Educación superior en México: El mito de estudiar en el extranjero.

Una de las idas más infundadas dentro de la sociedad mexicana durante los últimos años es la de que estudiar en el extranjero te da mayores oportunidades laborales y mejor calidad de vida. Mientras hace más de 30 años estudiar en México representaba subir en la escala social, hoy en día pareciera ser que los que se quedan en el país a realizar sus estudios tendrán menos oportunidades que los que salen al exterior.

El número de mexicanos en el exterior hasta 2014 era de 11, 913,989 de los cuales 11, 793,976 residían en el continente Americano (11, 651,419 en Estados Unidos), 103,814 en Europa,  11,180 en Asia, 4,098 en Oceanía y 921 en África. Este número de personas son las que cuentan con documentación para residir en el exterior. La mayoría de las personas fuera de México estudian o son profesionistas.

En cuestión de género, los hombres siguen siendo quienes más oportunidades de salir al extranjero tienen al representar el 54% de los mexicanos en el exterior. Después de Estados Unidos, los países que mayor número de mexicanos registran son:

Los estados de la república que más jóvenes exportan al estudiar como estudiante o mano de obra calificada son el Distrito Federal, Chihuahua, Jalisco, Estado de México y Nuevo León. Con el tiempo, esta población ha ido aumentando  al punto de llegar casi al doble entre 2009 y 2015. Lo que implicaría que cada vez más mexicanos y mexicanas deciden estudiar o llevar a cabo su carrera profesional en el exterior.

A pesar de que el número de mexicanos viviendo con documentos en el exterior ha aumentado al paso de los años, por lo que también ha aumentado el número de personas estudiando en el extranjero, esto no representa ni el 1% de la población total de nuestro país. De acuerdo con cifras de Conacyt el 90% de sus becas es destinado a personas que realizan su posgrado en el país, y solo 5,000 becas son otorgadas para el estudio de posgrados en el extranjero. Por consiguiente, las personas que estudian  afuera son una élite muy reducida con las posibilidades tanto de adquirir conocimiento en otros países así como de crecer profesionalmente en países más desarrollados con el nuestro. Esto no quiere decir que son pocos los mexicanos que quieran estudiar en el extranjero. Una encuesta realizada en el presente año por la empresa OCC establece que 58% de las personas encuestadas desearían realizar algún estudio en el exterior. Sin embargo, al compararlo con los datos del Conacyt, una conclusión posible es que el apoyo de gobierno sigue siendo escaso para satisfacer la demanda de estudiantes que buscan posgrados en otro país. Al mismo tiempo, la deficiencia del sistema educativo mexicano impide que el mexicano promedio pueda competir por plazas en instituciones educativas de alto nivel en el extranjero.

Desafortunadamente, los y las jóvenes que salen al exterior para realizar estudios de nivel superior no tienen en México el mejor de los escenarios para desarrollarse profesionalmente. Con base en datos del INEGI 2001, 35% de los desempleados en el país cuentan con estudios universitarios. De ese total, las personas con doctorado son las que más sufren ya que 5 de cada 10 no encuentran trabajo.

Si bien las personas que estudian en el extranjero siguen siendo una pequeña minoría en el país, las oportunidades que tienen estas personas a su regreso no se equiparan con el esfuerzo realizado durante sus estudios. Las altas tasas de desempleo para jóvenes con estudios de posgrado desilusiona todo deseo de adquirir mayor conocimiento para convertirse en mano de obra especializada. Esta falta de apoyo del gobierno en la educación superior refleja en parte la baja productividad del país al contar con una mano de obra poco o mal calificada (pero barata), y mano de obra calificada desaprovechada. En resumen, no importa si te quedas o te vas, las oportunidades que tendrás en México serán similares. Inclusive, mientras más estudios tengas, más difícil será encontrar un buen empleo.