La editora mexicana que no entiende que no entiende

De unos años para acá, las revistas acerca de moda y empoderamiento femenino -aunque sea por estrategia comercial y estar en acuerdo a los tiempos- han tomado una serie de posturas progresistas y de avanzada hacia los derechos humanos fundamentales y hasta los de tercera generación.

La última frontera, sería tener una perspectiva interseccional, y que abarque temas como raza, clases sociales e incluso diferencias religiosas. No basta con mujeres poderosas en portada o los shoots, sino darse cuenta que hay vida más allá de las mujeres blancas heterosexuales cisgénero con privilegio y cartera de nacimiento.

Aunque en América Latina los pasos van más lento, hay hechos simbólicos como Karen Vega en Vogue México:

¿Cómo llegó Karen Vega a la portada de Vogue México?

En dónde no les llegó el memo fue en Harper’s Bazaar México, donde su editora llevaba meses (si no es que años) compartiendo posturas homófobas, conservadoras y antiderechos humanos dentro de sus redes sociales. ¿Eso se transmitía a las páginas de Harper’s Bazaar? Hasta el momento no se ha indicado, aunque no es casualidad que la publicación sea la meno progresista en la triada de competencia que tiene con Vogue y Elle en la región.

Lo que sucedió

Usuarios en redes sociales descubrieron que Lucia Alarcon, editora en jefe de Harper’s Bazaar México (licencia operada desde Editorial Televisa, ahora conocida como TBG), apoya las terapias de conversión, entre otras actividades anti derechos humanos.

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Esto contrasta, no sólo con el sentido común y lo que no debería opinar una editora en 2022, sino con ¡la misma postura de la publicación matriz!

Por ejemplo, acaban de tener al icono gay Megan Rapinoe en sus páginas:

Para pintar peor el asunto, Alarcón tuiteó eso desde su posición de responsabilidad editorial y a sabiendas que estamos en el mes del orgullo:


Otro de sus tuits polémicos fue su apoyo a Israel en medio de una situación internacional complicada:

De rebote, compartió posturas que minimizan el sufrimiento del pueblo palestino:

Y celebró decisiones conservadoras provida. Siri, dime alguien que no sabe leer la temperatura social:

Más allá de decisiones personales, la conducta en redes sociales de Alarcón no es coherente con la de la licencia de Harper’s Bazaar. Lo sorprendente es que la respuesta de la edición americana y la editora tardaron más de una semana.

Este es el mensaje, prometiendo tratar el tema con los licenciatarios mexicanos.

Finalmente, esto declaró Alarcón -que solo borró los tuits y no ofreció una disculpa real o reflexión alguna-:

Hasta ahora, no ha sido separada del cargo.

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