5 momentos en los que el sistema de salud mexicano (NO) fue mejor que el de Dinamarca

Según el presidente Andrés Manuel López Obrador, el sistema de salud mexicano ya es mejor que el de Dinamarca. Claro, porque aquí nadie espera horas para ser atendido, siempre hay medicinas de sobra y los hospitales son una maravilla. Seguro que en Dinamarca ya están tomando notas para alcanzar nuestro nivel. Pero en caso de que te lo hayas perdido, aquí están los mejores momentos en los que el sistema de salud mexicano realmente brilló.

1. La épica desaparición del Seguro Popular: el parteaguas de las tragedias que ni Netflix pudo predecir

El Seguro Popular, que desde 2004 protegía a más de 50 millones de mexicanos, desapareció en 2019 con un estilo digno de un truco de magia, porque AMLO dijo que “no era seguro ni popular” (qué nivel de análisis, ¿no?). Mientras Dinamarca disfruta de un sistema de salud que cubre al 100% de su población, el gobierno federal dejó a millones en la cuerda floja con la llegada del Insabi (del cual hablaremos en un momentito), que solo logró aumentar el gasto de los hogares en servicios médicos en un 30.9% según el CEESP. ¡Un aplauso para el arte de desaparecer 119 mil millones de pesos!.

2. El Insabi: la solución que nadie pidió, ni entendió

En 2019, el Insabi llegó como el “superhéroe” que iba a salvar nuestro sistema de salud, pero resultó más como el primo incómodo que promete ayudar y solo estorba. En lugar de arreglarlo todo, se convirtió en un laberinto digno de “¿Quién quiere ser millonario?”, pero versión “¿quién quiere una consulta?”. Duró cuatro años y, sorpresa, desapareció. Ni logró igualar al Seguro Popular ni cumplir con sus promesas de consultas, urgencias o atenciones hospitalarias. ¿La culpa? No solo fue del COVID. Desde 2019, las atenciones bajaron porque el Insabi estaba en “modo concepto”. Y para 2022, su gasto total fue de unos tristes 34 millones de pesos, una caída del 94% respecto a 2021. Para ese punto, ni alcanzaba para las aspirinas.

Pero espera, que a partir de aquí, comenzó la verdadera caída libre del sistema de salud mexicano, con el desabasto de medicamentos como uno de los mayores escándalos, pero tal vez era la mejor estrategia para evitar largas filas, ya sabes, nada de lidiar con salas de espera, si no hay medicinas, ¡no hay problemas! Mientras Dinamarca se preocupa por tener todo a la mano, aquí sobrevivir a un hospital público es casi como pasar una prueba de supervivencia.

3. México: expertos en desabasto y deudas, el nuevo modelo de salud mundial

¿Dinamarca con su sistema de salud de primera? Por favor, eso es para aficionados. En México, nos enorgullecemos de un desabasto de medicinas que ni el sistema danés podría igualar. En 2022, el Insabi confesó que no pagó ni un solo tratamiento ese año. Sí, leíste bien, ni uno. En lugar de eso, los recursos se usaron para pagar deudas a seis proveedores, porque claro, prioridades. Se transfirieron 54 mil 881 millones de pesos al Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, pero no para medicinas, sino para tapar huecos de compromisos previos. Además, en 2023, se registraron 7.5 millones de recetas no surtidas en instituciones de salud para personas con seguridad social. ¿Dinamarca podrá presumir de algo así? Seguro que no. Aquí jugamos en otra liga: la de sobrevivir sin medicinas, pero con deudas pagadas. 

4. El milagro del agua: la nueva “quimio” en México

En México, hemos llevado el desabasto de medicamentos a niveles nunca antes vistos, especialmente con los niños con cáncer. Entre 2019 y 2022, más de 1,600 pequeños fueron afectados por la falta de tratamientos oncológicos, y si creías que eso era todo, prepárate: en lugar de quimioterapias, en algunos casos, les inyectaron agua. ¡Sí, agua! Porque claro, nada como un buen chorro de H₂O para “combatir” el cáncer. ¿Qué más da? El Insabi, mientras tanto, seguía jugando a las escondidas con los medicamentos. Familias protestando, niños esperando quimios, pero el sistema de salud innovando con soluciones “alternativas”. Y todo esto mientras el presidente nos prometía un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, que según él, lo fue en todo su sexenio. Seguro en Dinamarca no tienen agua “curativa”.

5. ¿IMSS-Bienestar y Megafarmacia: La respuesta a nuestros problemas de salud?

Así que aquí estamos, con el IMSS-Bienestar asumiendo el rol de salvador después del desastroso paso del Insabi, y la Megafarmacia del Bienestar prometiendo llenar los estantes con medicamentos que a menudo parecen estar en otro planeta. La pregunta es, ¿realmente serán estas las soluciones mágicas que necesitamos? El IMSS-Bienestar, con sus grandiosas promesas, apenas está comenzando a despegar, mientras la Megafarmacia sigue en la lucha por no parecer un desierto de medicamentos.  Mientras Dinamarca probablemente se ríe en su rincón, ajena a nuestras peripecias de salud pública, aquí seguimos esperando una verdadera solución. Quizás deberíamos invitarlos a México para que nos den una lección sobre cómo mantener las farmacias abastecidas… o al menos, para que nos cuenten un chiste sobre cómo hacerlo. La trama continúa, y la espera por una verdadera solución sigue siendo parte de nuestro drama nacional.

El gran desafío: transformar la salud en un derecho universal

La salud debería ser un derecho universal, no un capricho de la suerte. No se puede seguir jugando a la ruleta rusa con recursos, infraestructura y medicamentos. En lugar de tener un sistema de salud que se siente como un episodio rancio de La Rosa de Guadalupe, deberíamos tener uno que funcione como se espera: confiable y accesible para todos. Así que, mientras seguimos esperando a que nuestro sistema de salud se convierta en algo más que un chiste, recordemos que el acceso a la atención médica no debería ser una lotería. Todos merecemos un sistema que realmente funcione, no solo uno que nos dé material para las mejores historias de humor.

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