persona. La relativa paz duró poco, en parte porque Escorcia denunció dos casos más: las amenazas hacía Andrea Noel y las que sufrió el Padre Solalinde.
Noel, corresponsal de VICE en México, fue agredida sexualmente en la capital del país. Una cámara de seguridad filmó lo ocurrido, por lo que el vídeo se difundió masivamente en redes sociales. En ese contexto, usuarios falsos utilizaron un discurso violento -incluso con amenazas de violación contra la periodista- con el hashtag #YaMeCansé, convirtiendo así un símbolo de la protesta en un espacio para amenazar y difundir ataques desde el anonimato.
“Después de analizar casi 20 mil menciones a Andrea Noel, presumimos que la periodista sufrió un ataque coordinado por bots”, declaró Escorcia en su sitio web. El fundamento de su análisis fue la relación cantidad/calidad de las interacciones de los acosadores virtuales de Andrea Noel.
En lo que respecta al caso del Padre Solalinde, la investigación arrojó que las cuentas con amenazas hacía el sacerdote corresponden a miles de bots, que también han atacado a personajes críticos al gobierno, como John Ackerman y Sanjuana Martínez. Según el análisis de Escorcia, esos mismos “usuarios” de Twitter publicaban consignas contrarias a los hermanos Monreal, siendo la cereza en el pastel la promoción en bloque de las acciones del gobierno del Estado de México. Las preguntas que lanza Escorcia exigen una respuesta:
“Después de analizar casi 20 mil menciones a Andrea Noel presumimos que se trata de un ataque coordinado a la periodista luego de haber recibido un ataque sexual el pasado 8 de marzo”, declaró Escorcia en su sitio web luego de realizar un planteamiento en relación a la cantidad/calidad de interacciones de los acosadores virtuales de Andrea Noel.
En lo que respecta al caso del Padre Solalinde, la investigación arrojó que las cuentas con amenazas hacía el sacerdote corresponden a miles de bots, que también han atacado a personajes críticos al gobierno, como John Ackerman y Sanjuana Martínez. Según el análisis de Escorcia, esos mismos “usuarios” de Twitter publicaban consignas contrarias a los hermanos Monreal, siendo la cereza en el pastel la promoción en bloque de las acciones del gobierno del Estado de México. Las preguntas que lanza Escorcia exigen una respuesta:
“¿Cuántos recursos públicos se utilizan para emprender estos ataques? ¿Quise coordina y opera estos ataques? Debemos seguir investigando”.
Aunque nunca lo diríamos a nuestros amigos en común de Barcelona, a Escorcia y a mí nos gusta más Madrid. Luego de pensarlo, concluimos que se debe a lo que la capital de España ofrece: ese aire bohemio y palaciego, la amplitud de sus calles, la capacidad de sorprender y seducir la mirada; todo ello hace que en ella uno se sienta como en casa. Si, como en la Ciudad de México, esa que tanto ama Alberto y de la que por ahora, debe alejarse para poder seguir viviéndola mañana.
CRÉDITOS
Narrativa: César Alan Ruiz Galicia y Francisco Trejo Ilustración original: Jonathan Gil Diseño Web: Francisco Trejo Datos / Libertad de Expresión en México: Amnistía Internacional y Artículo 19
Referencias
↑1 | Le hemos llamado así porque su activismo articula desde ínter-net, a partir de la inter-acción, con una vocación ínter-nacional. |
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