La odiosa cultura dentro de Pixar y Disney Animation: Un gurú acosador y discriminación
La historia de Pixar es curiosa. En un principio fue una compañía de tecnología con liderazgo en científicos; quienes con un espíritu que [de manera muy cliché] asemejaba un laboratorio universitario, lograron descubrimientos sobresalientes para los gráficos tridimensionales y la animación por computadora. Esto lo relata a detalle el excelente libro Creatividad S.A. de Ed Catmull, uno de los fundadores de Pixar. Al igual que Google en tiempos modernos, Pixar traía a cuestas el ser una firma impulsada por ingenieros y sin una vena creativa para dar una demostración óptima de su [entonces] transgresora computadora.
Es más, ni siquiera Steve Jobs supo como marketearlos cuando compró la compañía a George Lucas, quien la vendió debido a un asunto fiscal por sus primer divorcio. Pixar tenía otra cosa en contra: los animadores de antaño en Disney aborrecían el futuro que representaban y lo obsoleta que se vería la animación tradicional en cuanto las computadoras pudieran representar gráficos decorosos.
Hay otro factor para entender esto: Disney Animation Studios estaba bajo control de los aprendices de los aprendices que realizaron clásicos como La Espada en la Piedra, Cenicienta y La Bella Durmiente. Es más, Disney estaba sumida en la mediocridad otorgada por animadores sin brillo en una zona de comfort. No es coincidencia que gente como Tim Burton en sus inicios haya sido rechazada al querer innovar dentro de la empresa.1El renacimiento de Disney fue hasta 1989 con La Sirenita, gracias a Jeffrey Katzenberg y nuevos directivos
Otro exiliado fue John Lasseter, quien luego de varios tratamientos de historia de La tostadora valiente fue invitado a salir de la empresa. Esto fue la ganancia de Pixar y el inicio de una de las alianzas más irónicas en el mundo del cine gringo. El resto es historia: de Toy Story a Monsters Inc., la compra de Pixar por parte de Disney, y la instalación de los directivos de la primera como jefes absolutos de Walt Disney Animation Studios (WDA).
Es por toda esta trama que resulta desgarrador que en la oleada de lamentables revelaciones por el #MeToo, se haya revelado que John Lasseter es uno más de los acosadores de Hollywood. Un artículo de The Hollywood Reporter indica que el Jefe Creativo de Pixar y WDA es acusado de lo siguiente:
- Tocar las piernas y subir faldas de colaboradoras.
- Tratar de besar “accidentalmente” a mujeres en eventos de la empresa.
- Toqueteos no deseados y no consensuados.
- Uso fuerte del alcohol en eventos de Disney/Pixar.
- Impedir el crecimiento de colaboradoras.
Además, Vanity Fair indica que Lasseter era visto como “un adolescente cachondo” al cual había que tener controlado e incluso las mujeres de la empresa sabían como voltear para evitar ser besadas en la boca por él.
Disney ha decidido sólo dar el equivalente de un zape a Lasseter. Tendrá un descanso de seis meses, es decir, será empleado todavía, nadie ocupará de manera oficial su lugar y la firma esperará que esto no afecte el estreno mundial de Coco, así como se pretende evitar un escándalo tamaño Kevin Spacey.
¿El futuro para Pixar y Disney? El liderazgo corporativo sigue en Ed Catmull, además de varios pesos pasados en el área creativa como Lee Unkrich y Peter Docter. De lo que sí adolecen varias empresas de es de mujeres y personas de color en puestos de liderazgos. La actriz Rashida Jones, quien hasta hace poco trabajaba como guionista de Toy Story 4 junto a Will McCormack, indicó que dejó la producción no por acoso de Lasseter sino por otro problema en Pixar: las personas que no son hombres blancos no son tratadas con igualdad en la empresa.
Rashida Jones says she did not leave Pixar due to unwanted advances from Lasseter. Rather, she says in statement (below) to the NYT, her exit was about a workplace where women and people of color were not valued. pic.twitter.com/ANkmKgsS9z
— Brooks Barnes (@brooksbarnesNYT) November 22, 2017
Más información en THR (inglés) y Gizmodo (Español).
Referencias
↑1 | El renacimiento de Disney fue hasta 1989 con La Sirenita, gracias a Jeffrey Katzenberg y nuevos directivos |
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