Caravana de esperanza en el infierno
Desde el amanecer en Ecatepec —el municipio del país con mayor número de feminicidios y desapariciones—, mujeres comenzaron a darse cita para comenzar una jornada, que hoy sabemos, ha sido la más grande en la historia de México en contra de las violencias machistas.
Y es que en un país donde 1,179 niñas desaparecen y no pasa nada… pasa mucho.
Según datos de la ONU en México se asesinan 6 mujeres al día, esto nos coloca en los primeros países a nivel mundial donde ser mujer, es una condena de muerte.
Fueron mujeres de 27 estados de la república las que convocaron a tomar las calles este 24 de abril bajo la consigna ¡Vivas nos queremos!. Una de ellas fue en el Estado de México, un lugar en la que las cifras oficiales, no existen, pero el registro de organizaciones y colectivos de mujeres muertas y desaparecidas en los últimos 20 años evidencia esta crisis convertida en epidemia.
Al menos 1,997 mujeres fueron asesinadas en el periodo en el que, Enrique Peña Nieto, el ahora presidente, fue gobernador. Estos son 500 asesinatos más, que los registrados en Ciudad Juárez en 20 años.
De los 1.003 feminicidios en todo el estado, entre 2012 y 2015, 183 ocurrieron en Ecatepec y fue aquí donde comenzaron los relatos de mujeres. En el Palacio Municipal resonaron los testimonios de la violencia:
“A mi me violaron…”, “A mi me mataron…”, “A mi me tocaron…”, “A mi me acosaron…”, “A mi me desaparecieron…” y todas queremos justicia.
Después de que el colectivo machete dejara un “ESTADO FEMINICIDA” en la plancha de la plaza de Ecatepec, la caravana partió hacia la ciudad de México. Ciclistas, camiones y autos repletos de mujeres, niñas, feministas y algunos hombres solidarios con la causa, recorrieron las calles de Ecatepec llenando de consignas el camino ante las miradas curiosas de las personas que se topaban con la primavera violeta.
El ambiente de la caravana era festivo y desafiante. Mujeres con flores, batucada, con la cara pintada o pasamontañas de colores, gritando a la violencia y al estado complice de la masacre, que aunque la amenaza late, las mujeres ya no callan.
“¡Verga violadora, a la licuadora!”
“¡No fue un crimen pasional, fue un macho patriarcal!”
“¡Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal!”
“¡Desnudas o vestidas, respeta nuestra vida!”
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“¡Mi cuerpo es mío, yo decido, tengo autonomía!
¡Y te dije que no!
¡Pendejo, no!”
La caravana llegó a Indios Verdes, desde donde los ecos de sus voces resonaron en toda la ciudad…
Fotos: Alexandria Sevilla