El municipio mexicano que demuestra la necesidad de formar policías y que rechaza la “mano dura”
En el Washington Post encontramos una columna de David Ramírez de Garay que expone un ejemplo concreto acerca de cómo es posible otro camino en seguridad para México. Tal vez en el problema, encontremos la solución.
La tendencia mexicana en años recientes ha sido la de sacar militares a las calles, invertir en más equipo para represiones contra la sociedad (como las de los no-granadores de Claudia Sheinbaum), e impulsar la prisión preventiva.
En primer lugar, se habla de una delincuencia con pocos escrúpulos y por ende la necesidad de subir de nivel el equipamiento y la fuerza (con militares o mandos emanados de las fuerzas armadas). Esto, por la corrupción y poca efectividad de policías municipales que han sido rebasadas por el crimen organizado.
Pero, explica Ramírez de Garay, hay otro camino. El de justamente formar redes entre policías municipales y vecinos para lograr un cuidado responsable de las calles y -esto es importante- sin la mano dura que encanta a contratistas, militares y gobierno federal.
Ramírez de Garay, cabe mencionar, es Coordinador del Programa de Seguridad de México Evalúa.
En específico, nos habla del caso de Nezahualcóyotl. Citamos de su columna en el Washington Post:
Nezahualcóyotl, un emblemático municipio del Estado de México que ha sido punta de lanza. Ahí, como señalamos en el estudio Neza: 10,000 cuadras resguardadas por los vecinos, las autoridades se plantearon reconstruir la confianza entre la Policía y la ciudadanía. Sus acciones han sido claras: el mando se puso en manos de un civil convencido de la necesidad de reformar el trabajo policial; se mejoraron las condiciones laborales de los policías y en 2013 se adoptó un modelo de proximidad para estrechar el contacto con la ciudadanía.
Agrega en su columna:
Como resultado, 63% de la población considera que la Policía tiene un desempeño efectivo, delitos de alto impacto como el homicidio doloso se mantienen por debajo de la media nacional y otros, como las lesiones dolosas, debajo de la media estatal. El reto sigue siendo enorme, pero al resistir la inercia de la política de militarización y mano dura, Nezahualcóyotl ha avanzado mucho.
Aunque varias campañas políticas y gobiernos locales suelen hablar del famoso policía de proximidad, el caso de Neza es peculiar y ha sido estudiado (aquí un PDF) por México Evalúa (organización en la que Ramírez labora) como un caso de éxito.
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