Saber lo que comemos: Lee esto y te la pensarás dos veces antes de consumir ‘papitas’
Una de las botanas más populares, por su practicidad y ubicuidad, son las denominadas papitas o frituras. Su denominación depende de donde las estés consumiendo, pero no necesariamente son botanas derivada de la papa sino que también pueden replicar su forma, tener otras muy variadas (churritos o totopos) y estar hechas generalmente de harina de maíz. Es el mundo de las papas, frituras y demás antojitos salados en bolsas metálicas.
Y como suele decir el internet, si lo estás comprando en un Oxxo seguramente no es algo que te haga muy bien. O en otras palabras: nadie está descubriendo el hilo negro al decir que las frituras deben consumirse con moderación (o mejor nunca) y que no son muy sanas para nuestra organismo, pero hoy te compartimos un estudio que lo pone en términos más detallados.
El objeto en cuestión que analizó El Poder del Consumidor (y que encontramos de manera viral en la página de Facebook HÁBITOS) habla de un clásico reciente de las reuniones mexicanas: el famoso Paketaxo de Quexo. Es decir, el popular surtido rico de Sabritas en el que se junta algunas de sus fritas más populares con la dudosa curaduría de que todas son naranjas (¿?).
Uno de los datos que más nos impactó fue la mala fama de uno de los aditivos incluidos en la lista de ingredientes, el TBHQ. Citamos del estudio, incluyendo la parte donde se habla de negligencia por parte de las compañías productoras de estos alimentos chatarra:
Es un antioxidante sintético que se emplea como aditivo para extender la vida de anaquel y prevenir rancidez de los productos que contienen grasa y previene la decoloración en productos que contienen hierro. Estudios en animales reportaron casos de tumores, hipertrofia hepática, efectos neurotóxicos, convulsiones y parálisis. En humanos se han reportado casos de alteraciones de la visión.
Expertos en el tema indican que sería sencillo para la industria reemplazar este ingrediente por otro más seguro, pero no se hace.
Otro clásico es el glutamato monosódico, el mismo de algunas comidas orientales que venden en plazas comerciales, que potencializa el sabor y [de cierta manera] produce un placer en las papilas gustativas que nos invita a comer más, en lugar de tomarlo como una simple botana. Y hay cosas todavía más espeluznantes:
Se ha reportado que un consumo excesivo puede generar reacciones adversas, como cefaleas, enrojecimiento de la piel en cara o cuello, aunque es una minoría quien presenta dicha reacción.
No se recomienda el consumo habitual de potenciadores de sabor, ya que generan favoritismo por los alimentos con sabores muy intensos, generando que se busque un consumo regular de productos procesados lo que puede generar una ganancia de peso corporal y fomentar inadecuados hábitos de alimentación en el consumidor, especialmente entre los niños.
Aunque pocos estamos exentos de haber consumido estas frituras, aunque sea por mera necesidad o antojo, no está de más enterarnos acerca del porqué son malas para nosotros. ¿Vas a pensar dos veces antes de abusar de estos no-alimentos?
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