La Zurda celebra cinco años de reflexión: ¿Dónde están las izquierdas en la crisis actual?
La Zurda ha llegado a su quinto aniversario. Desde el 2011 –año de su fundación—, esta revista de publicación mensual ha construido un espacio de reflexión, desde el pensamiento político de las izquierdas, en torno a los conflictos sociales, políticos, económicos y culturales de nuestro país. Pero en ninguno de los años anteriores, esta tribuna de debate ha sostenido una consigna crucial como hasta ahora: ¿cómo superar las limitaciones de las izquierdas para enfrentar el actual estado de crisis que vulnera al país? Sabemos que México vive una de sus crisis más profundas; ante este panorama, el mayor reto del pensamiento crítico progresista es convertirse en una herramienta prolífica en ideas y propuestas. Sin embargo, las izquierdas están sumidas en la fragmentación, y gran parte de ellas se han convertido en comparsas de un régimen político que sólo promueve sus propios intereses; frente a este panorama de crisis múltiple, las izquierdas deben asumir su responsabilidad.
Sabemos que México vive una de sus crisis más profundas
La Zurda ha asumido dicha responsabilidad. Para celebrar sus cinco años de andar en este derrotero –tras 34 números ordinarios y un especial—, este jueves 22 de septiembre la revista presentó su edición conmemorativa en el Museo de las Culturas Populares con la participación de algunos de los colaboradores incluidos en el número: Dolores Padierna, José Woldenberg, Cuauhtémoc Cárdenas, Elvira Concheiro, Agustín Basave, el actual presidente editorial Alejandro Encinas, quien fungió como moderador y anunció la nueva etapa de la publicación ahora en el terreno de las plataformas digitales a cargo de Ana Luisa Cepeda. A continuación presentamos algunos fragmentos de las reflexiones que los participantes aportaron a la discusión sobre el papel de las izquierdas en un contexto como el que está viviendo nuestro país.
Agustín Basave:
El hecho de que se haya democratizado el conocimiento, a través de internet, hace que las sociedades se vuelvan mucho más exigentes. Al tener una ciudadanía más informada, se volvió una ciudadanía más exigente. Lo que no puede negarse, porque hay grandes discusiones al respecto, es que en verdad hay problemas con los mecanismo de representatividad democrática, ¿qué podemos mejorar de estos mecanismos? Se ha hablado de un cuarto poder ciudadano, yo lo menciono en mi libro La cuarta socialdemocracia, que tenga una injerencia transversal en las grandes decisiones que toman los tres poderes tradicionales.”
“Pero en general, la concentración de la riqueza y la ampliación de la brecha de la desigualdad, siguen siendo los factores que promueven la desigualdad política, se vuelve cada vez más claro, son muy pocos los que toman las decisiones que nos afectan a todos. Aún cuando podamos hacer una defensa de la democracia en ese sentido, es muy difícil convencer a cierto sector de la ciudadanía cuando hay de por medio una serie de sentimientos y emociones que ya no pueden racionalizarse: ‘no nos representan’, ‘está mal la democracia’, ‘no confío en los partidos políticos’, ‘el congreso no debe existir’.
Hay una fermentación de una sensación negativa que me recuerda la forma en que llegó Fujimori al poder —llegó con una opinión pública muy adversa a todo lo que tenía que ver con partidos políticos, con el congreso, y así llegó un hombre que se dijo ciudadano, no político— pero cómo le fue a los peruanos, pues instauró casi una dictadura de facto, más corrupta incluso que la que había antes. Debemos tener cuidado en México de que no permeen esas ideas, eso es muy peligroso porque no se ha inventado una democracia que funcione sin partido políticos.”
Elvira Concheiro:
“Es fundamental platearse revisarlo todo, replantearse la manera en que hemos actuado las izquierdas, la manera en que se han pensado los problemas. Es muy importante abrir un muy franco debate, las izquierdas están discutiendo bastante poco, en algunos caso podríamos decir que nada. Hay que empezar por discutir y revisarnos, es obligatorio que pensemos qué hemos hecho y cómo lo hemos hecho, para asumir la responsabilidad que tienen las izquierdas en una situación dramática como la que vive el país. No creo que debamos de ser complacientes, debemos admitir que hay un gran fracaso de las izquierdas. Es el fracaso de una estrategia, de una forma de mirar las cosas y de haberlas pensado.
“No sólo por el pragmatismo, sino por un posibilismo —lo que se puede hacer— las izquierdas asimilan los mismos términos del régimen neoliberal. Este esquema neoliberal produce un desmantelamiento de lo que fueron logros sociales, avances en políticas sociales, etcétera. Estas izquierdas metidas en esta lógica de horizonte corto terminan –y en muchos casos empiezan ahí— por reproducir un régimen que tiene estas condiciones, no sólo de corrupción, de impunidad, sino que somos uno de los países con mayores tasas de explotación en el mundo. ¿Cómo lograr un cambio de régimen con una izquierda subordinada?”
José Woldenberg:
El país requiere de una causa común, un horizonte compartido
“En su libro Insumisos Tzvetan Todorov recuerda que entre la política sometida a la utopía y a la moral, y la que se limita a gestionar los asuntos en curso hay un lugar para un política que ofrezca un ideal que todos podamos compartir. No estoy seguro de que existan políticas que puedan dejar satisfechos a todos, pero lo que señala Todorov es la necesidad, o la aspiración de trabajar por un futuro que ofrezca sentido a los más.”
“La profunda desigualdad que todo lo marca, debería de ser el eje de una preocupación expansiva que fuera capaz de construir un basamento de satisfactores materiales y culturales básicos –estoy pensando en la educación, la salud, la alimentación, el transporte, la vivienda— que eventualmente se transformara en un cemento cohesionador de lo que hoy no es más que un archipiélago de grupos, clases y pandillas que no se reconocen mutuamente. Porque sin ese basamento lo demás estará asentado en tierra movediza, y creo que la izquierda por sus fundamentos, es la que debe y puede colocar esa agenda en el temario nacional.”
“El país requiere de una causa común, un horizonte compartido, una brújula que oriente los esfuerzos hacia un horizonte loable que pueda sumar voluntades y despertar algunas dosis de esperanza. Requerimos como país inyectar sentido a la actividad política, trascender la circunstancia inmediata, ofrecer futuro. Se trataría de construir una plataforma sólida para nuestra convivencia que no pretendería por imposible la unanimidad ni la desaparición de las diferencias políticas e ideológicas, sino por el contrario la edificación de un mejor ambiente para su expresión y reproducción. Hay que labrar un ‘nosotros’ inclusivo.”
Dolores Padierna:
“El programa del Frente Democrático Nacional nació siendo claramente antineoliberal, era por lo tanto anticapitalista en su fase neoliberal. Teníamos una tarea inmediata que nos trazamos todos: alcanzar el poder por la vía electoral; ésa fue una de las grandes confusiones. Hoy se ha perdido la unidad de las izquierdas y se han diluido las tareas históricas. Se ocupa mucho la izquierda ahora de sumar siglas sin considerar los objetivos históricos que se planteó la izquierda desde sus orígenes, se insiste en abultar resultados sin conocer la perspectiva de hacia dónde se va. Tenemos que volver a articular nuestras demandas, reafirmar nuestros valores, y no permitirnos como izquierda que prevalezcan las alternancias sin alternativas.
Entonces debemos replantearnos qué es la democracia, no es correrse al centro, no es convertirse en socialdemócrata
No se trata de formar un gran frente opositor al PRI, porque eso sería sumar siglas, no se trata de cómo le ganamos al PRI sino cómo logramos implantar nuestra alternativa democrática para cambiar no sólo al gobierno, sino al régimen político, económico y social. Entonces debemos replantearnos qué es la democracia, no es correrse al centro, no es convertirse en socialdemócrata –eso hasta flojera da—, no se trata sólo de la rotación pacífica de las élites, ni elecciones razonablemente libres –que ya ni eso tenemos—, todo eso es una trampa para definir democracia.
Cuauhtémoc Cárdenas:
Quiero expresar una felicitación muy cálida por estos cinco años de La Zurda, a Alejandro [Encinas] en particular y al muy pequeño –yo diría—equipo que lo acompaña en este proyecto editorial que se ha consolidado con estos cinco años de presencia continua en estos sectores democráticos y progresistas de nuestro país.
Hemos retrocedido como nunca con estas últimas reformas que conocemos como reformas estructurales
Estoy convencido de que en estos últimos treinta años en particular hemos ido para atrás en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida pública: económicos, sociales, la desigualdad a la que se ha hecho mención, la pobreza que crece. Podemos pensar que en algunos momentos hemos tenido una mejor democracia electoral, desde luego siempre con muchas fallas, pero mejor que la que se tuvo antes de 1997. Pero donde hemos ido permanente para tras ha sido en otros aspectos de la democracia, porque la democracia no es sólo lo electoral, la democracia es la igualdad de oportunidades, el mejoramiento colectivo, es educación, salud, seguridad social. Hemos retrocedido como nunca con estas últimas reformas que conocemos como reformas estructurales.
Hay que romper estructuras, hay que vencer intereses muy fuertes, arraigados internamente, pero me parece que como nunca estos intereses están estrechamente vinculados con intereses del exterior, esto es la imposición del proyecto hegemónico neoliberal en nuestro país. Hay que buscar las coincidencias, y plantearnos constituir una mayoría política que tenga claros sus objetivos y formas de actuación, sin esto será imposible romper las estructuras de poder actuales.
CRÉDITOS
Fotografías: Annick Donkers Edición y diseño web: Francisco Trejo