Nitzan Shabek : “Las plantas ven mucho mejor que nosotros”
No es metafórico, las plantas ven mejor que nosotros los humanos, pero partamos de lo primero: ¿qué es ver?… La respuesta más concreta y práctica a esta simple pregunta se reduce a la forma en la que un organismo vivo capta y procesa las diversas longitudes de onda que componen la luz. Por supuesto que en el contexto de lo humano, ver implica mucho más y quizá nada lo expresa mejor que el “Manifiesto Cine-Ojo de Dziga Vertov”, maravillosamente analizado por el gran John Berger en su serie documental “Modos de Ver” (una auténtica joya de cuatro entregas que se puede encontrar íntegra y subtitulada en Youtube).
A la luz de la inteligencia de Vertov y Berger, ver en el campo de lo humano tiene mayor relación con la interpretación simbólica de aquello que entra a nuestro sistema cognitivo a través de nuestros ojos y con cómo es que esas representaciones se transforman por los medios que nos acercan la experiencia de lo visual.
Pero a la luz de la inteligencia de Nitzan Shabek, director del laboratorio que lleva su nombre en la Universidad de California en Davis (UC Davis), podemos decir sin temor a equivocarnos que no solo el ser humano ve, sino que también lo hacen los demás organismos vivos y muchos de ellos lo hacen “mejor” que nosotros. Esta declaración, suele ser aceptada si comparamos nuestro sistema visual con el de un águila, pero sorprende que la conclusión de este científico sea que también las plantas nos superan en este aspecto.
Según un estudio realizado por este investigador y su equipo de la UC Davis, las plantas ven mejor que los seres humanos porque poseen receptores llamados criptocromos que les permiten apreciar el color azul y captan todas las longitudes de onda, a pesar de no contar con órganos visuales.
En una nota de prensa difundida por el centro académico estadounidense, los responsables de la nueva investigación, publicada en la revista Nature Communications Biology, sostienen que las plantas pueden percibir y reaccionar a la luz en un amplio espectro, mucho mayor del que se piensa habitualmente.
Para el Prof. Nitzan Shabek, científico responsable del estudio, “las plantas pueden ver mucho mejor que nosotros”. Shabek sustenta esta afirmación en la existencia de distintos fotorreceptores que hacen posible que las plantas perciban múltiples tonalidades y longitudes de onda sin disponer de órganos visuales específicos.
Uno de esos fotorreceptores es el criptocromo, que permite a las plantas captar los tonos azulados. El criptocromo también se halla relacionado con la regulación de los ciclos del sueño en el ser humano, concretamente es una de las cuatro proteínas implicadas en el reloj biológico que determina los períodos de sueño y vigilia.
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Criptocromos y respuesta a la luz
Surgidos hace miles de millones de años con las primeras bacterias vivas y presentes en bacterias, plantas y animales, los criptocromos no solo están involucrados en el mantenimiento de nuestro reloj circadiano: en las plantas participan además en múltiples procesos, como la germinación de semillas o los períodos de floración.
En esta nueva investigación se logró profundizar sobre la influencia de los criptocromos en la fotoquímica y otros procesos que condicionan la recepción y respuesta a la luz por parte de las plantas. Los especialistas determinaron que el criptocromo-2 permite a las plantas detectar y reaccionar a la luz azul.
Funciona como uno de los receptores especializados presentes en las plantas, que hacen posible la detección de prácticamente todas las longitudes de onda. Los fotorreceptores de luz azul o criptocromos reaccionan de una forma especial cuando perciben un fotón entrante, desencadenando una respuesta fisiológica en los organismos vegetales.
Los científicos estadounidenses lograron describir la estructura cristalina del criptocromo-2 en la planta modelo Arabidopsis thaliana. El eje del proceso tiene lugar cuando una parte de la molécula que detecta la luz cambia su estructura al reaccionar con las partículas lumínicas. Se produce entonces una reorganización que modifica la estructura molecular y, al mismo tiempo, libera unas proteínas llamadas reguladores transcripcionales que controlan la expresión de genes específicos en las plantas.
La dinámica actividad de las plantas
“Este proceso de reordenamiento, denominado oligomerización fotoinducida, es muy intrigante porque ciertos elementos dentro de la proteína sufren cambios cuando se exponen a la luz azul. Pero lo más trascendente es que el reordenamiento conduce a la activación genética”, indicó Shabek.
Para hallar la estructura del criptocromo-2, los especialistas contaron con la ayuda de la instalación de rayos X de fuente de luz avanzada en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley. Los integrantes del grupo de investigación tienen como objetivo determinar la forma en la cual las plantas perciben su entorno, desde el nivel molecular al orgánico.
Vale remarcar que este tipo de investigaciones permite romper con el paradigma social existente en torno a las plantas, que son consideradas en muchos casos como entes absolutamente pasivos. Por el contrario, disponen de una dinámica actividad vital y llevan adelante procesos que aún hoy la ciencia está descubriendo. Su inteligencia, la forma en la que captan la información de su entorno, sus respuestas y los procesos de adaptación que despliegan a partir de ella, nos exige una vez más transformar nuestra mirada antropocéntrica; nos empuja a seguir reconociendo que no somos tan extraordinarios como insisten ciertos sectores y a aceptar que solo somos una pequeña parte de la enorme red orgánica que habita y da forma a nuestro planeta.
Con información de Nature Communications, UC Davis y Agencia T21 | Introducción y comentarios del Colectivo Alterius
Referencia
Structural insights into photoactivation of plant Cryptochrome-2. Palayam, M., Ganapathy, J., Guercio, A.M., Shabek, N. et al. Nature Communications Biology (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s42003-020-01531-x