La carta de una madre a su hija asesinada en atentado contra una candidata en Juchitán
El pasado 2 de junio, durante la madrugada, tres personas fueron asesinadas en Juchitán (Oaxaca). Una de ellas era candidata a concejal la presidencia municipal (y ex candidata independiente), otra su primo y chofer, además de una periodistas y fotógrafa también presente. Sus nombres eran Pamala Zamari Terán Pineda (la candidata), Adelfo Guerra Jiménez (el primo) y María del Sol Cruz Jarquín (comunicadora).
De acuerdo a Proceso, la aspirante a concejal era hija de un individuo supuestamente ligado a una organización delictiva. Además, los cuerpos de ella y su primo fueron retirados por familiares “de manera violenta” mientras que el de Cruz Jarquín fue retirado por autoridades.
Cabe mencionar que Pamela era hija Juan Terán Regalado, detenido en abril de 2017 al ser señalado de liderar un grupo del crimen organizado en el Istmo de Tehuantepec y se le investigaba por varias ejecuciones.
Los familiares de Pamela y de Adelfo acudieron al lugar de los hechos y en forma violenta se llevaron los cuerpos, no sin antes advertir que estas muertes no van a quedar impunes.
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Soledad Jarquín Edgar, periodista madre de María del Sol, escribió la siguiente carta en Facebook:
Tu cuerpo olía a sangre. Sentí frío, estaba sucio y tú estabas con tierra en tu cuerpo, te quité con mis manos la tierra de tu cara y ese amasijo que se hizo con la sangre seca, olorosa, lo que no te pude quitar fueron las siete balas incrustadas en tu cuerpo. Eso no pude. Me llené de rabia. Y en ese momento dejé de llorar para abrazarte y decirte que te vayas tranquila, que me dolerá tu ausencia, ya no voy a tener con quién pelear ni discutir, nuestra afición favorita. Ya no escucharé tus planes y proyectos siempre grandes, siempre esperando una oportunidad la misma que hoy ya no tienes frente a la vida.
Si te voy a extrañar siempre, siempre me harás falta con tus ojos que se querían comer al mundo y que hoy no pude cerrar parecía que te resistias a dejar de mirar la vida que te arrebataron. Te voy a extrañar con tu irredenta postura, con tu acostumbrado desplante para reírte del mundo, ese que cuestionaste siempre por desigual e injusto. Te van a extrañar porque no habrá más Solecita llevando tortas al hospital civil y pan de cuando en cuando. Te voy a extrañar mi niña, porque una madre sin su hija es vivir con un hueco en el corazón que nada cierra. Te vamos a extrañar quienes te conocimos por tu inmensa alegría y por tu trabajo siempre profesional.
No le temo a nada desde aquel día que me dijiste quién y cómo eras me diste una lección de vida y siempre supe que eras mi maestra. Te quiero niña de ojos vivaces y estaras en mi corazón hasta que volvamos a encontrarnos. No te voy a recordar cómo te encontré hoy, llena de tierra y sangre, no. Te recordaré como mi hija inteligente, indignada y amorosa que fuiste. Así te recordaremos tus hermanitas y todo la familia, como el alma de la fiesta que siempre fuiste. Y si mi niña, tu crimen no quedará impune.