Presupuestos, espectáculo y elecciones
Para Néstora Salgado, por su resistencia y su insistencia en luchar por la libertad.
Año electoral, 2016, donde los gastos de los gobiernos estatales aumentan, los circos mediáticos se elevan y los presupuestos, desgraciadamente, se reducen para las necesidades de la población.
Ello no es algo que ignoremos, pero queda detallado en un reciente análisis de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), donde encontramos que hay pillos, pillines y pillotes, según no sólo las necesidades de cada entidad. Además, por los billetes que requieren muchos operadores políticos llegados del centro del país y hasta del extranjero, estos últimos cobrando en dólares no obstante la devaluación de nuestra moneda.
Según la ASF, las irregularidades detectadas y no subsanadas, en los 12 estados donde habrá relevo gubernamental, “ascienden a 32 mil 971 millones de pesos” (La Jornada, 7 de marzo).
Agrega el estudio “Veracruz encabeza la lista del gobierno que más indicios de malos manejos tiene”, con 18 mil 598 millones, que no se utilizaron para salud, educación y pobreza sino desaparecieron (ídem).
El supuesto mandatario, Javier Duarte de Ochoa, tiene, asimismo, muchos otros pendientes, aunque también amigos en el gobierno federal que se hacen de la vista gorda (como el peso de Javier) para no sancionarlo, tanto así que continúa al frente de Veracruz a pesar de las manifestaciones cotidianas de repudio a esta persona.
En Puebla, supuestamente hay 551 millones de pesos sin aclarar, no obstante que se han realizado una serie de obras públicas, muchas de ellas mal hechas o muy costosas, que comprometen “al erario poblano por 23 mil millones de pesos, que deberán pagarse en los próximos 30 años (Proceso, número 2053).
Dos malos ejemplos son la reestructuración del estadio Cuauhtémoc de futbol y la creación del Museo Barroco, edificaciones ostentosas, pésimamente realizadas, de relumbrón y que recién inauguradas ya tienen deterioro. No se diga el segundo piso de la autopista México- Puebla, el cual está concesionado a OHL y Pinfra. Esta última de un inversionistas quebrado, David Peñaloza.
También en Chihuahua hace aire. El señor César Duárte junto con su esposa, son ahora miembros de un banco estatal. Los fondos que invirtieron en el mismo son de las arcas públicas, según han denunciado ciudadanos y organizaciones, entre ellos el senador Javier Corral.
Recientemente, el Papa Francisco visitó un Cereso en Ciudad Juárez. Todo parecía de maravilla, aunque supimos más tarde (a través de algunos medios fronterizos) que muchos de los aparentes reclusos eran policías que llevaron a cabo una escenografía para el Pontífice. Es decir, ni siquiera lo que se dicen católicos pueden respetar a quien le besan la mano.
En Oaxaca, el supuesto opositor al PRI, Gabino Cué, ha sido un desastre. Hay pendientes por 2 mil 201 millones de pesos. Los rubros donde hay faltantes son: los Fondos de Aportaciones de Apoyo a los Servicios de Salud, a la Seguridad Pública y a Educación. O sea, lo que más necesitan los pobladores más carentes; con necesidades esenciales.
Tal vez por esas irregularidades, Gabino el muy ligado al secretario general de Puebla, Diódoro Carrasco, no puso ningún obstáculo para que el secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, fuera a su entidad a regañar a la CNTE y tratar de meterla en cintura (sic que usa la regla para sancionar).
Podríamos continuar con las otras ocho entidades donde habrá comicios, pero no tiene caso. Todos los ejemplos muestran que nuestros impuestos no van a lo necesario, lo fundamental (por eso recientemente supimos que resultó un engaño el combate a la pobreza, Milenio, 8 de marzo), sino a lo banal, al espectáculo constante (las elecciones) o, lo más ruin: a los bolsillos de gobernantes y empresarios.
Por cierto, el 8 de marzo no es un día para festejar a las mujeres, desgraciadamente, sino para recordarlas por los feminicidios, según la terrible- genial caricatura de Rocha (La Jornada, 8 de marzo).
@jamelendez44