Llamado por México
El pasado sábado 4 de febrero, la organización política Por México Hoy convocó a representantes de diversos sectores de la sociedad civil a la presentación de un documento en el que se exponen las líneas estratégicas para un cambio de rumbo del país.
Tercera Vía retomó el texto y entrevistó a la nueva generación política que esta promoviendo la propuesta.
Pedro Kumamoto
“Quiero decir que democracia es sinónimo de futuro, y futuro es sinónimo de democracia. Necesitamos construir mayorías que no se han dado cuenta que lo son. Vengo a hacer un llamado desde la generación de los más jóvenes que queremos construir un mejor futuro.
Por México Hoy ha servido como un nodo para articular generaciones, puntos de vista y también proyectos de país distintos. Para mí ha sido muy importante reconocer en ese proyecto un punto de encuentro”.
Alejandro Encinas Nájera
Desde el inicio de este proyecto me sumé porque considero que estamos viviendo un cambio de época, y la política tiene que ponerse en sintonía: hay que ir más allá de los partidos y de la realidad institucional para reencontrarnos con la sociedad”.
Carlos Ventura Callejas
“Tenemos la necesidad de revertir la actual condición del país. Hay que garantizar que no se repitan más las violaciones de derechos humanos. Necesitamos una transformación radical, por donde pasa también el campo económico y el cultural, y creo que en esa perspectiva los derechos humanos pueden abonar como una herramienta de organización social.
Creo que nuestro horizonte debe ser la Justicia, la Paz y el Amor liberador. Considero que existen luchas que a lo largo de la historia se han perdido en un discurso muy elaborado, mientras que nosotrxs necesitamos un discurso más sentido, que conecte con las personas, con los corazones de quienes están sufriendo las violaciones a sus derechos humanos. En ese contexto, el ejercicio del amor es liberador, porque nos potencia a identificar otro tipo de colectividades y de realidades, esas que los discursos acartonados no pueden reflejar”.
Viridiana Hernández
Como jóvenes podemos aportar muchísimas cosas nuevas, pero tampoco vamos a inventar el hilo negro. Creo que es importante retomar las experiencias de otros procesos, asumir lo que nos sirve, y lo que no, dejarlo de lado. Reinventemos la política”.
Tobyanne Ledezma
“Yo fui integrante de la Asamblea Constituyente, donde estuvimos trabajando en la construcción del nuevo proyecto para la ciudad, así como en un marco constitucional distinto, lo que significó luchar permanentemente contra lo que estaba en dispuesto en la Constitución Federal, que en muchas ocasiones nos puso límites. Creo por eso que es importante hacer el balance sobre cuál es la Constitución que tenemos y qué elementos serían necesarios para un nuevo proyecto de Nación.
En el constituyente del 2016-2017 se hicieron debates que cuestionaban a fondo al sistema político mexicano. Aunque tuvieron lugar en el marco de la Ciudad de México, discutimos el andamiaje institucional contra la corrupción, los sistemas de partidos, quiénes son considerados ciudadanos, quiénes tienen acceso a ciertos derechos y cómo hablar de la ciudadanía universal. Creo que en su conjunto, estos debates responden a la deuda histórica que se tenía en la Ciudad de México, pero también abren una agenda a futuro”.
Neftalí Granados
“En esta ciudad y en este país hemos salido a las calles por mucho tiempo, hemos manifestado nuestro desconcierto ante las medidas autoritarias del gobierno, hemos hecho presente nuestra indignación…pero es necesario que eso se transforme también en un proyecto de país. Para eso es necesario tejer muchos puentes, con toda la gente que esta intentando hacer algo por cambiar las cosas, considerando nuestra diversidad e incluso buscando discutir desde la diferencia. Queremos un lugar para ponernos de acuerdo, pensar a futuro y rescatar las luchas sociales.
Necesitamos democratizar el país. Eso se puede consolidar en una Constitución que incluya, entre muchas otras cosas, el reconocimiento a medios independientes, que garantice que los periodistas no sean encarcelados, que de pautas para que los pueblos indígeneas tengan la voz y puedan decidir su destino”.
Brenda Gómez
“El proceso constituyente en la Ciudad de México es un reflejo de la sociedad actual: de la diversidad y de los consensos a los que se tiene que llegar. Considero que es un detonante para el cambio, para demostrar que sí podemos transformar muchas cosas, y que esos cambios tienen implicaciones a nivel nacional e internacional.
Es importante sumarnos a los movimientos que se están organizando en favor de la unidad nacional y en la defensa de nuestro país. Hay que hacer conciencia y actuar en consecuencia, en vista de los cambios geopolíticos que están ocurrriendo en el mundo”.
Victor García Zapata
Yo crecí en una generación política que discutía el proyecto de país, el papel de México en el mundo, el tipo de inserción global, si neoliberalismo o socialismo, sobre los derechos indígenas, respecto a la forma en que el zapatismo modificaba el país y ponía en cuestión el Estado-Nación, etcétera. Las derechas y el conservadurismo nos han ido encasillando a la discusión de cosas mínimas:de corrupción y de transparencia, por un lado, y por el otro, la defensa de la vida y los recursos naturales, que son cosas básicas por las que hay que luchar día con día, pero que es necesario complementar con una visión de país, consensada y construida por diversas voces”.
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Sobre el “Llamado por México”
El documento presentado establece lineamientos generales para un nuevo proyecto de país. El texto, se aclara, está destinado a la discusión, y es producto de conversatorios, mesas de diálogo y aportes individuales que fueron recogidos entre 2014 y 2015. Su justificación es, grosso modo, la necesidad de recatar y actualizar los postulados de la constitución de 1917, a cien años de su aparición.
El esquema del texto presenta cinco apartados: otra forma de gobernar, otro patrón de desarrollo, otro sistema de derechos, otra sustentabilidad territorial y otra inserción global. Al final, se postula la necesidad de Otra Constitución, pero esta sección es abierta, sugiriendo que su realización y contenidos dependerán de una definición colectiva.
En el primer momento, otra forma de gobernar, establecen como horizonte la necesidad de una nueva institucionalidad. Los puntos clave son: el estado debe tener un papel protagónico en la regulación de las relaciones sociales y productivas, que no pueden quedar en manos del mercado, teniendo a la vista la superación del capitalismo neoliberal; contra el centralismo dominante, proponen la descentralización y el municipalismo libre; quieren incorporar mecanismos de democracia directa, transparencia y rendición de cuentas, así como transitar a un ecosistema de medios que permita y promueva la participación del sector público, privado y social comunitario, a través de un Sistema de Medios de Comunicación autónomo.
En cuanto a la lucha contra el crimen organizado, se postula la vuelta del Ejército a los cuarteles y la capacitación de la policía
En cuanto a los derechos humanos, parten de las obligaciones del Estado de respetar, proteger, garantizar y promover esos derechos para la realización de una vida digna para las personas y los pueblos. Se recoge la necesidad de cooperación con las instancias internacionales y el acatamiento de las recomendaciones que éstas emitan en la materia. En cuanto a la estrategia de seguridad, su propuesta es la colaboración de todos los sectores en el combate a la delincuencia, así como atacar las “causas estructurales” del problema, como la pobreza, el desempleo y la desesperanza. En cuanto a la lucha contra el crimen organizado, postulan la vuelta del Ejército a los cuarteles, la capacitación de la policía, la legalización de la mariguana y la discusión pública sobre las drogas duras.
Finalmente, en cuanto al sistema de justicia, proponen: que el Poder Judicial sea totalmente independiente de los tres poderes; que la Suprema Corte y el Consejo de la Judicatura tengan presidencias distintas; que los ministros no sean designados por el Presidente, sino “teniendo en cuenta” a la sociedad, mediante mecanismos de democracia directa; que los tribunales administrativos que dependen del Ejecutivo Federal sean adscritos al Poder Judicial; que los jueces rindan cuentas y que los procutadores de justicia sean electos directamente por los ciudadanos.
En la segunda sección, Otro patrón de desarrollo económico, su diagnóstico postula tres grandes verdades: primero, que en el modelo neoliberal la economía mexicano ha crecido menos de lo esperado, que aumentó la desigualdad y no se erradicó la pobreza; en seguida apuntalan que el mercado debe subordinarse al interés colectivo, esto es, que la economía debe estar sujeta a la política; finalmente, que los recursos naturales pertenecen a los mexicanos y no deben provatizarse. Su modelo, en suma, apuesta por el crecimiento con inclusión y sustentabilidad.
En el modelo neoliberal la economía mexicana ha crecido menos de lo esperado
Las propuestas en este rubro son: una reforma fiscal que combata la evasión y fortalezca el gasto y la inversión; reconstruir economías regionales a través de proyectos que consoliden cadenas de valor agregado; fomento de la manufactura y la industria de bienes de capital; estimular la innovación y la investigación científica y tecnológica; empleos y salarios dignos; un nuevo patrón de desarrollo energético, con control soberano de los recursos naturales, reducción de importaciones de los productos que puede generar el país así como dar marcha atrás a la reforma en la materia y retomar el carácter de empresas estatales de Petroleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad (con autonomía, aufinanciamiento y transparencia en el manejo de recursos). En el ámbito agropecuario se decantan por la creación de condiciones para la autosuficiencia alimentaria, programas de desarrollo con perspectiva de justicia social y la apuesta por la modernización de la infraestructura de riego.
En cuanto a la agenda rural, se estipula una asignación presupuestaria del 1.5% del PIB destinado para desarollo del sector productivo, del social y del ambiental, además de revertir las reformas del 27 constitucional de los años noventa. Se propone que los recursos marítimos e hídricos sean explotados y gestionados exclusivamente bajo la tutela del Estado, que se garantice la biodiversidad y se aprovechen de manera racional y soberana los recursos mineros.
En el tercer apartado, Derechos sociales igualitarios, se plantea “la cuestión social”, que en resumen se refiere al pacto social y de convivencia entre familias, gobierno, mercado y comunidad. La inclusión (sin importaredad, raza, sexo, religión, orientación sexual, etcétera) y el Estado Social de Derecho serán las visagras para logralo.
Se considera que en el ámbito educativo es necesario actualizar a los profesores; integrar el conocimiento más allá de una separación ortodoxa de las disciplinas; incorporar las nuevas tecnologías al proceso de aprendizaje; apostar por un esquema abierto que permita la experimentación; privilegiar un enfoque científico; inculcar valores y principios éticos desde una edad temprana y vincular la educación superior a empresas productivas e instancias de gobierno, redefiniendo de paso el papel disociado del profesor y el investigador.
En cuanto a la cultura, se desarrolla la idea de la diversidad como un principio que enriquece a la sociedad; se proponen políticas para garantizar los derechos culturales y la libre expresión de nuestras identidades; protección del patrimonio histórico; garantizar el acceso a la cultura y las artes, así como promover el derecho a la información y a participar en los espacios y medios digitales.
En salud, se establece la necesidad de un sistema de acceso universal a los servicios de seguridad social; descentralizar y crear redes regionales que brinden los servicios que se requieran; elevar el monto de las pensiones e invertir más recursos públicos en el sector.
En el cuarto momento, Otra sustentabilidad territorial y urbana, el documento defiende la idea de revertir paulatinamente las desigualdades de desarrollo regional y urbano, reavivando el vínculo entre ser humano y naturaleza; que el Estado se anticipe a la metropolización, ordenando el crecimiento de las ciudades; garantizar el derecho a la ciudad; políticas para revertir las desigualdades de desarrollo económico y social, junto con asociaciones regionales de desarrollo; instaurar Consejos Metropolitanos e impulsar una política habitacional alternativa, abordando el problema desde la perspectiva de derechos por encima de la especulación y la visión de mercado.
El “Llamado por México” es un documento que propone complementar la mirada coyuntural con el peso del análisis estructural, de largo aliento y con horizonte transgeneracional. El mayor mérito del documento, que es excepcional, coincide sin embargo con su mayor problema: es casi imposible estar en desacuerdo con lo que se plantea. ¿Hay que cambiar el modelo económico para tener crecimiento con inclusión? Por supuesto. ¿Es necesaria la sustentabilidad territorial? Claro que sí. ¿Encontraremos alguien que se declare en contra de fortalecer el sistema de derechos o de avanzar hacia un México más justo? Lo dudamos.
El potencial de consenso del texto es muy grande, si bien por momentos se sostiene en la astucia de la vaguedad: “transformar la institucionalidad”, “asumir la participación social para gobernar”, “que los poderes públicos se rediseñen para que no den lugar al lucro”, etcétera. Estas generalizaciones contrastan con los mejores episodios del documento, en donde el consenso se alcanza sin regatear la claridad: “que el Estado subordine al mercado”, “que el Ejército vuelva a los cuarteles”, “que México tome protagonismo en temas globales”, entre otros.
Los organizadores/as tienen claro que sólo con un llamado abierto podían convocar a una diversidad tan grande como la que lograron hacer concurrir a su evento, incluyendo a Tercera Vía. Seguiremos con entusiasmo la iniciativa, que el próximo 25 de marzo realizará un acto para tratar de dar forma en la realidad a su texto.
Texto: César Alan Ruiz Galicia
Fotografía: Alexandria Sevilla
Ilustración original: Jonathan Gil
Diseño web: Francisco Trejo