México a la sombra de un país con ambiciones imperialistas: 170 años del Tratado Guadalupe-Hidalgo
"A partir de ese momento nos quedó claro que en lo sucesivo México tendría que vivir a la sombra de un país que se estaba convirtiendo en una gran potencia con ambiciones expansionistas e imperialistas y aspiraciones de hegemonía global", señaló el embajador Walter Astié Burgos
Para el embajador Walter Astié Burgos, el Tratado Guadalupe-Hidalgo, firmado el 2 de febrero de 1848, definió el rumbo futuro de las relaciones exteriores de México.
“A partir de ese momento nos quedó claro que en lo sucesivo México tendría que vivir a la sombra de un país que se estaba convirtiendo en una gran potencia con ambiciones expansionistas e imperialistas y aspiraciones de hegemonía global”, expresó el embajador en el marco de los 170 años de la firma de dicho Tratado.
El miembro del Servicio Exterior Mexicano impartió una conferencia la tarde del miércoles 7 de febrero en la sede del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), en la que abordó los antecedentes, causas y consecuencias del Tratado Guadalupe-Hidalgo.
El Tratado constituye el convenio más antiguo, aunque con modificaciones, que continúa vigente entre los dos países. Como resultado del mismo, el gobierno mexicano se vio obligado reconocer la anexión de Texas al país vecino del norte y ceder más de la mitad de su territorio, que correspondían a Nuevo México y Alta California (actualmente los estados de California, Arizona, Nevada, Utah y parte de Colorado, Nuevo México y Wyoming).
“El Tratado fue sumamente negativo porque lo tuvimos que firmar para terminar con una guerra de conquista territorial injusta que provocó la pérdida de más de dos millones cuatrocientos mil kilómetros cuadrados de territorio”, comentó Astié Burgos.
Recordó que la guerra de Estados Unidos inició en 1846 y se prolongó hasta febrero de 1848, época en la que el ejército estadounidense ocupó la ciudad de México. Entre los antecedentes está la anexión de Texas a la unión americana, después de que ésta proclamara su independencia, lo cual fue uno de los motivos del enfrentamiento.
La integración de Texas a los Estados Unidos fue aprobada, y con este hecho, considerado por México como un acto hostil iniciaron una serie de sucesos que desencadenaron en el enfrentamiento armado entre México y los Estados Unidos de América.
“Con esta guerra nos dimos cuenta quién era nuestro vecino y de lo que era capaz. A partir de ese momento toda la política exterior de México se ha definido y delineado teniendo en cuenta a Estados Unidos”, expresó el embajador.
Walter Astié Burgos consideró importante recordar este episodio en un momento en que se negocia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte: “La historia no son hechos o circunstancias que pasaron o ya se murieron y quedaron relegados. En este momento estamos viendo la importancia de recordar nuestras relaciones pasadas con Estados Unidos”.
“Por ser Estados Unidos nuestro socio externo prioritario es con quien más tenemos firmados tratados. Tenemos cientos de ellos sino es que más de mil, dentro de todos esos dos son de la mayor importancia: el de Guadalupe- Hidalgo que nos habla de una situación negativa y trágica y el otro es el Tratado del Libre Comercio firmado hace 24 años que nos habla de otro tipo de relación de amistad, cooperación e integración económica”, finalizó el diplomático.