Tinieblas, Nieve y Deseo
“Se Inyectan Asteroides”, es una columna de Emmanuel Medina
@emmanuelmedina
Las letras pueden usar, a gusto de quien las redacta, diversos vestuarios para deslumbrar al lector, espectador privilegiado, de un desfile de texturas y emociones que los arranque de la silla donde leen o la banca del parque donde se abstraen en la literatura y ser transportados a mundos donde pulsiones primarias y originales les regalen, por unos minutos, otra forma de vivir su propia existencia.
Esta semana, la nebulosa política, la fatua Nueva York -como la describe Joaquín Sabina- o los goces del cuerpo son protagonistas en las recomendaciones literarias.
Como se dijera en el dicho que nació en las cocinas mexicanas: “hay de chile, mole y pozole”. Pasen y escojan.
Oscura novela política
Daniel Krauze, heredero del linaje de una familia que a muchos incomoda por sus certeros dardos contra el poder mexicano, encabezadas por su padre, Enrique, y que muchos descalifican como escritor por haber sido parte de los guionistas del serial de Netflix, “Luis Miguel, La Serie”, se posiciona con su segunda novela, “Tenebra”, como un chico con un vidrio al sol, que dirige el rayo que quemará al escabarajo, sin clemencia.
En este caso, el insecto a achicharrar está hecho de las podridas tramas que dan sinsentido al entramado del poder, ambicioso y hediondo, de este sufrido país.
Ambientada, sin esconder su indignación como un narrador que juzga entre líneas, en el infausto sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, esta fábula disecciona, en clave de una “falsa” ficción, a una pandilla de políticos que lo único que parecen perseguir, con rabia y despotismo, la manera más rápida de hacerse multimillonarios, sin el menor ápice de conciencia social o encubierta moralidad, en el jugo de espejos que componen los protagonistas, Julio Rangel y Martin Ferrer.
Desde su sangrienta escena inicial, el más joven de los Krauze requiere que el lector se sienta horrorizado ante esta “novela histórica”, porque el 2016 que describe sigo siendo dolorosamente cercano a un México tan castigado por quienes lo dirigen: su gran acierto es que la novela está contada a la manera de un guión desquiciado donde los diálogos son la huella de acciones que, basadas en hechos reales, nos han llevado a seguir siendo lectores aterrados de quienes transitan los pasillos de oficinas o ante quien “escogemos” para que siente en la silla presidencial mexicana.
“Tenebra”
De Daniel Krauze
Editada en Seix Barral
Nieva en la Gran Manzana
Michael Cunningham, escritor nacido en Ohio en 1952, tiene adeptos.
No lectores comunes.
Muchos llegamos a él después de ver la adaptación de su novela “Las Horas”, película estremecedora donde la historia de tres mujeres se intercalaban en el tiempo para mostrar su profunda desazón de género, tras verla, uno corría a comprar el libro -uno, que es lector clavado- y descubría que el texto era un poderosos complemento metafísico y filosófico, que la película solo alcanza a atisbar, por más pasión que le inyectaron Meryl Streep y Nicole Kidman, dos de sus protagonistas.
El también colaborador de revistas como The New Yorker y The Paris Review se centra, siempre, en la búsqueda de la reflexión humana a través de personajes que se descubren, vagando siempre, entre el mundo de lo real e irreal: en su más reciente, “La Reina de las Nieves”, la gélida Nueva York es el escenario para que dos hermanos, el guapo Tyler y el bonachón Barret, encuentren sus destinos justo a la edad, los 40 años, pasados un poco más, en que la mayoría de los seres humanos tienen ya la vida resulta.
Una historia de pequeñas filigranas como frases precisas y emotivas, hechas de palabras precisas, justas, poéticas y delicadas, un estilo que podríamos llamar Cunningham: uno de los grandes, grandes nombres de la literatura norteamericana contemporánea.
“La Reina de las Nieves”
De Michael Cunningham
Editada en Lumen
El placer narrado
La periodista y cronista peruana, Gabriela Wiener, se trasviste en la piel del deseo y, desde su particular y poderosa óptica, desentraña los mecanismos del deseo, con el rigor del oficio de la noticia y la sabrosura de la narrativa para recopilar en este “Sexografías” una serie de narraciones donde el estricto erotismo, las pulsiones sexuales y los atisbos de la pornografía son el motor de sus historias: todas, con estricto apego a una visión aguda de la realidad.
En sus fábulas, vividas en primera persona, lo mismo cabe un hombre común con seis esposas nada comunes, que una chica “trans” peruana tratando de sobrevivir en un Paris donde los parques son escenarios de aventuras sexuales de quince minutos; su encuentro, más que cercano, con el actor porno más conocido de España, su revelador viaje con Ayahuasca y, finalmente, su participación en una singular orgía.
Para la Weiner el cuerpo es un mapa a explorar y ella lo logra, muchas veces, con creces en esta radiografía lúbrica que la incluye a ella como portadora de la bandera de la libertad del género y como gozosa protagonista de la libertad de hacer crónicas del tema más tabú y más atractivo en la historia de la humanidad.
“Sexografías”
De Gabriela Weiner
Editado en Editorial Melusina