Así se vive CompArte, el festival artístico zapatista

CompArte: Arte y Acción

El festival CompArte, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se realizó por segunda ocasión en las montañas del sureste mexicano, dando cita a toda clase de poetas, artistas y locos que de algún modo comparten la idea de que el arte es parte fundamental de la transformación social que requieren las revoluciones anticapitalistas alrededor del mundo.

Foto: Luis Enrique Aguilar
Foto: Luis Enrique Aguilarç
Foto: Luis Enrique Aguilar

A través de los días se tejen redes y nacen propuestas de colaboración
El encuentro se realizó en dos partes, la primera del 23 al 27 de junio en la Universidad de la Tierra , CIDECI, en San Cristóbal de Las Casas, donde todo aquel que se inscribió pudo presentar su arte o compartir en talleres su conocimiento y la segunda en Oventic el 28 y 29, donde las bases de apoyo zapatistas mostrarían su creatividad a través de diferentes expresiones artísticas. Pero ya de entrada, el festival rompe con cualquier semejanza de evento artístico o político existente, al mezclar estos intereses muy desvinculados en estas épocas donde el arte se volvió súper autorreferencial; por otro lado, el activismo acusa fácilmente como “arte burgués” cualquier cosa que no hable de la causa.

Aquí estábamos todos juntos, intercambiando, observando y rompiendo gremios, fronteras y muros ideológicos para acercarnos a la mirada del otro. ¿Cómo le haces tú? ¿Como enfrentar esto o lo otro? ¿Tú que sientes con esto? El pensamiento político y la creatividad se fundían por todos los escenarios y salones del festival, los gremios artísticos mezclados compartiendo con otras disciplinas e ideologías políticas, con gente de diferentes partes del México y el mundo. Así se construyó un espacio idóneo para imaginar y conocer a otros.

Una de las cosas más importantes que tiene el festival es que se miran las diferentes artes mucho más allá de lo trendy y la competencia de lo original; todo está más enraizado en la realidad de la vida cotidiana del mundo y los seres que habitamos ahí: la ópera era cantada y la pintura abstracta seguía siendo abstracta, pero estando tan cerca del lodo de la montaña y rodeada de gente sin vestidos elegantes toma otros valores. Durante el pasar de los días, se tejen redes y nacen propuestas de colaboración, que estoy seguro, después nos ayudarán a entrar de alguno que otro proyecto surgido en este espacio.

Foto: Luis Enrique Aguilar
Foto: Luis Enrique Aguilar

En CIDECI uno de los temas que más sobresalía era el del machismo y el estado heteropatriarcal. Colectivos y artistas se pronunciaron, haciendo referencia a que este mal es una de las principales herramientas del capitalismo y que aún sigue ocurriendo, a veces no tan discretamente, en los movimientos revolucionarios. Se hizo mención que el zapatismo fue el primer movimiento social que visibilizó y apoyo a grupos como la comunidad LGTBI y trabajó por la equidad con las mujeres en sus propias bases de apoyo desde su alzamiento en 1994.

El arte de los zapatistas no da tregua, es directo y a la cabeza

Todo esto cobra relevancia otra vez ahora que el Consejo Nacional Indígena ha nombrado a Marichuy, mujer indígena, como su representante para las siguientes elecciones presidenciales. Los últimos días fuimos invitados todos a Oventic, Caracol de gobierno Zapatista que se encuentra a una hora y media dentro de las montañas de los Altos de Chiapas. Neblina, lluvia, lodo y muchos artistas zapatistas listos para presentar su visión del mundo a través del teatro, música, poesía, pintura y demás artes.

Foto: Luis Enrique Aguilar
Foto: Luis Enrique Aguilar

El arte de los zapatistas no da tregua, es directo y a la cabeza: hay una imperiosa necesidad de la memoria. Ahora en las comunidades zapatistas hay muchos jóvenes que no habían nacido cuando el alzamiento de 1994 y si bien aún la realidad está súper difícil, no les tocó vivir directamente las prácticas esclavistas de los terratenientes que tenían el control de la región hasta la insurrección.

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Al ver las obras de teatro, escuchar la música, apreciar los murales, cuesta un poco menos poder entender una realidad tan dura como la que se vive en estas tierras. Es difícil no regresar inspirado de este festival, pensando que el arte aun puede ser parte de la vida de un país más allá de las galerías glamorosas.

Foto: Luis Enrique Aguilar
Foto: Luis Enrique Aguilar
Foto: Luis Enrique Aguilar

Luis Enrique Aguilar es fotógrafo y este es su sitio personal.

 

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