La democracia ha fallado
Latinobarómetro ha publicado los resultados del estudio anual que realiza sobre la democracia, las instituciones, la cultura política, la confianza institucional y algunas otras variables que pretenden ofrecer un reflejo de la sociedad latinoamericana.
En este estudio de 2016 el estado negativo de la democracia en la zona es evidente, por lo que la presentación de los resultados se titula: “El declive de la democracia”. Este estudio presentó datos tan reveladores como dignos para el análisis y el debate. Aquí presentamos los más relevantes acompañados de una reflexión y de preguntas que se dejan sobre la mesa.
La democracia es preferible
El primer dato que analizamos es que según esta muestra, el 54% de los latinoamericanos dice que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Algunos críticos señalarán que el nivel de apoyo a la democracia es bajo, sin embargo, visto hacia el pasado, desde 1995 nunca ha existido un apoyo realmente alto. El punto más alto de apoyo fue en 1997 con el 63% y el más bajo en el 2001 con el 48%. Justo un año después de que en México hubiera alternancia partidista.
Algunos críticos señalarán que el nivel de apoyo a la democracia es bajo, sin embargo, visto hacia el pasado, desde 1995 nunca ha existido un apoyo realmente alto.
Este dato nos plantea una duda legítima sobre el apoyo a la democracia. ¿En realidad los ciudadanos quieren democracia? ¿En realidad la mayoría de los ciudadanos apoyan a la democracia? Al menos el principio de mayoría simple se cumple, la mitad más uno de los ciudadanos sí están de acuerdo con la democracia, pero por lo menos el 46% de latinoamericanos no lo creen así.
El gobierno del pueblo
Según la etimología, democracia significa el gobierno del pueblo. Es ese régimen político que privilegia las decisiones de los ciudadanos sobre las de las élites. Es, supuestamente el gobierno que se forma con, desde y para los ciudadanos. Eso, desde su etimología y hasta el camino que construyen las instituciones locales por lograr esa utopía.
Sin embargo, también se plantea otra pregunta: ¿los ciudadanos quieren participar para que se gobierne por el bien de todos? ¿Son los ciudadanos responsables o los gobernantes? ¿Han fallado los gobernantes o los ciudadanos? Desde mi perspectiva, los gobernantes han fallado y en diversas regiones son los ciudadanos quienes se han movilizado para volver a poner a los ciudadanos en el centro de las decisiones. Esta agenda de participación ciudadana y de vigilancia al gobierno debe ser prioridad en la zona.
La satisfacción con la democracia
Aunque la mayoría de los latinoamericanos prefieren a la democracia que cualquier otra forma de gobierno eso no quiere decir que se sientan satisfechos con la democracia. l 62% de los latinoamericanos se encuentran insatisfechos con la democracia. La democracia no ha resuelto los problemas de la ciudadanía, y es que algunos autores y analistas como Woldenberg han señalado que se le ha exigido de más la democracia.
La democracia no ha podido resolver:
- La pobreza
- La desigualdad
- El calentamiento global
- Inseguridad
Woldenberg ha señalado que la frustración con esos y otros problemas públicos se ha reflejado en la insatisfacción con la democracia. Algo en lo que no estoy de acuerdo.
Mientras el Producto Interno Bruto de los países de latinoamérica en promedio tiene una caída significativa el apoyo a la democracia se mantiene en los promedios históricos. En otras palabras, el apoyo a la democracia no depende directamente del crecimiento económico. Lo que exige que se planteen otras hipótesis como la corrupción, incapacidad de gobernar o como ya lo vimos, el gobierno de las élites en vez del gobierno del pueblo.
Credibilidad y confianza
De la mano del argumento anterior sobre corrupción e incapacidad de los políticos por gobernar para el bien de todos la confianza y credibilidad en y de las instituciones políticas está por los suelos. Para muestra los siguientes datos en promedio durante los últimos 21 años:
- Solo el 22% confía en partidos políticos
- 37% confía en gobierno
- 31% confía en el Congreso
- 33% confía en algún funcionario de una municipalidad
La confianza y credibilidad en y de las instituciones políticas está por los suelos
Por otro lado, México es el segundo país en latinoamérica con mayor número de ciudadanos que cree que los políticos han perdido la credibilidad y no la recuperarán. Con estos datos se fortalece la hipótesis sobre los principales responsables de la insatisfacción con la democracia: la clase política.
En ese sentido, se plantean otras dudas: ¿Si no es la democracia qué? ¿Si los políticos son tan decepcionantes, nadie cree ni confía en ellos, por qué siguen?
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Libertad de expresión
Hace unos días en Tercera Vía presentamos un resumen sobre las manifestaciones en México y afirmamos que en México parece que está prohibido manifestarse. Aquí la nota. El Latinobarómetro confirma lo anterior. SOlo 39% de los mexicanos afirma que siempre o casi siempre se puede decir lo que quiera, es decir, en pleno año 2016 el 61% de los mexicanos piensa que en México no se puede decir lo que uno quiere, lo que en otras palabras sería que la opresión y la censura existen, en un país que en discurso se declara democrático.
¿Y eso es responsabilidad de las instituciones? ¿De los medios? ¿De los ciudadanos? ¿De los políticos?
Medios de comunicaicón
Y hablando de los medios de comunicación cierro este resumen del Latinobarómetro hablando de este tercer pilar del modelo de comunicación política que propone Dominique Wolton entre ciudadanos, políticos y medios.
La Televisión sigue siendo el medio, por mucho, preferido para informarse sobre los asuntos políticos y en si México
Es revelador que en 2016 las redes sociales se convirtieron en un medio más por el cual los ciudadanos se informan de los asuntos públicos, el 26% de los latinos así lo hace. Sin embargo, para algunos optimistas estas cifras no son alentadoras. La Televisión sigue siendo el medio, por mucho, preferido para informarse sobre los asuntos políticos y en si México, Televisa tiene el mayor dominio de programación abierta quiere decir que sobre política los mexicanos se informan en Televisa, en su mayoría.
Lo anterior plantea ciertos debates sobre el verdadero poder de las redes sociales y la responsabilidad social de Televisa. Explica las razones de los altos niveles de inversión en publicidad en televisión y porqué les importa más este medio que los trending topics negativos en Twitter. Aunque es relevante, Twitter sigue estando en segundo plano.
Siguiendo con los medios de comunicación, no debería sorprendernos que solo el 34% de los ciudadanos piensen que en México los medios de comunicación son críticos con el gobierno. Si alguien es crítico es sometido a la opresión y censura (caso Aristegui). Aunque en la región hay contrastes muy interesantes como Costa Rica, donde el 75% cree que los medios de comunicación son críticos al gobierno.
- ¿Deben los medios de comunicación ser críticos?
- ¿Los medios de comunicación viven presos del dinero público?
- ¿Es responsabilidad de los medios ser críticos?
- ¿Los medios son un negocio?
Estas 4 y otra infinidad de preguntas surgen en relación a la crisis de los medios de comunicación. Así lo escribí en La Jornada Aguascalientes. Columna
En el mismo sentido solo el 22% de los mexicanos cree que los medios de comunicación en México son independientes.
Los anteriores datos y argumentos nos plantean más dudas, críticas y preguntas que respuestas.
- ¿Es la democracia la mejor forma de gobierno?
- ¿En realidad puede existir un gobierno para todos?
- ¿Los ciudadanos quieren participar?
- Los medios de comunicación no parecen independientes ¿deberían serlo?
- Las redes sociales no son el medio principal de noticias políticas ¿Algún día serán?
- Los ciudadanos perciben que la democracia ha fallado ¿en realidad falló?
- Los ciudadanos no confían ni creen en los políticos ¿cómo se sustituyen?
Las respuestas a estas preguntas y la réplica a este debate debe darse, debe darse en medios democráticos, con libertad e igualdad, procurando la participación de todos. Mecanismos democráticos. Al menos yo no he encontrado mejor régimen político.