Obesidad y discriminación laboral: Un estudio centrado en México
La obesidad tiene un impacto adverso no sólo en la salud, sino también en el ámbito laboral. La discriminación en el trabajo por el aspecto físico, en términos de contratación y porcentaje de ingreso monetarios, se ha demostrado en diversos estudios a nivel mundial pero ahora una investigación del Colmex se ha centrado en el contexto nacional.
Aunque a nivel mundial los efectos negativos en los puestos de trabajo para las personas con sobrepeso afectan tanto a hombres como a mujeres, es a este último grupo a quien más afecta. Siendo el sobrepeso la causa de discriminación más fuerte, sólo después de la discriminación por sexo y por edad.
En el contexto nacional se da un fenómeno similar, según el estudio realizado por Raymundo M. Campos Vazquez, investigador del Colegio de México, y Roy Nuñez, de la Universidad de las Américas Puebla, la discriminación laboral en México afecta en un porcentaje significativo a las mujeres con mayor Índice de Masa Corporal (IMC).
Específicamente el salario de estas personas disminuye un 16%, lo que equivale a perder 2.5 años de escolaridad. Según el propio Campos Vázquez se trata de “un efecto considerable, y robusto a otras bases de datos”.
En la metodología del estudio, se manipularon imágenes para representar a las mismas personas con sobrepeso y crear CV exactamente iguales pero con fotografías distintas, se enviaron a diferentes empresas e instituciones y se evaluaron las tasas de contratación. Según los resultados del estudio, los empleadores claramente llamaron más a personas con un rango medio o bajo (mal llamado “normal” por los investigadores) en el IMC. Según el propio Campos Vazquez, la discriminación es incluso mayor que la que se da por el color de piel.
Datos vs Experiencia
Debemos considerar que aún cuando estudios como estos demuestran que la discriminación existe y es científicamente comprobable, no revelan de forma significativa la experiencia de las personas que sufren la discriminación.
La experiencia subjetiva de quienes confrontan día a día a un sistema socio-cultural que impone de forma permanente una visión limitada de belleza hegemónica es sumamente importante y no puede ser captada por los estudios científicos, que limitan su exploración a un conjunto de datos.
Sin embargo, estos estudios permiten reconocer efectos directos que deben romperse con urgencia en la estructura social convencional. Por un lado, sirven para empujar procesos de regulación en marcos legales apropiados para defender los derechos de todas las personas de forma equitativa y por el otro sirven para romper prejuicios y convicciones personales contaminadas por la cultura de la discriminación.
Sigue siendo urgente saber mirar a las otras personas, reconocerlas y respetarlas, pero más urgente es una actitud ética que ya no deje espacio para que quienes detentan el poder (económico, político o social) lo sigan ejerciendo desde la intolerancia y el desprecio por la diferencia. Al final de todo, y más allá de discusiones sin sentido (muchas de las cuales no reconocen los resultados de estas importantes investigaciones), urge posicionarnos a favor de los oprimidos y en contra de los opresores.
Con información de El Colegio de México, Phys.org, HG y Journal of Vocational Behavior.