¿Por qué algunas vidas valen más que otras?
El termino empatía fue utilizado por primera vez por el psicólogo inglés Edward Titchener, en 1909, como sustito de la palabra alemana “Einfühlung”, que significa “en-sentimiento”. En aquella época, la palabra se utilizaba únicamente en la filosofía, bajo la premisa de estudiar la estética de los objetos. Eventualmente sería Theoddor Lipps -filósofo alemán- quien extendería su significado a las humanidades. Según Lipps, la empatía consiste en una liga emotiva que se crea con lo vivido por otra persona. Es un acto de “imitación interna” en que la mente asimila las experiencias de otros a partir de la observación de los gestos, acciones y re-acciones de quienes las viven. Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Somos capaces de sentir la misma empatía por todas las personas o nuestra empatía es selectiva?
En países africanos -como Nigeria- o del medio oriente -pensemos en Afganistán- no han existido semejantes manifestaciones de solidaridad. A pesar de que los ataques terroristas en lugares como Iraq son más mortíferos y devastadores que los ocurren en Occidente, sus muertos no conmueven al mundo.
LOS DATOS
De acuerdo con el Índice de Terrorismo Global 2015, los países que más ataques terroristas recibieron el año pasado fueron Iraq, Afganistán, Nigeria y Pakistán. Por ejemplo, en 2014, el Estado Islámico cometió un atentado en una cárcel en la ciudad iraquí de Badush que dejó un saldo de 670 personas muertas. En Nigeria, Boko Haram asesinó a 315 residentes de una unidad habitacional en la ciudad de Gamboru Ngala. Esas cifras superan por más del doble el número de muertos de los ataques cometidos recientemente en Francia, Bélgica o los Estados Unidos.
El país occidental con el índice de terrorismo más alto es el Reino Unido, con una calificación de 5.613, que lo posiciona en el lugar 28 de los países más propensos a ataques terroristas de entre los 124 países estudiados por el reporte. Estados Unidos y Francia se encuentran en los lugares 35 y 36, respectivamente.
El país latinoamericano con la tasa de actos terroristas más alta es Colombia, que ocupa en lugar número 17 de la lista. Al respecto, con base en los datos del Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, el conflicto armado ha dejado un saldo de 220 mil personas muertas en los últimos 54 años. Al mismo tiempo, entre 1970 y 2010 se han registrado 27,023 secuestros relacionados al conflicto entre el Estado colombiano, la guerrilla y los grupos paramilitares.
Cifras de atentados en Nigeria o Irak superan por más del doble al número de fallecidos en los recientes ataques a Bélgica, Francia o Estados Unidos
_____ _____
El caso mexicano no puede dejar de mencionarse. La guerra contra las drogas iniciada por el expresidente Felipe Calderón ha dejado como resultado la muerte de más de 60 mil personas y la desaparición de más de 25 mil, de acuerdo con la organización Human Rights Watch -ONG´s mexicanas como la Comisión Mexicana en Defensa y Promoción de los Derechos Humanos hablan de más de 150 mil personas asesinadas-. Este número posicionó a México en 2014 como uno de los tres países con mayor número de muertes por conflicto, junto con Iraq y Siria, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
[aesop_parallax img=”https://terceravia.mx/wp-content/uploads/2016/07/364bd27fb522851096e68050bcae4c23.png” parallaxbg=”on” parallaxspeed=”3″ captionposition=”bottom-left” lightbox=”off” floater=”on” floaterposition=”left” floaterdirection=”up”]
Estados Unidos es un caso que sirve para ejemplificar la asimetría en el valor de las vidas. El movimiento #BlackLivesMatter ha visibilizado la manera discriminatoria en que son tratadas por la policía las personas negras en relación a las personas blancas. De acuerdo con el periódico inglés The Guardian, del total de personas asesinadas por la policía -602 personas para el 2016- la mayoría son blancos (298), seguidos por afroamericanos (148), hispanos (95), nativos americanos (13), asiáticos (10) y otros (38). Sin embargo, si se analizan estos números no de manera absoluta, sino proporcional, las probabilidades de ser asesinado por la policía no siendo blanco en los Estados Unidos son bastante altas.
La tasa de homicidio por raza por cada millón de habitantes es de 5.49 en nativos americanos, 3.71 en afroamericanos y 1.68 en hispanos. A pesar de que los blancos son mayoría, la tasa de homicidio por policía a este grupo es de 1.51. En conclusión, un afroamericano o nativo americano en los Estados Unidos tienen poco más del doble de posibilidades de ser asesinados por la policía que una persona blanca.
El grado de empatía que pueda generarse hacia otra persona o grupo no siempre es el mismo. ¿A qué se debe? No hay respuesta fácil, pero podemos lanzar tres hipótesis complementarias:
En acuerdo con esta corriente del pensamiento actual, la colonización de América Latina, Africa y Asia estableció una jerarquía del valor de la vida que hemos aceptado y que reproducimos más allá de la época colonial. En la punta de esa pirámide está el hombre, europeo, blanco, occidental, con propiedades y heterosexual como modelo de humanidad; en ese orden se desciende hasta el caso de una mujer, pobre, indígena, y de la diversidad sexual, como el último escalón de la clasificación. Por tanto, una mujer pobre violada y asesinada en Pakistán, India o México no causará la misma indignación que si fuese una francesa, una norteamericana o una alemana acaudaladas.
Hipótesis de la proporcionalidad:
Al ser menor el número de homicidios en países “desarrollados”, los casos son más visibles y se presta más atención a cada uno que en lugares donde ocurren constantemente, de manera que en estos últimos se tiende a la normalización. El problema de esta hipótesis es que plantea una pregunta ética: ¿Valen más unas vidas que otras por la “proporcionalidad” de los casos? ¿No valen todas lo mismo?
Es una idea que podemos retomar de David Hume en su Tratado de la Naturaleza Humana. En ese texto, afirma: “Ninguna afirmación es más cierta que la de que los hombres están guiados en gran medida por su interés y que, cuando extiendan sus cuidados más allá de sí mismos, no los llevan demasiado lejos ni les es usual en la vida ordinaria ir más allá de sus más cercanos amigos y conocidos”. Por tanto, la solidaridad suele concentrarse en “lo cercano”, que no necesariamente es geográfico: en un escenario donde predominan los medios occidentales, es más fácil que “lo cercano” sean las historias que ellos nos presentan.
Hipótesis del sesgo mediático:
Escucha nuestro podcast
Los medios de comunicación suelen dar más cobertura a unos casos que a otros. Los criterios de selección son diversos: algunos ideológicos -ver la hipótesis decolonial- otros económicos -privilegiar las historias que venden más- y algunos otros de target -la información que cada medio produce es consumida por un público concreto, por lo que a la larga prioriza las noticias que le interesan a los perfiles de sus audiencias-.
Estas son algunas de las razones que inducen a una empatía selectiva. A la luz de los datos y los argumentos, en la práctica no somos iguales. ¿Cómo podemos romper con el ciclo perverso que nos desiguala?
CRÉDITOS
Narrativa: César Alan Ruiz Galicia Datos: César Suárez Diseño web: Francisco Trejo Ilustración original: Jonathan Gil
2 comentarios
[…] reacciones, tanto de simpatizantes de Trump como de aquellos a favor a favor de los derechos humanos, han sacado un poco de proporción el asunto. El acto notable de Kaepernick fue su manifestación […]
[…] algunos años tratamos de lograr una aproximación al tema en un reportaje especial. Que este texto tenga tres años y básicamente estemos debatiendo lo mismo quiere decir que […]