Las religiones en México: diversidad, intolerancia y conflicto
Un especial de Tercera Vía Ilustración original: Jonathan Gil Diseño web: Francisco Trejo
Del politeísmo al catolicismo
Desde hace ya muchos siglos, México se ha caracterizado por tener una gran diversidad religiosa. Las culturas prehispánicas adoraron a diversos dioses, como Quetzalcóatl, Tláloc, Tonantzin, entre otros. Cada cultura tenía una deidad que venerar. Con la llegada de los españoles, el politeísmo fue erradicado violentamente por parte de las órdenes religiosas europeas y el catolicismo fue impuesto como religión dominante sobre todo el territorio. Sin embargo, durante las últimas décadas México ha experimentado una diversificación de creencias, aumentando el número de personas no católicas en el país. Este regreso a una heterogeneidad religiosa refleja el carácter diverso de nuestra sociedad y habla de una comunidad abierta a distintas creencias y diferentes tipos de fe.
Desde 1895, el catolicismo es la creencia religiosa más practicada por los mexicanos y mexicanas. Con base en un estudio realizado en el año 2000 por el Instituto de Estadística y Geografía (INEGI) titulado “La diversidad religiosa en México”, desde 1985 la religión católica es la creencia más popular en todo el país. Hasta 1990 más del 90% de la población se asumía como católico. Hay que tomar en cuenta que estas cifras pueden no ser totalmente certeras si consideramos que durante décadas, la diversidad religiosa era mal vista e inclusive castigada por la población. Por lo tanto, no sería difícil pensar que mucha gente mentía en sus creencias para evitar problemas tanto con la autoridad como en su comunidad. Es sólo hasta finales del siglo XX y principios del XXI, cuando el fervor religioso del catolicismo disminuyó en un 10%, acortando la población católica en México a un 80%.
A pesar de que en México la religión católica es mayoritaria en todo el país, existen diferencias importantes en la población católica entre los estados de la república. Las entidades con la población católica más grande son Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y Zacatecas. Todos estos estados tienen una población católica por arriba del 95% de la población total del estado. Por el contrario, los lugares con menos católicos en el país son Quintana Roo, Tabasco, Campeche y Chiapas. Estos lugares han experimentado una caída considerable en el número de católicos en su población si se toma en cuenta que en 1895, más del 99% de la población en estas entidades se decía católico. En más de cien años, los estados del sur mexicano han experimentado una disminución de católicos de hasta un 30%. Estos resultados no se encuentran estrechamente relacionados con la baja densidad. Por el contrario, las entidades con menor número de católicos son también quienes tienen el mayor número de personas que practican otro tipo de creencias, siendo Chiapas el lugar donde más gente profesa otra religión.
Más allá de la religión católica
Desde hace más de tres décadas, el número de personas no católicas ha crecido en el país. Mientras que en 1960 sólo había 816.5 mil personas con religión diferente a la católica, este número incrementó a más de 4 millones en 1990 y más de 6 millones en el año 2000. Para 2011, México ya había perdido alrededor del 16% de fieles católicos. Además de que otras religiones han ido creciendo, el número de personas que se considera no creyente aumentó un 4%, al sumar más de 5 millones de personas en todo el país, principalmente jóvenes de 15 a 29 años de edad.
Después del catolicismo, la religión con mayor influencia en el país es el protestantismo. De acuerdo con el estudio realizado en 2010 por INEGI titulado “Panorama de las religiones en México 2010”, la religión protestante es la segunda creencia con mayor número de devotos. Las religiones más importantes en México después del catolicismo y el protestantismo son el cristianismo y el evangelismo. Sólo el judaísmo sobresale dentro de los grupos más pequeños con una población no mayor a 70 mil personas.
Desde hace más de tres décadas, el número de personas no católicas ha crecido en el país.
A pesar de que el Islam sigue siendo una creencia poco practicada en México, esta religión ha presenciado un incremento considerable en su número de creyentes durante los últimos años. Desde hace 15 años, los musulmanes han aumentado en un 250%, al pasar de mil 500 practicantes en el año 2000, a 5 mil 260 en 2015. Los estados que concentran el mayor número de musulmanes en el país son el Distrito Federal (1,178), Estado de México (417), Jalisco (248), Baja California (190) y Puebla (166). Sin embargo, los lugares donde más migrantes musulmanes y centros de conversión existen son Torreón y San Cristóbal de las Casas.
Las gráficas
Discriminación religiosa
Esta diversificación religiosa en el país, sin embargo, ha venido acompañada de mayor intolerancia y discriminación hacia minorías religiosas. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México elaborada en 2005, 80.4% de la población considera que en el país existe discriminación hacia las minorías religiosas. Además, 21% de los encuestados dijo haber experimentado algún tipo de discriminación por tener una creencia religiosa diferente a la católica. Desde 2005 a 2010 la discriminación hacia grupos religiosos no tuvo cambios importantes. De acuerdo con la ENADIS 2010, 35.7% de la población cree que se respetan poco los derechos de las personas no católicas y un 26% dice que no se respetan nada. Ante estos datos podemos inferir que existe una importante limitación en el ejercicio de los derechos de las personas en función de su creencia religiosa. La discriminación por religión se encuentra dentro de las 5 principales causas de discriminación en el país.
Este rechazo ha venido acompañado de actos de violencia. Durante el gobierno de Felipe Calderón se tuvo registro de 32 casos de discriminación a minorías religiosas dentro de los cuales se encontraban expulsiones de la comunidad, quema y destrucción de templos, extorsiones, corte de servicios de agua y electricidad, marginación de los programas sociales, etc. Las ciudades del país donde más casos de discriminación a minorías religiosas se han presentado son León, Toluca, Torreón, Puebla y Guadalajara. Sin embargo, los lugares donde se llevaron a cabo los actos más violentos en contra de estos grupos fueron Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Al mismo tiempo, la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), ha mencionado que existen graves violaciones a los derechos humanos de grupos religiosos minoritarios en Michoacán, Hidalgo, Veracruz, Guanajuato y el Estado de México.
Durante el gobierno de Felipe Calderón se tuvo registro de 32 casos de discriminación a minorías religiosas
Ante la pérdida de creyentes y la expansión de otro tipo de creencias en la población, la religión católica se ha ido radicalizando en sus prácticas tanto internas como externas. El pasado 25 de Junio de 2013 en Chiapas, 31 evangelistas fueron agredidas y capturadas por su comunidad. En el municipio de San Cristóbal de las Casas, un grupo católico secuestró, humilló y agredió a esas personas que profesaban una religión distinta a la católica. Los católicos exigieron una recompensa para la liberación de las personas por un monto mayor a un millón de pesos. Tras varias horas de negociación con las autoridades, los evangelistas fueron liberados, pero ninguno de los secuestradores fue detenido. Además haber privado de su libertad a las 31 personas, la comunidad de San Cristóbal de las casas destruyó el templo evangelista y 4 casas de personas que admitieron profesar esta religión.
Otro caso importante que demuestra la radicalización del catolicismo en el país es lo que ocurrió en la comunidad de Nueva Jerusalén en el estado de Michoacán. En agosto de 2012, miembros de la Iglesia Católica Tradicional de La Ermita, se opusieron a la educación pública, destruyendo e incendiando las escuelas del pueblo. Su principal objeción era que lo que se enseñaba en las escuelas estaba en contra de la palabra de dios y que transgredía el orden religioso de la comunidad. Bajo la amenaza del fin del mundo, el cura de la comunidad ha mantenido controlados a los ciudadanos utilizando mecanismos como el encierro, la burla y la expulsión de la comunidad.
¿Podemos aspirar a vivir en un país laico, con respeto a los derechos humanos?