Denuncian humillaciones y maltratos a niños por instancia de Bienestar de Gobierno CDMX
El denominado Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias (IAPP) usualmente tenía cobertura en prensa en difusión a sus labores de apoyo para aquellos en situación vulnerable, como aquellos en necesidad de un hogar temporal o en situación de calle.
Ahora esta dependencia del gobierno de la CDMX, aquel que experimentó en pacientes de COVID con un medicamento para caballos, está bajo la lupa debido a denuncias de maltrato y humillación contra menores.
Leemos en La Crónica:
Crónica tiene en su poder minutas de trabajo oficiales que refieren igualmente casos en los que menores problemáticos son sometidos tomándolos del cuello o pateándolos. Hay fotografías de ello y en otras fotos se muestra el momento en el que se está dando una sustancia a una pequeñita aparentemente dormida o inconsciente.
El amarrado de pies a cabeza es la más grave de una serie de irregularidades inexplicables y documentadas, en algunos casos, por los propios trabajadores de estos albergues, aunque no es lo único que está pasando en estos lugares. Igualmente inexplicable es que la denuncia de quienes allí trabajan o han trabajado no haya generado una reacción de la titular de la Comisión de Derechos Humanos capitalina.
El mismo diario indica que diputados locales ya exigieron investigación por el tema de los menores de edad amarrados, además de haber denunciado este mismo domingo 6 de Enero en otra nota que la mencionada dependencia usa brutalidad contra las personas sin casa que duermen en espacios públicos con el fin de llevarlos a albergues:
Crónica tuvo acceso a conversaciones donde la misma directora de SIBISO, Nadia Troncoso, insta a los trabajadores a quitar, a toda costa y prácticamente secuestrándolos, a las personas de la calle como se muestra en el primer video que a salido a la luz. Los comentarios despectivos están también documentados, quedando fuera del ámbito de lo profesional, ético y de respeto a los derechos humanos.
Trasciende que los menores de edad a cargo también tienen que lavar su propia ropa, ante la falta de personal de aseo y se les revisa sin dignidad para saber si se orinaron en sus prendas.
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