El gobierno federal cree que la mejor atención psiquiátrica es la familia

El secretario de Salud, Jorge Alcocer, justificó la desaparición de hospitales psiquiátricos porque la salud mental requiere ser atendida “desde la familia”.

El Gobierno de México se caracteriza por dejar en manos de “la familia” la atención de diversos temas en lugar de garantizar el trabajo al respecto. Como ejemplos se encuentran que para erradicar la delincuencia, López Obrador pidió a las madres que “los ayudaran con sus hijos”; o que serán los “abuelitos” los que se encarguen de cuidar a los niños cuando eliminó las estancias infantiles. Ahora es Jorge Alcocer el que considera que la salud mental se atiende “desde la familia”.

En abril, la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley General de Salud al desaparecer los hospitales psiquiátricos para brindar una atención comunitaria en materia de salud mental y adicciones. Aún no se sabe que pasará con los pacientes que están internados.

El modelo psiquiátrico en México ha provocado estigmas entre los pacientes, lo que a la vez causó un grave problema en materia de derechos humanos, por lo que eliminar los hospitales especializados podría funcionar si los hospitales generales y centros de salud establecieran un protocolo adecuado en sus servicios de salud mental.

La reestructuración de los servicios funcionaría para garantizar la pronta atención, lo que impulsaría un cambio social en la concepción del tema de salud mental y, sobre todo, el respeto a los derechos humanos de las personas con alguna discapacidad psicosocial.

Realizar un cambio como tal, de atención especializada en hospitales que incurren en internamientos forzosos, torturas, aislamientos, encadenamientos y violaciones, a un modelo de atención comunitaria lleva tiempo de planeación, presupuesto, capacitaciones, adecuaciones, mucho más allá de concebir que la salud mental debe atenderse “desde la familia”.

Que no se nos olvide, la salud mental es una cuestión multifactorial, y como tal debe atenderse, no es una cuestión personal, genética, o de discapacidad, exclusivamente, muchas veces la explotación laboral y social, o la pobreza, lo que influye.