‘El narcotráfico no es una causa, la democracia sí’: Ismael Bojórquez, cofundador de Ríodoce
Ismael Bojórquez lleva más de 15 años dirigiendo Ríodoce, semanario que pugna por un periodismo ético y crítico en uno de los estados que se ha vuelto un lugar común al hablar de violencia: Sinaloa.
Hace 15 años, en febrero de 2003, Ismael Bojórquez, Javier Valdez y Alejandro Sicairos fundaron Riodoce, semanario sinaloense que comenzó – y se mantiene – con el objetivo de generar un “periodismo más enfocado a los grandes problemas que vive la entidad, basado principalmente en la investigación y desde una perspectiva crítica”.
Mantener este enfoque no ha sido fácil: en sus 3 lustros, Ríodoce ha enfrentado ataques directos por parte de un gobernador de la entidad – el priista Juan Sigfrido Millan durante su periodo como gobernador (1999-2004) se propuso “matarlos de hambre” – , un granadazo en sus oficinas, la constante vigilancia y hostigamiento tanto de autoridades gubernamentales como de grupos criminales, y el asesinato de Javier Valdez, suceso ocurrido el 15 de mayo de 2017 que cimbró no solo a la comunidad periodista sino a toda la sociedad.
Pero “el compromiso con nuestros lectores y una convicción que existe desde antes de nacer como medio y que corresponde a mi formación” es lo que mantiene en pugna al semanario, señala Bojórquez. Y agrega que “existen en la sociedad muchas injusticias, desigualdades, corrupción. Eso debe cambiar y como periodistas podemos contribuir en algo”.
Existen muchas injusticias y como periodistas podemos contribuir para que esto cambie
Hace un par de semanas Ismael visitó la Ciudad de México para ser parte de un conversatorio junto con el periodista colombiano Juan Diego Restrepo. El evento fue organizado por la plataforma Horizontal como parte de su iniciativa #TenemosQueHablar (contenidos multimedia y charlas presenciales enfocadas en la libertad de expresión) .
Después de este panel, Tercera Vía pudo profundizar algunos temas con el director de la publicación que, como definió el periodista Alejandro Almazán, hace “periodismo en la cueva del lobo”.
Durante la charla mencionaste que en las escuelas de periodismo hay que implementar la enseñanza para defenderse legalmente. ¿Conoces alguna institución dónde ya se estén desarrollando estas medidas? ¿Qué otros puntos crees que se tienen que abordar durante la formación del periodista?
Dije que los periodistas y los medios para los que trabajamos debemos prepararnos para enfrentar las demanda que en los últimos años se están generando contra los periodistas y los medios. La constitución general resguarda el derecho a la información y la libertad de expresión, pero los códigos civiles y penales abren puertas para que si alguien se siente ofendido demande al periodista y, aunque al final pierda el juicio, provoca que el medio y el periodista se vea enredado en litigios que a veces son muy costosos económicamente.
En uno de tus textos en Ríodoce, “No se combate al narco con abrazos”, señalas que se trata de reducir y no acabar con la violencia porque eso (acabarla) es imposible. ¿Por qué crees en esta imposibilidad?
Las drogas existen hace miles de años, llegaron para quedarse, de eso no hay duda. Y si hay consumidores habrá siempre quiénes las provean, legal o ilegalmente. Mientras exista la prohibición habrá criminalidad y el crimen que significa traficar genera siempre otros crímenes, produciéndose así una cadena. En México el tráfico de drogas degeneró en organizaciones multicriminales que también se dedican al secuestro, cobro de piso, robo de autos, trata de blancas, piratería, etcétera. Se pueden tomar medidas para combatir el narco, violentas y persuasivas (la despenalización es una de ellas), pero solo podrán contribuir a recuperar la paz, no a terminar con la violencia. Ese es un problema más estructural.
Mientras exista la prohibición habrá criminalidad y el crimen que significa traficar genera siempre otros crímenes, produciéndose así una cadena
Con lo que hasta el momento has visto, leído y analizado sobre el presidente electo, López Obrador, ¿crees que sí se dé un cambio radical en el país en cuanto al tema de seguridad? ¿Esta “cuarta transformación” y su amnistía lograrán bajar los niveles de violencia?
Nunca he creído que vaya a bajar sustancialmente la violencia con AMLO y ahora menos: no veo un discurso coherente, solo buenas intenciones pero no líneas claras sobre una política contra la drogas ni contra la violencia. Sobre la llamada amnistía tampoco he terminado de entender qué significa para ellos.
¿A favor o en contra de la despenalización de la marihuana?
También en la charla señalaste que ya no quieres hablar más del tema de Javier Valdez.
Fue siguiendo la tónica de la moderadora, no es que no quiera hablar de ello. Por el contrario, siempre hemos dicho que mantendremos viva la protesta y la exigencia de justicia hasta que no solo los autores materiales sean juzgados y sentenciados, sino también los intelectuales. Además de que el crimen genera muchas lecciones en muchos sentidos.
Este año el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE) publicó un estudio que indica que en México 8 de cada 10 periodistas han sido intimidados por lo menos en una ocasión. ¿Qué medidas debería tomar tanto el gobierno como los propios periodistas para revertir esto? Porque ya se han creado comisiones que resultan ineficientes.
¿Existen lugares comunes cuando se aborda el tema del narcotráfico?
Claro, la corrupción gubernamental es uno de ellos; siempre habrá políticos relacionados con los capos de la droga y hasta metidos en el negocio. También el papel de los cuerpos policiacos, adheridos siempre a los capos que controlan la plaza, incluso cuando hablamos del Ejército, pues en algunas zonas estará coludidos con los Zetas y en otras con el CJNG o con el cártel de Sinaloa. Otro lugar común es el desarrollo de economías contaminadas con el dinero del narco, la degradación social, la narcocultura, etcétera.
¿Cuáles son tus medidas de protección para reportear?
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Física ninguna. Desde la muerte de Javier hay dos patrullas enfrente de la oficina pero creo que no tienen ni batería (están solo de parapeto, como los espantapájaros). Definimos temas y tratamos de reportear con cuidado, escribir y revisar hasta los títulos. Pero no hay medida que te salve si alguien da la orden de que te vayas.
Cuándo se te acercan periodistas jóvenes para pedirte consejos sobre cómo encarar el tema del narcotráfico, cómo cuidarse, ¿qué les sugieres?
El narcotráfico no es una causa, la democracia sí; las libertades, la justicia social. La gente muere por eso. Ninguna nota es más importante que la vida; si piensas que el riesgo es muy alto, sea la nota que sea, detente. Siempre debe haber mucha comunicación con los reporteros de más experiencia y con tus jefes. Hay una línea muy delgada entre el trabajo periodístico y el trabajo policiaco. No hay que transgredir esas líneas porque estás en peligro. Hay que reportearlo, sí, pero con extremo cuidado.