Feminicida es liberado y contratado por equipo de fútbol en Brasil
En 2013 el futbolista brasileño, Bruno Fernandes de Souza, fue condenado por ordenar el secuestro, asesinato, tortura y desaparición del cuerpo de Eliza Samudio. Según el expediente de la investigación, el cuerpo descuartizado de Eliza fue arrojado a unos perros para hacerlo desaparecer.
Bruno nunca aceptó haber ordenado el asesinato de Eliza, que en ese entonces le exigía reconocer la paternidad de su hijo. Cuando fue encarcelado (2010) el jugador era portero del Flamengo, uno de los clubes más populares de Brasil.
Fernandes fue sentenciado a 22 años de cárcel, pero tras cumplir poco más de seis años en prisión, le fue otorgada su libertad provisional por una falla técnica en los tribunales brasileños.
Apenas un mes después de su salida, Bruno firmó un contrato con el Boa Esporte, de Minas Gerais (Brasil).
El dueño del club, Rafael Gois Silva Xavier ha justificado la contratación de Fernandes diciendo que “fue encontrado culpable, cumplió su sentencia y ahora ha sido liberado por la corte. Merece otra oportunidad.”.
En respuesta, un colectivo de víctimas ha lanzado una petición a través de Change.org para exigirle al club dar marcha atrás a la contratación de Bruno.