Robert Capa, la fotografía de guerra y el instante desnudo de la muerte
Las fotografías del célebre Robert Capa (Budapest, 1913-Indochina, actual Vietnam, 1954) revelan el instante en donde la condición humana se expone con total fragilidad. Como reportero gráfico retrató el rostro más feroz de la muerte, la desolación y la violencia. Su lente capturó los momentos más cruciales del siglo XX, esto lo convirtió en un ícono del fotoperiodismo a nivel mundial.
Su nombre verdadero era Endre Ernö Friedmann. Nació un 22 de octubre de 1913 en Budapest, Hungría. Su carácter agerrido se manifestó desde joven. Participó en protestas contra el régimen Húngaro, esto lo llevó a salir de su país con la intención de estudiar periodismo en Berlín. Pero su situación económica lo arrastró a trabajar de manera inmediata. Es así como inicia su carrera trabajando para la agencia fotográfica Dephot, con tan solo 18 años cubrió la conferencia a los estudiantes daneses de León Trotsky, en Copenhague, en el año de 1932.
Sin embargo, puede decirse que el origen como fotoperiodista de Robert Capa es en 1933. Cuando éste se ve obligado a exiliarse en París a causa del nazismo. Ahí conoció a su gran amor Gerda Taro, quien lo inspira a adoptar el personaje de Robert Capa, con el fin de hacerse pasar por un fotógrafo norteamericano para que sus fotografías adquieran prestigio y aumenten su valor económico.
En 1936, a la edad de 22 años, viajó a España para retratar los acontecimientos de la Guerra Civil. Allí conoció al fotógrafo David Seymour, con quien se dedicó a registrar la causa revolucionaria. Es en esta época donde tomó su emblemática fotografía “El miliciano que muere”, la cual recorrió el mundo entero formando parte de las primeras planas de los diarios.
La muerte lo seguiría muy de cerca, pues en aquellos años perdió a su compañera, quien falleció tras ser atropellada por un tanque. Al finalizar la Guerra civil española, Capa se trasladó a China, donde retrató los primeros enfrentamientos del gigante asiático con el Japón imperial.
A través de sus cámaras, una Rolleiflex a la cintura y una Contax de 35 mm, fue testigo de otro de los acontecimientos que cambiarían el rumbo de la historia: la Segunda Guerra Mundial. Estuvo presente en los principales escenarios europeos, como el desembarco en Normandía, durante el famoso Día D, el 6 de junio de 1944. De este registro fotográfico sólo conocemos 11 fotografías debido a un accidente de revelado.
Las “once magníficas” como se conocen a estas fotos, expresan con absoluta pasión el drama de la guerra. Es icónica la foto del soldado Edward K. Regan, del 116 Regimiento de Infantería, esta imagen se convirtió en el símbolo de la supervivencia de todos los soldados que intentaban salvarse de un infierno. Esta foto captura el instante en que un soldado, con el agua hasta el cuello, intenta llegar a la orilla de la playa bajo el intenso fuego alemán.
Al respecto de este evento, el mismo Robert Capa declaró:
“Simplemente me incorporé y corrí en dirección a la barcaza, me metí en el mar entre dos cadáveres , el agua me llegaba al cuello. la revuelta marea me golpeaba el cuerpo y las olas me abofeteaban la cara por debajo del casco, sostuve la cámara por encima de mí y de repente caí en la cuenta de que estaba huyendo”.
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En 1947 decidió radicar por un tiempo en Estados Unidos, donde fundó la legendaria agencia fotográfica Magnun, junto a otro de los grandes fotógrafos del siglo XX, Henri Cartier–Bresson.
Durante esa etapa estadounidense encontró en el celuloide cabida para sus inquietudes documentales. Sin embargo, la fotografía fue su gran obsesión hasta el momento en que encontró la muerte en el sureste asiático. Se trasladó a este nuevo escenario para documentar el enfrentamiento entre las grandes potencias mundiales.
Su última imagen registrada es una instantánea que registra el andar de varios soldados en un campo abierto. Era la carretera de Thai Binh, en Indochina (actual Vietnam); la fecha: el 25 de mayo de 1954. Esta foto ilustraría un reportaje de la revista Life. Uno de los lemas más famosos de Capa era el siguiente: “Si la imagen no es buena, es que no estás lo bastante cerca”. Por esta razón, al caminar junto a aquellos soldados pisó una mina, lo que le costó la vida.