El operativo contra los huachicoleros inició con reservas vacías y el gobierno de AMLO lo sabía
La comunicación oficial en relación al desabasto de gasolina que está sufriendo México ha estado enfocada en el tema de inteligencia financiera y el combate al robo de combustibles, con especial atención mediática a los huachicoleros. Por ejemplo, en la rueda de prensa matutina de este lunes hubo la usual descalificación a los medios con contenidos críticos (hoy, el respetado WSJ) y también cifras interesantes acerca de la compra de gasolina a Pemex y el dato contrastante sobre las cantidads vendidas en gasolineras.
#ConferenciaPresidente | Según información de la @PGR_mx, hasta el momento son 1700 carpetas de investigación por #RoboDeCombustible, resultando en 4.5 millones de barriles de combustible asegurados por la fuerza policial pic.twitter.com/Yostsw3Z10
— La Jornada (Ags) (@jornadags) January 14, 2019
#ConferenciaPresidente | 2018 se coloca como el año en el que hubo más #RoboDeCombustible con 65 mil barriles
En la tabla se abarca desde 2013 a noviembre de 2018, el sexenio de @EPN pic.twitter.com/Z4IefnxpKj
— La Jornada (Ags) (@jornadags) January 14, 2019
De lo que no se habla de manera concreta es sobre el ¿Cuándo regresaremos a la normalidad?.
Hoy Reforma retomó la conversación que el WSJ inició el fin de semana en relación a una posible mala planeación en la logística para procesar, resguardar y distribuir gasolina para los mexicanos. En un doble reporte por Sebastián Garrido existen elementos para interpretar que el desabasto era una cuestión inminente ante ciertas medidas negligentes de Pemex y el gobierno federal, entre las que se encuentran -como difundió el medio norteamericano- la reducción de importación de gasolina y la imposibilidad de que los cargueros depositen el crudo para su proceso en refinerías mexicanas.
Dice la primera nota de Reforma ‘Arrancan plan antihuachicol con 10 terminales vacías’:
Conforme a los datos recabados, la última semana del Gobierno de Enrique Peña no había gasolina en las terminales de León, Toluca y en dos de las cuatro TARs de Michoacán (Morelia y Zamora).
Y para la primera semana del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la terminal de Toluca continuó vacía junto con Celaya, Querétaro, Uruapan y Minatitlán.
Aunque los inventarios de las TARs pueden alcanzar para pocos días, durante las últimas seis semanas del 2018, el inventario de algunas terminales de almacenamiento se encontraba en una situación particularmente atípica y preocupante.
El término TAR se refiere a Terminales de Almacenamiento y Reparto de Pemex, con 10 de las 75 vacías antes de que se anunciara el operativo contra los huachicoleros, situación que no ha cambiado. Es decir, se inició el programa que paró la distribución de gasolina a sabiendas de que 10 terminales (en nueve estados) estaban vacías.
La segunda nota de Garrido para Reforma da vueltas al mismo tema pero insistiendo en que la lucha contra los huachicoleros empezó con reservas deficientes, si bien esas fueron heredadas de las últimas semanas de gobierno de Enrique Peña Nieto. Aún con este conocimiento, el tema del operativo contra los criminales del combustible se puso en marcha de cualquier manera, sin importar las afectaciones por el cambio en la manera de distribuir la gasolina.
Leemos en el reporte:
De acuerdo con los cortes de información del 23 y 30 de noviembre del año pasado, las dos últimas semanas del gobierno de Enrique Peña Nieto, cinco y cuatro TARs, respectivamente, tuvieron inventarios de cero barriles.
La primera semana del gobierno de López Obrador (corte del 7 de diciembre) registró una situación similar: cinco TARs con inventarios de cero barriles: Celaya, Toluca, Uruapan, Querétaro y Minatitlán; y en la segunda solo la de León reportaba esa situación.
Para el corte de la tercera (21 de diciembre), el número de terminales con inventarios vacíos volvió a cinco: Celaya, Toluca, Uruapan, Querétaro y Minatitlán.
Entre las dudas razonables que el reportero plantea luego de exponer los datos, hay tres que nos hablan de posible opacidad, previa al operativo y posterior, esto debido a que no se estuvo actualizando el inventario de TARs desde el 12 de enero:
-¿El Gobierno federal sabía de los problemas de inventario que enfrentaban estas TARs antes de optar por priorizar la distribución de gasolina a través de pipas, en lugar de ductos?
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-En caso de que la respuesta a la pregunta anterior sea “sí”, ¿por qué el Gobierno no reabasteció el inventario de las TARs que registraban los niveles más bajos antes de cambiar el método de distribución de gasolina?
-¿El Gobierno federal seguirá actualizando y publicando el nivel semanal de inventarios de las TARs? Esta pregunta es relevante porque desde cuando menos el pasado 12 de enero por la mañana, el portal de estadísticas energéticas de la SENER no funciona.
Posdata
Jorge Castañeda en su columna en El Financiero, plantea una hipótesis acerca de la creación de una guerra contra el robo de combustible, a manera de cortina de humo ante un desabasto inminente:
Primero vino el desabasto, por razones políticas; después, la decisión de la guerra y el cierre de ductos, improvisada y precipitada. Una vez cerrados los ductos, también se produjo un desabasto de gasolinas, por la dificultad de descargar las entregas en los puertos del Golfo, pero también por una decisión de AMLO. Los medios extranjeros informaron debidamente de la cantidad de buques tanques varados en Tuxpan y Coatzacoalcos.
En esta hipótesis, la guerra contra el huachicol se adelanta como cortina de humo; no por valentía, combate a la corrupción ni nada por el estilo. Se parece mucho a la guerra de Calderón contra el narco: la violencia no provocó la guerra; la guerra provocó la violencia. Aquí, el desabasto provocó la guerra; la guerra no ha sido un costo inevitable y aceptable de la guerra.
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