Se tiene que hablar más del suicidio (para prevenir)
Lo que hay que saber:
- Nueve de cada 10 personas muestran señales previas de dañarse o atentar contra su vida
- Avisar es una forma más de pedir ayuda
- Como familiar no hay que invisibilizar ni ignorar
Algunos mitos que persisten en la sociedad mexicana sobre el suicidio son: quien desea cometer un acto autolesivo está decidido a perder la vida o no alerta ni emite señales previas de esta situación, señaló la experta en intervención clínica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Liliana Guzmán Álvarez.
“¿Quien desea suicidarse está decidido a morir? No es así, a veces es una forma más de pedir ayuda. Tampoco las personas que se autolesionan lo desean, aun cuando pueda ser un factor de riesgo para la conducta suicida. Por ello, lo primero no es invalidar esas emociones, porque muchas ocasiones les dicen: ‘¿por qué lo haces, si tienes todo en la vida?’”, indicó.
Al participar en el conversatorio Noche de Emociones: “Autolesión y suicidio”, convocado por la Casa de las Humanidades, el Museo de las Constituciones y la FP, la especialista universitaria mencionó:
Las afectaciones físicas o cutáneas están vinculadas a causar dolor corporal, el cual se utiliza “como estrategia de regulación para poder sentir menos malestar interior”. No obstante, se debe emprender un análisis más profundo de los elementos en cada caso.
De acuerdo con la maestrante en Psicología, Daniela Esquivel González, nueve de cada 10 personas muestran señales previas de dañarse o atentar contra su vida.
“Se deben analizar las causas de los comportamientos, que pueden ir desde una pérdida, alguna enfermedad, y de ahí dependerá el abordaje para dotar de estrategias que gestionen sus emociones”, añadió en el encuentro presentado por Mariana González Beristáin, coordinadora de Casa de las Humanidades.
Para Oscar Hernández Aguirre, egresado de la FP, los potenciales suicidas se encuentran en una posición ambivalente porque quieren concluir con un estado de sufrimiento, pero también buscan ayuda; “es como traer una venda en los ojos”.
Entre las conductas que pueden presentarse en la víspera de un autoatentado, están: cambios en el comportamiento, por ejemplo en su higiene personal, alimentación; irregularidades en el ciclo de sueño, no duermen bien, o lo hacen por mucho tiempo; además, obsequia o transfiere objetos valiosos, incluso cartas o textos de despedida, abundó.
Lo más importante, aseguró Nimsy Rufino Zavaleta, también de la Facultad, es compartir el estado o la situación que se vive, el diálogo. “Hablar nos ayuda a hacer sentir, a que la persona afectada no se sienta sola; incluso abordar el tema del suicidio puede ser un medio de prevención”.
Hay que tomar en cuenta varios factores, lo que ocurre al interior de nuestra casa y cómo repercute en las conductas, incluso puede haber una percepción de que la persona afectada carece de redes de apoyo, aclaró.
En su participación, Eduardo Matamoros Mendoza, egresado de la entidad universitaria, consideró: “puedo enfrentar el miedo y darme yo mismo una sensación de control. Para eso tengo que buscar herramientas que me ayuden, y enfrentar la frustración que tengo”.