Branko Milanovic: “estamos a tiempo de cambiar un modelo de globalización que ha contribuido a la desigualdad”

Branko Milanovic, especialista en Desigualdad Económica, Economía de la Pobreza e Instituciones Financieras Internacionales presentó su libro “Desigualdad global. Un nuevo acercamiento en la era de la globalización”, como parte de los eventos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, siendo acompañado por Gerardo Esquivel y Vidal Llerenas, quienes además colaboraron en la revisión técnica de la edición en español de la obra del economista serbio-norteamericano, ahora publicada por el Fondo de Cultura Económica.

En su intervención, Milanovic hizo notar que vivimos en la época con mayor desigualdad de la historia, y propuso algunas consideraciones importantes para encuadrar la idea: “Mi punto de partida es que en la actualidad el capitalismo es el sistema económico y social único y funciona en prácticamente todas partes del mundo. Por otra parte, vivimos un reequilibrio entre Asia y Occidente, mientras que a la vez tenemos un crecimiento de la desigualdad en países altamente industrializados, como Estados Unidos, China, India, Rusia, así como una menor contribución de la capa del 1% más rico. Mi pregunta, por tanto, es: ¿Cuál es el rol de la globalización en todo esto?”

“Hay que partir además de la consideración de que la desigualdad ha demostrado ser un grave problema para el crecimiento: se producen brechas que destruyen la cohesión social, se reducen las oportunidades, y eso a su vez repercute en pérdida de capital humano. Ahora bien, mi idea es que aunque la desigualdad nace como resultado de decisiones gubernamentales locales, tenemos un modelo de globalización sumamente desigual, y la inmigración es una de las muestras de ello”.

Por su parte, Vidal Llerenas recordó: “Empiezo por recordar que en un artículo en The Guardian, Milanovic hace una comparación entre el emperador Alejandro de Macedonia y Carlos Slim, señalando cómo el primero tendía menos riquezas que el segundo, tratando de dimensionar la desigualdad que vivimos en nuestra época.

“Hay temas a discutir: el primero es que existe la idea de que el cambio tecnológico puede aumentar la desigualdad, al desplazar la mano de obra humana por la tecnológica, pero Branko logra acertar al señalar que también pueden realizarse cambios tecnológicos que favorezcan a las personas con menores ingresos, tanto en su productividad como en su ingreso, lo que abre un área de oportunidad muy importante para las políticas públicas.

Por otro lado, plantea el problema del margen de acción de estas políticas públicas -que puede variar en países como México, que tiene una baja capacidad de recaudación-. Se habla mucho de la reforma fiscal que se discute en USA, y se dice que México tendría que reaccionar con lo propio, pensando en que todas las empresas podrían migrar si las tasas de impuestos sobre la renta bajan en el país vecino. Yo soy de la opinión de que hay mucho más espacio de política fiscal en México, un país que no cobra muchos impuestos -como el impuesto a la propiedad, por ejemplo-. En cualquier caso, el gran aporte del libro es la idea de la consolidación de una plutocracia mundial, que asegura que los ingresos y activos de los más ricos sean protegidos, en contra de la idea de que sean resguardados los ingresos o activos de quienes tienen menores ingresos. En México esta idea se ha sostenido a partir de un modelo de bajo crecimiento con muy poca estabilidad, lo que finalmente lleva a conservar el estado de las cosas”.

Gerardo Esquivel, a su vez, consideró que “el libro de Branko ayuda a que procesos complejos de la globalización sean comprensibles para el lector no especializado, como resultado de que reunió a través de los años una gran cantidad de datos que le permitió ver la evolución de la desigualdad desde una perspectiva nacional y comparativa. En cualquier caso, su gran aporte es poder demostrar un hecho puntual: la globalización ha sido un proceso desigual”.