A propósito de la tesis de Peña Nieto: Lo que piensan los plagiarios, explicado
¿Qué mueve a un plagiario? ¿Qué lo motiva?
El domingo por la noche, Aristegui Noticias reveló que el presidente Enrique Peña Nieto habría plagiado una parte de su tesis universitaria al cometer errores que la Presidencia de México justificó como fallas en corrección de estilo y sólo una omisión de comillas. En otras palabras, elementos comunes del plagio.
La Universidad Panamericana desestimó el asunto a nivel académico e incluso noticioso, con especial atención a que la institución no fue consultada por AristeguiNoticias. La versión de presidencia, de acuerdo al vocero, se buscó sin entregar la investigación completa y en el caso de la UP, no hubo acercamiento. ¿Importa? Tal vez, pero eso no desestima el hecho de la falta de rigor académico en la realización de la tesis por parte de Peña Nieto y en el caso de revisión en la Panamericana.
Sandro Cohen, escritor y docente de Investigación Documental en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, se pronunció acerca del tema, con énfasis en algunos vicios de los tesistas al citar:
Algunos tesistas se pasan de la raya y citan demasiado, pues solo desean engordar la obra. Creen, además, que esto les da mayor peso como investigadores. En mi experiencia, a veces hay que leer todo un libro solo para citar una frase o un enunciado. Otros se pasan de la raya al querer apropiarse de información que no es suya, con el deseo de parecer muy inteligentes, perspicaces u originales. ¡Vaya paradoja!
Cuando un investigador se apropia de ideas, pero no de la expresión de esas ideas, se le puede acusar de ser poco original, aunque no de plagio. Pero cuando se copia, tal cual, palabra por palabra, o casi palabra por palabra, es entonces cuando se da el fenómeno del plagio.
El especialista explicó que el citar demasiado y, peor, apropiarse de enunciados o ideas ajenas simplemente demuestra falta de confianza. Su remate plantea una consecuencia para la tesis del presidente de México:
Quien plagia una tesis no merece el título o grado correspondiente. También merece ser expulsado de la institución u organismo adonde entró gracias a ese título. Y se pueden pedir reparaciones, si se da el caso. Hayan sido nueve líneas o nueve páginas, si lo que nos reporta Carmen Aristegui es cierto, lo mínimo que procede es la cancelación del título de Enrique Peña Nieto.
Concluyendo así en que el plagio, por menor que sea, debería derivar en la cancelación del título de Peña Nieto.
Las consecuencias en los casos de políticos de alto rango que han plagiado suelen ser fatales para sus carreras, claro, con ejemplo en país que no son México. Pál Schmitt, presidente de Hungría, renunció a su cargo cuando se descubrió que gran parte de sus tesis para doctorado fue plagiada, bajo el romántico argumento de no querer dividir a su nación. Cabe mencionar que Schmitt defendió su falsa inocencia hasta una semana antes de su dimisión, además de que fue relevante que los asesores de tesis serían sancionados. El detalle es que si bien la tesis fue redactada veinte años antes de su papel como presidente, Schmitt era una celebridad ya que fue ganador de medallas olímpicos como esgrimista. ¿Ese hecho le habría conseguido concesiones especiales con los académicos?
Karl Theodor zu Guttenberg era relativamente joven para ser Ministro de Defensa en Alemania, sólo tenía 39 años y gran parte de su vida por delante, además de ser parte crucial del equipo de Angela Merkel. Todo terminó cuando el periódico Süddeutsche Zeitung exhibió que plagió una porción de tesis doctoral, arruinando así su inmaculada carrera política bajo el cobijo de la Canciller. El análisis de El País incluso planteaba que era sólo cuestión de tiempo y experiencia para que llegara a la cancillería, dejando así una carrera abollada [tal vez para siempre] por el plagio. Y en México se demuestra que el actual presidente ha incurrido en fallas durante su educación, no en grado PhD sino en licenciatura.
Otra historia similar es la de Annette Schavan, quién también era parte del equipo de Angela Merkel como Ministra de Educación y culpable de plagio en su tesis doctoral. La Universidad Heinrich-Heine de Düsseldorf consideró que tomó prestadas, sin referenciar, palabras ajenas al realizar su tesis. Schavan argumentó que su renuncia fue “por el bien de la cartera educativa”.
El resumen europeo es simple: cometes plagio, te descubren y por dignidad renuncias. Y por el bien de tu país.
El asesor de tesis de Enrique Peña Nieto, Eduardo Alfonso Guerrero Martínez, defendió al político mexiquense al declarar que “fue un error de imprenta”. El también magistrado comentó que a diferencia de los tiempos actuales, antes se hacían transcripciones manuales y que seguro hubo errores técnicos y las comillas “se pudieron haber saltado”. ¿Y el documento original que supuestamente sí tenía comillas? Resulta que Guerrero Martínez ya no lo tiene, declaró a W Radio. El magistrado ya había sido objeto noticioso ya que siendo parte del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, fue parte de la decisión de dejar libre a un joven que en estado de ebriedad atropelló a un policía intentando escapar del retén del alcoholímetro. El impacto fue letal para el oficial, ya que falleció la misma noche del suceso.
Lo que piensa un plagiario
En la academia y literatura tampoco es insólito que sucedan plagios. Obviamente hay consecuencias. Sealtiel Alatriste renunció al prestigiado premio Xavier Villaurrutia en una situación un poco curiosa; plagió pero no en las obras que lo hicieron merecedor del galardón, sino en artículos que incluían párrafos ajenos y que firmó sin haber siquiera parafraseado, entrecomillado o citado de algún modo. Plagio.
¿Los plagiarios son seriales?
Al igual que el vocero presidencial y el asesor de tesis de Peña Nieto, Alatriste consideró que no es una falta mayor el no usar comillas. Es relevante mencionar que fueron ocho ocasiones en la que al autor se le olvidó o se le pasó usar dicha herramienta del lenguaje. ¿Estamos ante un plagiario serial?
Por si fuera poco renunciar al premio Xavier Villaurrutia (y sus 200 mil pesos), el literato también decidió dejar un cargo prominente en la coordinación de Difusión Cultural de la UNAM. Guillermo Sheridan, quién descubrió el plagio junto a Gabriel Zaid, hace un recuento fascinante de cómo un plagiario se defiende en este artículo de Letras Libres. Resulta que en un principio, Alatriste argumentaba que está bien tomar partes de textos ajenos de manera anécdotica en escritos de uno.
Otro caso sorprendente es el de Jonah Lehrer, quien fuera colaborador de Wired y New Yorker, sumado a una notoriedad por no poder dejar de plagiar. Lehrer, un columnista que agarró como bandera la neurociencia, se hizo de un nombre gracias a sus textos en Wired y posteriormente fue promovido a New Yorker, gozando así de un estatus similar al de pensadores como Malcolm Gladwell. En esta ruta natural como escritor, llegaron los book deals y de ahí, el desplome.
¿Qué pasa con los plagiarios? Son castigados
En 2012 su libro Imagine: How Creativity Works fue retirado del mercado por contener citas inventadas de Bob Dylan, además de que gracias a presión de blogs como Gawker, fue revelado que sus artículos en Wired y New York tenían un tipo de plagio muy peculiar: el auto-plagio. Resulta que en la industria editorial usualmente se te paga por textos nuevos, pero ¿qué hay acerca de reciclar tus antiguas ideas?, es una línea éticamente gris ya que es algo de tu autoría pero no precisamente original. Lógicamente, no es algo aceptado ni correcto. Y eso pensaron sus editores. Fue despedido del New Yorker. Lehrer revivió, como autor, cuatro años después pero el plagio siempre estará alrededor de su carrera. De hecho se comprobó que recayó ya que en su nuevo material recicló ideas de uno de los libros que incluía plagios. El pensador se ha justificado diciendo que necesita “reglas más estrictas”.
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¿Qué pasa con los plagiarios? Son castigados, usualmente abandonando su cargo actual o el nombramiento pertinente. O eso nos dice el breve recuento de párrafos anteriores. Uno más: Un editor del New York Daily News fue suspendido debido a que, por un error de la plataforma online, borró las comillas en las columnas del activista estadounidense Shaun King, error que provocó que a King lo acusaran de plagio, causando un golpe a su credibilidad. Hubo consecuencias.
Escritores, articulistas y ministros han dejado sus puestos por plagiar. ¿Qué dice el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, sobre el caso Peña Nieto? No le parece importante, o mejor dicho, el servidor público considera que hay cosas más importantes.
Nuño Mayer cree que “hay cosas más importantes”
Recapitulando: La ministra alemana de educación renuncia [además de perder su doctorado] luego de descubrirse que plagió elementos de su tesis doctoral, mientras que el Presidente de México no tendrá reacción por parte de la Universidad Panamericana y encima de todo, el titular de la SEP no piensa importante que la tesis universitaria Enrique Peña Nieto carezca de citas adecuadas.
México Mágico.