Sábado de Gloria en Soltepec
Texto y foto: Annick Donkers
Recibí un vídeo de una tradición en el estado de Puebla que me llamó mucho la atención. Tanto, que el pasado sábado de Gloria viajé en la madrugada hacia Soltepec, ese pueblo en donde celebran la Gloria de los Judíos en honor a San Hipólito Mártir, el patrón de la localidad. Según ellos, voy a ser la primera extranjera en ser testigo de esa celebración.
La flagelación en Soltepec es una tradición antigua que se celebra desde hace más de dos siglos. Cada año se juntan unas trescientos participantes para “pagar sus pecados”. Entre los participantes se encuentran personas que son originarias del pueblo, pero que han regresado especialmente desde Estados Unidos para poder participar.
Los participantes tienen que registrarse en la oficina del Regidor de Gobernación y pagar una cuota para poder participar. Aquí reciben la cuerda, capa y un sombrero. No todos pelean con la ropa tradicional.
La policía local nos guía hacia un lugar donde están preparando las lías de ixtle de maguey que ponen en pulque y luego dejan secar para que se endurezcan. Las cuerdas se trenzan para hacer la “pata de cabra” que utilizan para azotar durante la celebración.
El apogeo del día es la reunión de los participantes, con cerca de ciento cincuenta parejas: todos se pegarán al mismo tiempo durante 40 segundos. Cerca de cinco mil personas ya están reunidas en la Unidad deportiva de Soltepec, donde tendrá lugar la celebración. Algunos esperan horas bajo el sol ardiente. Cuando los golpes comienzan hay mucho caos: la gente invade la plaza y todos quieren sus fotos del espectáculo, de modo que los participantes casi desaparecen entre tanto polvo. Alrededor de ellos se encuentran los “porteros”, que tienen que guardar el orden y observar que sigan las reglas en cada momento, pero no pueden hacer mucho. Después de unos minutos, la gente se dirige hacia el centro de Soltepec.
En el Salón Social de San Hipólito solamente puede entrar un público limitado. Aquí los participantes toman su cerveza y con acuerdo mutuo empiezan a pelear uno a uno. Me dicen que las peleas son para descargar malestares, para expresar algún rencor; también pueden ser entre amigos, o simplemente para mostrar su valor.
Las heridas de los participantes. La regla es que solamente se pueden pegar en la espalda, no está permitido pegar en la cabeza o los hombros. Me cuentan que uno tarde entre un mes y mes y medio de recuperación.
La celebración continúa en la plaza central de Soltepec. Hay feria, pero algunos participantes continúan las peleas. Los espectadores corren de un lugar al otro, para ver donde están peleando. La policía local está vigilando cada acción. En un momento tiene que intervenir para separar a la gente. Cuando lleva a unos participantes a la comandancia, la gente empieza a gritar y resulta en una protesta para liberar a dichas personas. Adoro los finales felices.
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[…] de nem újságírás, ahol alá kell támasztanom tényekkel, amit mondok. (Annick egyébként fotóriporterként is dolgozik – a […]