Ricardo Peralta y el Activismo Performativo: ¿Apoyo Real o Estrategia de Fama?

En el reciente estreno de la película Wicked en México, el influencer Ricardo Peralta fue recibido con abucheos por parte del público al llegar al evento. Este incidente refleja una tendencia en la percepción pública hacia figuras que, tras ganar notoriedad en programas de telerrealidad, enfrentan críticas por su comportamiento y autenticidad.

Ricardo Peralta, conocido como “La Loba”, ingresó a La Casa de los Famosos México con una sólida base de seguidores en Instagram, superando el millón, y se posicionó como uno de los favoritos para ganar el reality desde que se anunció su participación. Sin embargo, durante su estancia en el programa, su comportamiento y declaraciones generaron controversia. Casos como su confrontación con Arath de la Torre, a quien acusó de homofobia para perjudicarlo ante el público, fueron percibidos como estrategias deliberadas del youtuber. Además, surgieron acusaciones de xenofobia contra Peralta, aparentemente con el fin de dañar la imagen de otros participantes, junto con comentarios de estigmatización sexual hacia Karime, a quien llamó “paciente cero” de enfermedades de transmisión sexual. Asimismo, criticó los cuerpos de participantes como Gala Montes y Brigitte Bozzo, y, en una contradicción evidente, negó la existencia del movimiento feminista, del cual anteriormente se declaraba aliado. Estos incidentes provocaron una reacción adversa en el público, resultando en la pérdida de más de 100 mil seguidores en menos de 12 horas y en la suspensión de su cuenta de Instagram. Algunos atribuyeron esta suspensión a las denuncias masivas de usuarios que lo acusaban de carecer de integridad en cuanto a los valores y causas que decía defender, convirtiéndose así en uno de los casos más representativos de activismo performativo.

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¿Qué es el Activismo Performativo?

El activismo performativo se refiere a acciones que buscan proyectar una imagen de compromiso social sin un involucramiento, interés o convicción genuina en la causa. Este tipo de activismo se caracteriza por su superficialidad, mediante acciones simbólicas que carecen de un impacto real en la causa defendida; la búsqueda de reconocimiento, motivada por el deseo de obtener aprobación social, mejorar la imagen pública y capitalizar una causa, ya sea generando ingresos o incrementando la base de seguidores; y la falta de compromiso sostenido, con una participación esporádica que solo se da cuando existe la posibilidad de obtener algún tipo de beneficio.

Este fenómeno ha sido objeto de estudios académicos, donde se analiza cómo el capitalismo influye en el carácter del individuo moderno, fomentando comportamientos que priorizan la imagen sobre la acción efectiva. A largo plazo, el activismo performativo trae consecuencias negativas, no solo para quienes lo ejercen (como en el caso de Peralta), sino también para las mismas causas que dicen apoyar, pues la percepción de falta de autenticidad resta credibilidad a movimientos legítimos. La exposición constante a activismo superficial puede generar apatía y desinterés en la audiencia.

El caso de Ricardo Peralta como ejemplo de activismo performativo

La conducta de Ricardo Peralta en La Casa de los Famosos México (y también fuera de ella) ha sido interpretada por algunos como un ejemplo de activismo performativo. Su actitud reiterativa de culpar a otros por su desprestigio o responsabilizar al “formato” —que permite ver 24/7 los comportamientos reales de los famosos participantes—, de la percepción negativa que generó, refuerza esta percepción. Esto sugiere que su personalidad, valores y convicciones parecen variar frente a la cámara y fuera de ella. Un ejemplo de esta discrepancia ocurrió durante una transmisión en vivo, en la que, creyendo no estar siendo escuchado, criticó a “su amiga” Danna Paola, alegando que ella no lograba llenar sus conciertos y regalaba boletos.

Las redes sociales se inundaron de comentarios y publicaciones sobre el comportamiento de Ricardo Peralta. Usuarios expresaron su descontento y acusaron al influencer de utilizar causas sociales para su beneficio personal.

El caso de Ricardo Peralta pone de manifiesto la delgada línea entre el activismo genuino y el performativo. En la era digital, donde las acciones están bajo constante escrutinio, es esencial que las figuras públicas y los individuos en general reflexionen sobre la autenticidad de su compromiso con las causas que defienden. Solo a través de un activismo sincero y comprometido se pueden generar cambios reales y duraderos en la sociedad.


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