¿Son necesarios los plazos? Estudio desafía la creencia común sobre las fechas límites

El trabajo bajo presión de tiempo es una realidad para muchos profesionales del conocimiento. Sin embargo, los plazos suelen generar emociones negativas y son percibidos como eventos estresantes. Debido a esto, ha habido una tendencia a eliminar los plazos en la medida de lo posible. Aunque críticos argumentan que, aunque los plazos pueden ser dolorosos, son necesarios, ya que motivan a las personas a actuar.

Para abordar la cuestión de si el trabajo bajo presión de tiempo incurre en una mayor carga simpática que el trabajo fuera de los plazos, investigadores de la Universidad de Houston, Texas A&M y el Politécnico de Milán llevaron a cabo un estudio. La activación simpática es el estado de excitación fisiológica que indica cuánto están “en tensión” las personas y que a menudo conduce al estrés. Por esta razón, su intensidad y duración deben mantenerse bajo control, según los investigadores.

El estudio, publicado en Proceedings of the ACM Human Factors in Computing, fue liderado por Ioannis Pavlidis, profesor de ciencias de la computación y director del Laboratorio de Informática Afectiva y de Datos en UH. El estudio siguió a 10 investigadores que trabajaron en la oficina durante dos días antes de un plazo crítico y otros dos días sin un plazo inminente. Mini cámaras se colocaron en la oficina para registrar la fisiología facial y las expresiones de los investigadores, así como sus movimientos durante el día laboral. La activación simpática de los participantes se midió cada segundo a través de la cuantificación de los niveles de perspiración perinasal.

Los investigadores descubrieron que los investigadores experimentan una alta activación simpática mientras trabajan, lo que habla de la naturaleza desafiante de la profesión. Sorprendentemente, esta alta activación simpática sigue siendo la misma con o sin plazos. Los únicos factores que encontraron para exacerbar la activación simpática fueron el uso extensivo de teléfonos inteligentes y la lectura/escritura prolífica.

Afortunadamente, los investigadores parecen auto-regular el aumento de su activación simpática ajustando instintivamente la frecuencia de sus descansos físicos. Se observó que, en promedio, los investigadores toman un descanso físico cada dos horas. A partir de esta línea de base, el análisis de datos mostró que por cada aumento del 50% en la activación simpática, la frecuencia de los descansos físicos casi se duplica, revelando los límites del trabajo cognitivo bajo un estrés creciente.

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Cuatro ilustraciones faciales que transmiten la difícil situación de los trabajadores del conocimiento durante sus actividades de investigación cerca y lejos de los plazos de entrega. Las expresiones faciales y posturas se tomaron de datos observacionales reales durante el estudio naturalista. Las características individuales de los investigadores se alteraron para preservar el anonimato. Crédito: Universidad de Houston

“Este estudio no solo aporta nuevas perspectivas sobre el comportamiento de los investigadores, sino que también desafía algunas opiniones prevalecientes sobre los plazos”, dijo Pavlidis. “Con los recientes avances en la informática afectiva, espero que este tipo de estudios naturalísticos se multipliquen en diferentes ámbitos, desafiando las concepciones erróneas que tenemos sobre muchas cosas”, añadió Pavlidis.

Limitaciones en el estudio*

Como modelo de estudio, la investigación es valiosa y novedosa en su enfoque, pero aún presenta algunas limitaciones metodológicas.

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En primer lugar, el estudio se llevó a cabo con solo diez participantes, lo que limita la representatividad de los resultados. Además, la muestra se compone únicamente de investigadores, lo que hace que la generalización de los resultados a otros trabajos de conocimiento sea limitada.

En segundo lugar, aunque el estudio se realizó en el entorno natural de trabajo de los participantes, es decir, su oficina universitaria, el hecho de que se coloquen pequeñas cámaras en sus espacios de trabajo puede haber cambiado su comportamiento y, por lo tanto, puede haber afectado los resultados de la investigación.

En tercer lugar, aunque la tecnología utilizada para registrar los niveles de sudor perinasal y los movimientos de los participantes fue avanzada, no se midió la carga de trabajo psicológico de los participantes. Es posible que la carga psicológica de los plazos de entrega influya en la carga simpática de los participantes, y su exclusión podría afectar los resultados.

Por último, aunque el estudio sugiere que los plazos de entrega no aumentan significativamente la carga simpática en los trabajos intelectuales, no aborda otras posibles consecuencias de los plazos, como la calidad de la producción o el rendimiento general del trabajador.

Es importante tener en cuenta sus limitaciones metodológicas y la necesidad de investigaciones futuras más amplias y exhaustivas para comprender completamente la relación entre los plazos de entrega y la carga de trabajo en los trabajos intelectuales.

Con información de Extended Abstracts of the 2023 CHI Conference on Human Factors in Computing Systems y Phys.org | Edición y *comentarios del Colectivo Alterius

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